sábado, 31 de diciembre de 2011

Top 11 de Canciones del Año

Estas son las 11 canciones de MI año 2011, en orden pseudocronológico, a ver qué os parecen. Seguro que alguna coincide con las vuestras.

1. Her Morning Elegance, de Oren Lavie, porque me recuerda a mi tía P.

2. Shine On, de The Kooks, porque los vi en el SOS y por la capacidad que tienen de hacer que parezca verano en invierno.

3. Someone like you, de Adele. Seguramente estará en el Top de más de uno, pero en mi caso no podía dejar de incluirla. Banda sonora del viaje a Londres, en todos los sentidos.

4. Jag Kommer, de Veronica Maggio. Una canción que he cantado mil veces (en perfecto sueco, claro) a todo trapo en mi coche surcando el asfalto y que representa el estrés que llevo todo el año. YA VOY!

5. Something good can work, de Two Door Cinema Club. Los mejores del SOS sin duda. Y esta, otra canción con la que me he desgañitao en mi coche.

6. A movement between these two, de Hola a todo el mundo. El gran descubrimiento del SOS. Nos gustaron tanto que a las dos semanas fuimos a verlos en directo a la Stereo.

7. Every teardrop is a waterfall, de Coldplay. Por lo mucho que se metieron con ella, con el nuevo álbum y con mi banda favorita en general! Pues a mí me gusta muchísimo, no es un plagio sino un sample y no es de Ritmo de la Noche sino de ésta. Y tambien porque flipé con ellos en el bbk.

8. Valerie, de Amy Winehouse. Cualquiera de ella, la verdad. Os la pongo interpretada por Bruno Mars en el tributo en los MTV VMA, que me encanta. Y pensar que estuve a punto de verla en el bbk...

9. Thank you, de Alanis Morissette. Por India y por todo lo que he aprendido este año. Gracias.

10. Banana pancakes, de Jack Johnson. Porque me recuerda al bbk, a Noe, a Pau, a los banana pancakes que nos zampábamos en el Kofi Bar, a lo bueno que está el mismísimo Jack Johnson, a sus bracitos, a lo bonito que sería tener un chuqui que me hiciera pancakes cuando lloviera... Need I say more?

y 11. Sharabbey Road de Vetusta Morla. No podían faltar, tras haberlos visto en concierto CUATRO veces tan sólo este año. Y, aunque me ha resultado muy difícil decidirme, elijo ésta porque... no sólo la encuentro super sexy sino también porque trasmite muy buen rollo! Me recuerda a Jorge y su bidón... ains.

Buff, qué difícil ha sido esto, me dejo a Lori Meyers, La Roux, Supersubmarina, hasta Mark Anthony y Pitbull!...

¿Cuáles han sido vuestras canciones del 2011?

viernes, 30 de diciembre de 2011

Me gusta leer

Yo antes leía muchísimo, y ahora a lo que me dedico es a acumular libros y ponerlos en cola... y es que me encantan las librerías y el olor a libros nuevos... y no puedo resistir la tentación de comprármelos, tan bonitos!

Me gusta leer, y éste, señores, es uno de mis propósitos para el 2012:

LEER MÁS



¿Qué libros habéis leido este año?

Feliz año, amores!

jueves, 29 de diciembre de 2011

Tarde de Navidad


Poco antes de las 5 de la tarde llegó mi amigo A a Murcia, para tomar el té y pasar una típica noche de Navidad en nuestra ciudad. La conocía ya, pero en primavera y de día, así que esa tarde venía a experimentar todas las maravillas de las que alguna vez le había hablado. Y es que desde que nos conocemos, trece años hace ya, no hay cosa que más me gusta cuando hablo con él, que fardar de lo guay que es vivir aquí y alardear de la vida que tienen las calles de Murcia en esta época. Así que tenía que pasar de las palabras a la acción y demostrárselo in situ. Sin embargo, aunque pueda sonar como una especie de reto, sabía que la tarea iba a estar tiradísima.

Cuando me vio llegar, ataviada con mi abrigo hasta arriba, mis guantes, mi bufanda y quejándome del frío, lo primero que hizo fue reírse de mí. Y es que para un alemán, el frío que hace aquí es una guasa. Le intenté explicar lo del helor que siempre decimos los murcianos o lo de que el frío de aquí te cala los huesos, y seguía mirándome con cara de qué-me-estás-contando. También le dije que la temperatura de aquella tarde era seguramente la mínima a la que llegamos, dato que le maravilló, proporcionándome así un punto a favor de mi Murcia.

De mi barrio salimos envueltos en un halo con olor irresistible a torta de pascua. La primera parada de nuestro tour sería el Mercadillo de Artesanía del Tontódromo, donde mi querido amigo guiri flipó con la gran variedad de productos mientras, yo, como suelo hacer todos los años, me jalaba cualquier cosa que se me ofreciera. Sin miedo, que lo mismo era quesico al vino, que un rosco, que si ahora confitura de tomate y después un trocico de torta de recao. “Qué maravilla ¿no?”, le decía a mi amigo con la boca llena.

De ahí caminamos en dirección a la Catedral, atravesando Santo Domingo y una abarrotada Trapería repleta de paseantes y algún que otro espectáculo de títeres. El Belén municipal fue nuestra siguiente parada. Más bonico que na, le dimos la vuelta sonriendo frente a cada escena. Mi amigo, como buen guiri, hacía fotos con su cámara y yo, como era de esperar, subí mi localización al twitter con el móvil.

Acabamos en el Café Ficciones donde también quedé con L. No hace mucho que abrió este videoclub con cafetería y ya se ha convertido en lugar de recreo de muchos. No sólo por sus pelis, sus cafés y sus tés, sino también por sus talleres, se han hecho pronto un huequito grande en la vida social alternativa murciana. Me han hablado muy bien de sus Tricotardes, que espero probar algún día, aunque tampoco le haré ascos a unas clases de yoga o a un ciclo de cine raro.

Así, entre películas y humeantes descafeinados, compartimos confidencias y planes para estas fiestas. L y yo le contamos a A que lo típico en Nochebuena y Nochevieja es salir de aperitivo largo durante el día y cómo le gustaría la idea, que prometió unirse a las fiestas. Quedó entonces claro que mis alardes eran por algo y se sorprendió cuando le dije que yo esta Navidad no iba a pasarla aquí.

De la Navidad en Murcia me gusta todo esto y más, pero este año cambiaré de escenario. Me guardo para mí las imágenes de mis Nochebuenas anteriores, de los aperitivos en casa de P, y de cruzar la Plaza de las Flores en busca de mis amigas. Cierro un capítulo de mi vida y quiero que estas imágenes felices queden intactas antes de empezar esta nueva etapa. Os echaré un recuerdo en la distancia y os deseo una muy feliz Navidad murciana, ya me contaréis a la vuelta qué tal os ha ido.

Dedicado a mi tía P, por tantas Nochebuenas en su compañía.

martes, 20 de diciembre de 2011

All she wants for Christmas

La madre del tren...

Alguno os preguntaréis cómo me atrevo a poner este vídeo aquí... No sólo es para felicitaros la Navidad (aunque sea estropeando uno de mis villancicos favoritos) es porque... ¡ATENTOS AL MINUTO 1:05!



Oye, y vosotros, ¿qué es lo que queréis para estas Navidades?

domingo, 18 de diciembre de 2011

La batamanta


Con el frío que hemos pasado esta semana no pudo hacerse esperar. Más temprano que tarde, alguien en alguna tertulia o red social, sucumbiría a la tentación de expresar sus más íntimos deseos: “No es por nada, pero ahora mismo no le hacía yo ascos a una buena batamanta”. Así, con esas palabras abrió mi amiga A la caja de los truenos y saltaron todas nuestras alarmas. “¡No empecemos!” – nos apresuramos en intentar pararle los pies a A mi prima R y yo como parte de nuestra cruzada anti-batamanta. Una guerra donde nuestro principal objetivo consiste en salvaguardar el honor, la reputación y hasta los matrimonios de nuestras amigas y allegadas, pues ambas nos negamos en redondo a que caigan en la tentación de siquiera desear semejante prenda horrenda y casposa.

La batamanta, por si alguien todavía no la conoce, es un invento exportado de los americanos, que se traduce en una enorme manta de felpa con mangas. Como su propio nombre indica, se trata de un híbrido, imagínense una bata larguísima que has de ponerte al revés, perfecta para dejarte caer de espaldas al sofá y ya esclafarte en él para todos los siempres.  Pero sin sofasex, ojo, que la batamanta invita a todo lo contrario. La batamanta, así, sin paños calientes, es el antídoto de la lujuria del siglo XXI y la antesala del desorden. Yo, es verla, y pienso inevitablemente en un criadero de piojos que promueve el esclafismo, y me atrevo a decir que hasta favorece la obesidad. Que me vengan ahora criticando mi afición al chandalismo y al sofasex de los domingos. Que vale que tendré algo más de frío, pero no pierdo el glamour, no como las setonas poseedoras de la manta, escondidas bajo tal cantidad de tela pulgosa y seguramente apestosa. Atrás quedó el pijamismo, las bragas de color carne (ahora conocido como nude), la bata de guatiné y los rulos, como estandartes del anti-morbo, que ha llegado la batamanta para desbancarlos a todos.

Y es que ya llega un momento que ni el vídeo de promoción les hace pensárselo dos veces a las insensatas. “Tienesfrío, ¿eh, perra? Pues abracadabra, tápate, guarra”. Con estas alentadoras palabras empieza la publicidad y aun así, las murcianas, cegadas por nuestros pies helados, nos amarramos a la excusa de que aquí no hace frío sino helor, y que la calefacción está muy cara. Pues sal a la calle y airéate, tía floreta, y disfruta de este sol de Murcia que no lo tiene nadie.

No os la compréis si no queréis perder a vuestros maridos, les digo a mis amigas siempre. Sin embargo, mi amiga A, la que originó el último debate con su confesión, se atrevió a replicarme diciendo que todo dependería de la actitud y de utilizar la imaginación. Yo no lo veo. Por muy sexy que sea la lencería que una lleve debajo de ese mamotreto, por muy macho que sea el payo en cuestión, por mucho que les bailemos y cantemos el “Nossa nossa” (¡Qué visión!), ni el más fiel de los maridos querría acercarse a esa mole grimosa y corta-rollos en la que te has convertido, que nunca casó el leopardo con la batamanta. No sé vosotros, pero bajo la batamanta sólo asocio pijama de felpa, calcetines de lana y braga-faja.  

Pero pongámonos serios, que me da que toda esta cruzada se va a volver contra mí. En mi guerra contra la batamanta, hay una batalla que perdí, pues mi amiga M tiene una. Dicen las malas lenguas que en la Nueva Condomina la venden, y no hace mucho me llegó una oferta al email anunciando dos batamantas al precio de una. Con la Navidad a la vuelta de la esquina, no me extrañaría nada que la cabrona de M les escribiera una carta especial a los Reyes pidiendo venganza. Si es así, porfa, que venga con tique regalo, que yo me niego a batamantizarme, desde aquí os lo digo. Antes muerta que con batamanta.

sábado, 17 de diciembre de 2011

El regalo de estas Navidades

"Cuando llega el crudo invierno, si tienes frío, perra, tienes dos opciones: o te jodes, o dices las palabras mágicas... Abracadabra, tápate guarra!"

domingo, 11 de diciembre de 2011

Cambio de planes


Por una vez en mi vida iba bien de tiempo. Habíamos quedado los amigos para irnos de aperitivo y yo ya estaba lista para pedirme la primera caña. Así, se me ocurrió llamar a M, a ver a ella qué le quedaba. “Nena, no voy, cambio de planes, tengo un chico en mi casa, sentado en mi sofá, viendo mi tele”. Pero eso no fue todo el shock, que mi amiga se encontraba en el supermercado comprando los ingredientes para que él le cocinara. No sólo M había pillao cacho y el chico seguía en su casa, sino que también se había liado con un cocinero. Yo no podía estar más verde de envidia. “Ven y te lo cuento todo”. Y ahí nos teníais que ver, de confidencias en el supermercado del barrio.

El maromo en cuestión era un viejo conocido de ambas, un chico guapo y simpático que conocimos juntas un año antes y al que echamos las cruces, pues, tras un breve tonteo por sms, dejó a mi amiga plantada. M me contó que se lo había encontrado la tarde antes en una tienda y que, a pesar de que intentó hacerse la sueca, como si no lo hubiera visto, de repente el payo la saludó, que es que no sólo se acordaba de su cara, sino también de su nombre. Además, se le acercó sonriente, pidiéndole así una segunda oportunidad y el número de teléfono que mi amiga le dio tragándose el orgullo, casi a regañadientes. “No sé pa qué lo quieres”.

Cuál fue su sorpresa, y la mía cuando me lo contó, cuando el tío la llamó tan sólo a la hora. Que si tenía planes para esa noche, que le apetecía mucho verla. Mi amiga tenía una cena con amigas y una fiesta posterior, y se pensó muy mucho lo de acceder a quedar con él así, a la primera, tan fácilmente. Y es que cómo nos cuesta a veces decidirnos entre hacernos las duras o dejarnos querer, sobre todo tras un plantón (de éste) y años de engaños (de otros). Al final le convenció la insistencia del payo, que un tío guapo insistiendo y con ganas ya no se encuentra hoy en día. Había que aprovecharlo, pensó, pero tendría que ser en su territorio.    

El chico, valiente, apareció en su fiesta. Sonriente y dicharachero, se mostró inquieto, cariñoso y hasta ilusionado y curioso por conocer a mi amiga: “Quién eres, a qué te dedicas, qué ganas tenía de quedar contigo, morena.”

“¿Y te fías?” – no pude evitar preguntarle a mi amiga, que flotaba en un mar de babas junto al pasillo de los yogures. “Pues ahora mismo sí – me contestó M - estoy mejor que quiero y paso de fastidiarlo comiéndome la cabeza. Tú y yo sabemos que estas cosan no pasan e incluso puede que esta tarde todo haya terminado”. Supongo que tenía razón y que hacía bien en disfrutarlo mientras dure. Y que si, como decía aquel temazo, cuando el amor (o lo que sea) llega así de esta manera, uno no se da ni cuenta, ni hay fecha en el calendario, ni tiempo de reacción y supongo que habrá que dejarse llevar un poquito.

“¿Sabes lo mejor, Bitter?” Ah, que todavía hay más. “Que hoy ya no hay día después pero es que además…” Triunfante, pletórica y con los brazos en alto gritó: "¡No está ni en facebook ni en twitter! Voy a tener que preguntarle cuándo es su cumpleaños, como en los viejos tiempos". Así, de repente me di cuenta de que ya todo era él y de lo mucho que pueden cambiar las cosas una buena tarde. Ni la cesta de la compra pertenecía ya a una soltera, que en ella había hasta magdalenas y dos mousses de chocolate llamadas “In love”, con las que a M se le saltaron lagrimicas de emoción.

Va a ser que estas cosas pasan y yo me muero de envidia. Yo quiero de eso. Una sorpresa buena de esas, alguien que me cambie los planes. Yo, que ya les he pedido a los reyes la colección completa de Sexo en Nueva York para disfrutar a solas en mi sofá, supongo que estoy a tiempo de hacerle un cambio a mi lista.

viernes, 9 de diciembre de 2011

It's my party














Si alguien se pregunta todavía de donde saqué todas estas delicias, que pregunte en Tartañam.

Días raros

Vaya una semanica rara. Ahora es lunes, ahora es fiesta (¿qué día es hoy?)
Una semana con 3 lunes y 3 viernes.
Y yo celebrando santos desde hace una semana. Y alguna cena de Navidad también ha caído ya.
Ha empezado diciembre, el mes perdido. El mes de los días raros.
(Y de la ropa ancha)


De mi adicción a Vetusta Morla también os tendría que hablar algún día.

martes, 6 de diciembre de 2011

Nota biográfica

Si os pidieran que redactárais una pequeña nota autobiográfica, ¿qué pondríais? No un currículum, ni la historia de vuestra vida, sino algo más breve y hasta guay, como las pequeñas biografías de escritores que aparecen en las solapas de sus libros.

Cómo cuesta a veces describirse a uno mismo, ¿eh? Tener que hablar de tus pequeños méritos y grandes anécdotas resumiendo, intentando no sonar pretenciosa ni tontalpijo. Menudo primer ejercicio para un taller de escritura creativa.

Esto es lo que se me ha ocurrido escribir a mí. Decidme qué os parece (sin ser muy cabrones, gracias).

Pd. Tendría que haberle pedido ayuda a mi amiga K si eso.
Pd2. La foto también ha sido elegida a caso hecho. Esa mano es tan... de solapa de libro, jaja.

Nací en Murcia en 1978 y, por la profesión de mis padres, ambos profesores, crecí rodeada de libros. Apasionada de los idiomas, me licencié en Filología Inglesa por la Universidad de Murcia en el año 2000. He vivido en Estados Unidos, Alemania e Inglaterra y he trabajado de intérprete, auxiliar administrativo, azafata de congresos, profesora de español para extranjeros y de guía en un museo arqueológico marino. En la actualidad soy profesora de inglés de la Escuela Oficial de Idiomas. 

En noviembre de 2007 empecé por aburrimiento un blog que dos años después se convirtió en una columna dominical en el diario La Opinión de Murcia. Vivo en el centro de mi adorada ciudad pero también me escapo de ella cada vez que puedo. En el verano de 2011 me fui de voluntaria a la India.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Feeling


Que llegara tarde. A las diez menos veinticinco pasadas, cuando habíamos quedado a las nueve. Treinta y seis minutos tarde ni más ni menos, lo más que he esperado yo jamás por un hombre, y porque estaba en una tienda de libros y discos y supe entretenerme. También porque, siendo la maníaca del control que soy, salió a la luz mi incapacidad de decisión ante imprevistos de este calibre y, paralizada en la puerta del establecimiento, me preguntaba si debía meterme al cine yo sola o mejor me volvía a casa a mi sofá. Así, en medio de mi debate interno, apareció por fin. 

Quien me conoce estará pensando al leer esto, que cómo narices me atrevo a quejarme de que alguien llegue tarde, siendo yo la tardona mayor del reino. Pues me quejo, que treinta y seis minutos para una primera cita son muchos minutos y yo a tanto no llego. Que además lo mío siempre ocurre por ir con el tiempo justo, y que a eso se le sumen los elementos y todo tipo de calamidades que luego cuento al que me espera a modo de excusa (el tráfico, no sabía qué ponerme, me metí el rímel en el ojo…). Pero éste ni se molestó en darme motivos para disculparlo. Que salió a menos cuarto de Caravaca, me dijo con todo el morro. Buena primera impresión me da el tío. En palabras de mi amiga K, “feeling -10”. Y ya si contamos que era más bajito de lo que decía en su descripción y se depilaba las cejas le bajo otros diez. No había química, punto.

Tampoco antes de entrar al cine la conversación con mi amigo Feeling -20 consiguió engancharme, pero no quise ser cruel del todo y dejé el termómetro tranquilo, pues a las personas hay que darnos un tiempo. Especialmente en este tipo de citas, donde los primeros minutos consisten en aburrir al otro describiéndose a uno mismo. No tardé sin embargo en bajarle otros diez cuando, al ir a sentarse en la butaca del cine se quitó la cazadora. Bajo ella ocultaba una camiseta negra ajustada, luciendo musculito. Y que se le ocurra hablarme durante la peli que lo remato. Sonará superficial, intolerante y clasista, pero así es cómo funciona esto de la química y también las primeras impresiones y los prejuicios, y así me gusta a mí, como la gran herramienta para descartar al personal y ahorrarte tiempo e innecesarios quebraderos de cabeza.

En el otro extremo de la ciudad, mi amiga B estaba teniendo más suerte. Aún sabiéndose una enamorada de los modernos con greñas quedó con un chico de los correctos, de los de pantalón de pinzas. Igualmente, a pesar de ser más bajito de lo esperado (siempre lo son), mi amiga me contó que al poco de conocerlo ya tenía ganas de abrazarlo. Feeling +20 causado, seguramente, dice, por lo bien que olía. Y por las risas, que dice que hubo muchas. Y sería el vino, o volverse locos juntos ante un suculento y currado postre de chocolate que hacen en El Pasaje. O ya cuando, sin tapujos, desviaron la conversación a establecer un podio para los siguientes liberadores de endorfinas: chocolate, deporte, sexo (nótese que lo he escrito por orden alfabético). Aquí es cuando me da miedo esto del feeling, que noto a mi amiga muy lanzada pero no la veo yo con este chico.

Y precisamente este jueves, en clase, veíamos los adjetivos para expresar sentimientos o sensaciones: estoy feliz, cabreado, tengo sed, sueño... Feeling adjectives, les dije. “Entonces, teacher, cuando se dice que entre dos personas hay feeling…” me preguntó un alumno. Por un momento me detuve en la palabra y vi que, efectivamente, no va de sentimientos la cosa, sino de sensaciones, y no tanto físicas, sino más bien químicas, pues es la química o el feeling, los culpables de que con la mínima se nos caigan los palos del sombraje y empecemos a hacer concesiones y trueques. No son tan feos si huelen bien, cambiamos su poca altura por unas risas, nos producen aversión las cejas cuidadas y cada vez nos molan más los bigotes. 

¿A qué cosas renuncias tú por química? ¿Te gustan los chicos con bigote?

martes, 29 de noviembre de 2011

Esperando un resplandor

Me acaban de enlazar esta canción de Amaral en los comentarios de Nada. Y es que al loro con la letra:

Necesito que me dejes en paz,
da igual que la gente crea
lo que cuentas sobre mi,
son historias que te inventas.
Tu largate ya,
que yo seguiré mi senda,
tu con tu vanidad,
y yo, en otro planeta,
como lineas paralelas.

No hay nada de nada,
nada de nuestras vidas,
nada en común
como la noche al día
tu en la mitad sombría
y yo esperando un resplandor

Ojala fuera tan fácil arreglarlo con una pelea
y me dices a la cara lo que cuentas sobre mi
las historias que te inventas

No hay nada de nada,
nada de nuestras vidas,
nada en común
como la noche al día
tu en la mitad sombría
y yo esperando un resplandor


Necesito que me dejes en paz, en paz, en paz....
en paz, en paz, en paz....
No hay nada de nada,nada de nada...

lunes, 28 de noviembre de 2011

En casa con La Roux

Me encuentro en casa malica, con un catarro de caballo, vagando del sofá a la mesa y de la mesa al sofá. Ojeando el twitter, limpiando mi email de correos antiguos y corrigiendo las redacciones de mis alumnos... hasta que de repente me ha dado mala conciencia...

Tengo el blog abandonao, yo que me propuse hacer más posts en el 2011 que el año pasado me hago cargo de que, para variar, soy un desastre haciéndome propósitos. Y es que ando hasta arriba de curro y de... vida! Asi que he pensado, que para una vez que tengo la tarde en casa para mí, podría utilizarlo en mi blog, que cumplió 4 añicos el pasado viernes y no lo celebré, como siempre ha sido mi costumbre. Oh well.

Para ambientar este mierdi-post de excusas, lamentos y lloriqueos, os pongo mis 3 canciones favoritas de La Roux, que van de todo lo contrario.





domingo, 27 de noviembre de 2011

Nada


Mi amiga A fue invitada a una macro-fiesta por el chico con el que estaba liándose desde hacía dos meses. Mi amiga se lo tomó entonces como una pequeña presentación en sociedad, pues el idilio que habían estado ocultando saldría por fin a la luz. El día antes de la fiesta, para confirmarlo, y ya de paso idear el modelito y pedir cita en la pelu, A le preguntó si lo de ir juntos seguía en pie. "Mañana te lo digo seguro", le contestó el zamarro. Pero al día siguiente nunca la llamó. Dos días después, gracias a este patio de vecinas que es el facebook, A se enteró de que el tío sí había ido a la fiesta. Mi amiga dejó entonces de hablarle y él pronto se extrañó. "Pues tú verás", le dijo mi amiga cuando él le pidió explicaciones. Ante tales acusaciones, el tío no tuvo otra que defenderse: "Es que tú y yo no tenemos nada. Y además, si alguna vez nos liamos, es porque tú lo buscas". 

Mi amiga B se enrollaba con C cada vez que lo veía.  Durante cuatro meses, era encontrarse en un bar o discoteca, y con las cañas y las risas, ¡zas!, automático. Un día de estos que B iba de tranqui, un miércoles de picoteo after work con las amigas, coincidieron en un bar donde se saludaron muy cordialmente. Al ratico, B decidió irse a su casa justo al mismo tiempo C, así que salieron juntos por la puerta. Era la primera vez que C acompañaba a B a su casa y también la primera vez que, al no haber copas y música por medio, no iban cogidos de la mano ni la cintura, parándose en cada esquina para darse mil besos... Y tan sólo hacía tres días del último encuentro. Al llegar al portal, B, aunque mosqueada ante tal situación, intentó darle un beso. Él le hizo la cobra y con una sonrisa le dijo: "Entre tú y yo no hay nada. Sólo somos amigos".

Mi amiga D conoció a E recién salido de una relación de mil años. E reconoció desde el principio encontrarse en una etapa de pindongueo, y a D le pareció bien. Seis meses después de quedar en casa de D una o dos veces al mes, D le propuso (con miedo, por lo bajini) quedar como lo hacen las personas normales, en un bar y eso, a lo que E respondió aparentemente deseoso. Tras cuadrar agendas, quedaron para ese viernes. Sin embargo, el mismo viernes a mediodía E avisó a D de que tenía una cena pero que la llamaría después, cosa que al final no hizo. Al día siguiente E se excusó diciendo que no se había quedado solo en ningún momento y que de momento iba a ser imposible quedar con mi amiga D, pues tenía otra cena esa misma noche. A D se le hincharon los ovarios: "Vale que no te puedo exigir nada porque tú y yo no tenemos nada, pero como vuelva a recibir un sms tuyo diciendo que quieres verme, que sepas que te la corto".

Mi amiga F llevaba un mes dándole cariño y algo más a un guapo desparejado. Una noche, F se lo llevó a una fiesta en casa de sus amigos. “¿Cómo me vas a presentar?” le preguntó el chico. “Por tu nombre, ¿te parece?”, le contestó la sarcástica F. “Ah, vale” – le dijo él, y haciendo aspavientos, como para dejárselo claro, añadió: “¡Porque tú y yo no somos novios!”.

Mi amiga G conoció a un tipo interesante en una boda. Bajo la influencia de Rafaella Carrá y la barra libre se pegaron mil morreos en la pista de baile. Eso sí, sabiendo que seguramente se arrepentirían, decidieron no avanzar y planificaron quedar sobrios otro día, así que se intercambiaron los móviles. Dos días después se vieron para unas cerves después del curro. Se conocieron mejor, hablaron como personicas y hasta se cayeron bien, por lo que mi amiga G, que tenía previsto mandarlo a la mierda, no lo hizo, pero tampoco le besó al despedirse. Desde entonces recibe mensajes desesperados todas las noches del tipo, que afirma no poder olvidarse de ella ni del sabor de su boca, pero... ¡Si entre tú y yo no hay nada!