domingo, 3 de octubre de 2010

Mi chiamo Concetta

Durante años he deseado hablar bien italiano, dejarme de tonterías y aprenderlo como Dios manda. Hablar como las italianas cabreadas de las películas, o como ésas que van por la Via Napoleone con el telefonino soltando la parrafada kilométrica sin pestañear es lo que yo siempre he soñado. O como mi amiga Y, que tendríais que oírla.


Hasta ahora para viajar me había valido mi itañolo facile e divertente, que no es moco de pavo tras el año que lo estudié en la universidad (qué bien me lo pasaba yo en esa clase), las lecciones espontáneas de los amigos italianos que tengo esparcidos por el mundo e incluso de mi familia romana. De hecho, puedo decir con seguridad que en las reuniones de amigos no hay quien me gane adivinando los ingredientes de una pizza o los sabores de un helado.

Sí, es cierto que no necesito saber italiano para nada, pero ¿acaso todo en esta vida tiene que tener una aplicación práctica? Lo hago porque por fin este año he podido matricularme, por el mero placer de hacerlo, y por el hecho de sentirme realizada con un objetivo realista y alcanzable. Que a los treinta y dos años he aceptado que aprender a tocar la flauta travesera siendo nula para el solfeo es un poco pedir demasiado.

Y así estoy, que llevo tres clases y ya me siento Sofía Loren. Quitando el pequeño detalle insignificante de tener que madrugar, creo que es de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Que es que desde el primer día de clase me tiene enloquecida esta lengua. Cada palabra suena a música de ópera o de cantautor, te mece como si estuvieras en una góndola, sabe a una copa de Chianti al sol, huele a tomate y orégano... y me da un hambre que lo flipáis, que sólo he visto diez palabras y ya me sé a la perfección cómo se pronuncia y se escriben lasaña a la boloñesa, espaguetis con tomate y el dichoso helado italiano por el que no puedo evitar salivar nada más mencionarlo. Gelato, gelato, gelato.

La profe además nos ha puesto un nombre italiano a cada alumno y yo estoy encantada con el mío, Concetta, pronunciado “Concheta”, con intensidad en la consonante doble (la doppia). También hay en clase, entre otros, una Paola, un Ferdinando, un Giorgio y el pobre Saverio , que todavía se está pensando si prefiere quedarse en Javier. A mí me mola, porque parece que al entrar a ese microcosmos que es la clase me convirtiera en otra persona que habla ya italiano que se las pela y que seguro que tiene una máquina de hacer pasta fresca en casa. De hecho, me gustó tanto la idea que yo también les he cambiado el nombre a mis alumnos, incluso a Ginés y a Fulgencio, que los he convertido en Gene y Frank en homenaje a dos grandes.

Así pasan mis mañanicas dos veces a la semana, que salgo de las clases tres o cuatro centímetros más alta, tarareando sin tener ni idea algún temazo musical italianísimo y con unas ganas de hincharme a hidratos de carbono que pa qué las prisas. Incluso me estoy planteando ya para el verano que viene alquilarme una casa en la Toscana para practicar el idioma, vivir y saborear con intensidad la gastronomía y si eso, por qué no, conocer algún que otro italiano bellissimo que me diga “amore” a la sombra de un olivo.

Me siento privilegiada porque sé de mucha gente que no ha podido acceder a una vacante en la EOI y se ha quedado sin la posibilidad de estudiar un idioma este año. A todos ellos les deseo que no se rindan si ése es su sueño y, por supuesto, mejor suerte para el próximo curso. O como dicen los italianos: In bocca al lupo!

15 comentarios:

Equipo biofrutas dijo...

maemía, conch, es usted nuestra heroína... madrugar para estudiar le da tres mil minipunto más, lo que pulveriza el récord en nuestro ránking de murcianas apañás.

Ci vediamo,
baci.
Il team biofrutto

Conch dijo...

Jajajajajaja

Ci vediamo, amori.

Anónimo dijo...

I shit en to lo que se menea. Llevo 4 años intentándolo y no hay manera... y tú aquí poniendo los dientes largos...
A.

Conch dijo...

Intentando el qué? Italiano? entrar en la EOI?

Tuve suerte de que hubiera clase por la mañana, de que me quedara tan sólo la 13 en la lista de espera y de que mi amiga N pudiera hacer la matrícula en mi nombre (yo no podía a la hora que se me citó).

Por otra parte, a alemán no puedo y he tenido que renunciar a mis clases de Fit life en el gym... :(

Qué complicado es todo a veces, amig@ A.

sushi de anguila dijo...

Concetta, sigue siendo usted nuestra heroina... de tanto descubrirnos ante usted y sus proezas, se nos va a generar una calva okonomiyaki-size en todo el colodrillo... a la espera de la próxima sorpresa...

Besotes genoveses...

Conch dijo...

Essagerao como siempre, Mr sushi!

La próxima sorpresa está al caer, mire usted su FB de aquí a 10 min...

Por cierto, se me ha olvidao deciros: Éste es mi post número 50en la Opinión :)

Antonio Rentero dijo...

Lo del italiano es como el arte... tan inútil como necesario.

Solo se habla en un país y además si eres español casi que lo entiendes y te haces entender sin problemas, pero a algunos nos llama algo poderoso e irracional a tratar de desenvolvernos en la lengua... no, de Dante no, de Battiato.

Pq para mi el italiano viene de ahí, de cuando con 12 años fui por primera vez a Italia, toda una semana en Venecia (y un día a Padova, la ciudad de mi santo, que encima resulta que se llamaba Fernando y era de Lisboa, pero bueno), donde descubrí la música de ese narigón deliciosamente evocador y la musicalidad de un idioma hipnótico.

Con los años he podido conseguir de manera autodidacta entender el italiano al 90% gracias a no dejar de escuchar música y pelis y leer libros y sobre todo fumetti (comics), esencialmente los de la editorial Bonnelli (Nathan Never, Martin Mystere, Dylan Dog...) y bueno, tampoco es moco de pavo haber vivido con una novia italiana y mantener correspondencia con un alma gemela de allí incluso más enamorada del cine que yo.

Eso sí, lo malo de aprender de esta manera es que te enteras de todo pero como no has estudiado escribes fatal pq no sabes donde van las dobles consonantes, te lías con las "cc", "ch", "cio" etc y al final resulta que tienes incluso más éxito con las transalpinas por lo simpático de tu italiano y pq a pesar de lo mal que te expresas te haces entender y ellas no pueden esconder nada en su idioma pq lo entiendes todo... hasta que se dan cuenta de que NO sabes dialectos!!!

Concetta (como la de "Marco"), se vuole veramente imparare l´italiano procuratevi un moroso italiano, non c´e un´alltro segreto ;-)

Conch dijo...

Caro Antoñico! cómo puede ser que haya salido tu comentario 4 veces? Ataque de ansiedad? Mucho estrés? Si me lo permites haré limpieza ;)

Lo del A-moroso también no es tal secreto.. es lo que le digo yo a mis alumnos.. y bueno, lo que siempre ha dicho mi madre! Y que... ¿por qué te crees que sé tanto inglés?

Baci, bello.

sushi de anguila dijo...

La dulzura del italiano lo hace una lengua omnipresente en asuntos que requieren de la máxima delicadeza: la música, la gastronomía, ajustar cuentas con los enemigos... o el romance.... Que hasta la prota de Crepúsculo tiene nombre italiano!!!

Lorquina dijo...

Mae mia Conch que leyendo esto dan ganas de ponerse a estudiar italiano!!!!Entiendo las sensaciones que nos estas transmitiendo porque a mi en cierto modo me pasa lo mismo cuando salgo de clase( si,pero de inglés y de las cuatro que llevo) me siento super orgullosa de mí misma y es verdad que hasta creo que mido unos centímetros más :)
Si el año que viene te vas a la Toscana me voy contigo, que anda que no lo he pensado veces! Hablando de carbohidratos y de jalar, si ves Eat, pray, love te dan unas ganas de poder pisar Roma e hincharte a comerrrrrr!

Conch dijo...

Estoy esperando a acabarme la novela para ir a verla, pero veremos a ver, que estoy tardando... que todavía voy por Italia precisamante :)

Y no sé en la peli, que me han dicho que está regu, pero con el libro también estoy aprendiendo italiano y me siento tan identificada con la prota! Es una de las razones por las que escribí este post.

Por cierto, sin haberla acabado, otra novela que recomiendo.

Saludos, amiga lorquina, and good luck with your English classes.

Lorquina dijo...

La peli...no está mal, pero esperaba mucho más. La parte de Italia precisamente creo que es la mejor( no sé si por lo de eat, por el teacher italiano, por el idioma, por la ciudad, en fin..cúmulo de circunstancias)

Thank you!!!

La vecina de ayer dijo...

Carissima vecina,
Que chulísimo el post, me recuerda a la peli Bajo el sol de la Toscana.

A mi también me encanta el italiano, suena tan pasional, tan artístico. Soy una fan de Eros Ramazzotti desde hace mil años...

En fin, que suerte la tuya!

Mille baci Concetta

Conch dijo...

Bellissima amica,

Grazie, hermosa, por el comment. Y yo que no he visto esa película?

Ci vediamo presto?

Muax!

Anónimo dijo...

Brava Conch!!! Ti capisco così bene...