“I am happy to join with you today in what will go down in history as the greatest demonstration for freedom in the history of our nation.”Mirad qué preciosidad. Lo puse en mi UD. Esto es lo que me puso los pelos de punta.
“I am happy to join with you today in what will go down in history as the greatest demonstration for freedom in the history of our nation.”
Este finde he estado de parto.
cortejan. Fuera coñas.
Definitivamente y después de estar todo el día dándole vueltas… al final, la canción que hoy me acompaña es esta. Siento ser tan poco original, pero es que no puede describir mejor como me siento hoy domingo.
Ay… que no entiendes por qué me autodefino “bitter”?… tú, que me ves (y me llamas) happy and sweet…




Al igual que mi amigo sushi, quedé trastornada “por la hortera legión de patinadores bailaores a cuatro ruedas” y más, si cabe, por el rollo musa del Olimpo. Me dediqué entonces a diseñar mi disfraz de musa para ponerme en las fiestas venideras de disfraces que nunca hubo… A mí es que lo de disfrazarme me chiflaba! Y es que el principio de la peli es un flipe (al loro con el final del clip con el choquecico, cómo nos gustaría hacer eso a más de una con más de uno…)
Sábado:

Por lo menos sé que mañana me encontraré mucho mejor, o no?
Lo de bordear los treinta es, cuanto menos… nerve-racking! Me quedan 24 horas para cumplirlos… ay! Tanto tiempo hablando de cuando llegara este día, tantos debates, tantas teorías, tanto darme cuenta de que… coño! ya no soy una chiquilla… Dicen que no existe la “Crisis de los Treinta”, pero sí la de “Estar a punto de cumplir los 30”. Con lo cual, respiro, porque en teoría, el domingo habrá pasado este cosquilleo nervioso.

Mirad su web, me impresionó lo del premio a sus gazpachos… qué ganas de probarlos por fin! (más de 6 meses aquí y todavía no había tenido ocasión).
Antes de nada, los entrantes:
- Queso fresco rebozado con mermelada de tomate, eso es más típico de Yecla que la Virgen del Castillo.
- Berenjenas rebozadas con miel, que me recordaron un poco a los caballitos de la Plaza de las Flores, estaban como un poco hinchadas de más y pa mi que sabían a cerveza.
Vino no tomamos, había que conducir de vuelta a casa… y por esas carreteras de Dios… y el sestero… pasando de “mojarse los labios” si quiera.
Había que probar los gazpachos así que compartí uno “para uno” con P. Nos dijeron que pedir uno cada uno y además carne a la brasa era una animalá, aunque no con esas palabras, claro.
Pa los que no han visto nunca unos gazpachos de este tipo (yeclano, jumillano, manchego), se trata de un guiso de carne de caza, caracoles y algún pimiento sobre una blandita torta de harina. Dentro de ese guiso, se incluye torta cocida en el jugo y desmenuzada.
Se come directamente en el plato donde se sirve, con una cuchara de palo. Es bastante llamativo ver a un grupo de 4 o 5 yeclanos, todos sopando de un gazpachaco tamaño mesa camilla, cuchara en mano. Al mismo tiempo se debe ir cortando, con las manos, la torta de la base, mojada en el juguico del guiso... Ahora mismo estoy en plan perro de Pavlov na más de pensarlo.
Tienen los gazpachos además sus acompañamientos especiales: miel, variantes de esas en vinagre (pimiento, cebolla de esa roja, pepinillos, aceitunas…) y como no podía faltar en Yecla, unas anchoas.
Otra especialidad de Los Chispos son sus brasas. Piti y yo nos pedimos unas Chuletas de Cabrito, P pidió Conejo (con arbolico de romero incluido), M un Solomillazo (2 trozos) con su salecica gorda por encima que me encanta (sí, lo probé, qué pasa?) y el Grano pidió Bacalao a la brasa, a ver que tal. Un éxito todo, al parecer.
De postre no les quedaba la especialidad de la casa, que es la Mamía de dátil, así que nos pedimos todos Leche frita acompañada de un cremosísimo Helado de turrón. Yum!
La sorpresa llegó tras el postre. Nos trajeron de repente un platico con bizcocho de ese tradicional de aceite (como el que hace mi Estherica) y unos Libricos de Yecla, que son 2 obleas grabadas con imágenes yeclanas con miel en medio. Eso y un vinico dulce de Bodegas Castaño, ahí sí que me “mojé los labios”.

Qué comilona más estupenda. Para la vuelta, a P le dieron las prisas así que ellos partieron inmediatamente en búsqueda de la autovía más cercana. Piti y yo, cada uno en nuestro coche, decidimos disfrutar del precioso día que hacía y volvimos por la carretera de Pinoso-Fortuna, que es mi favorita, y por la que vuelvo cuando no tengo prisa. Algún día puede que os hable de esa carretera.
En el camino de vuelta, M, asombrada, le dijo a P: “Te has dado cuenta del saque que tiene tu hija?”