Volver a Murcia de mis vacaciones en Miami y las Bahamas el día del Bando a la 1 del mediodía y ver que, no sólo hace 14 grados, sino que también está gris y chispea. Y yo con chanclas cruzando Verónicas y la petadísima Plaza de San Pedro arrastrando maleta. De dónde habrá salido ésta con estas pintas, se preguntarán todos estos huertanos de bien.
Volver a vestirme de huertana a pesar del jet lag. Mi cuerpo me dice que son las 8 de la mañana y me recuerda que no he dormido nada esta noche. Además tengo las piernas que quiero cortármelas, hinchadas tras el vuelo trasatlántico. Por supuesto ni el delantal ni el pico están planchados, me aprietan las ligas y no encuentro los pendientes, pero la ilusión es lo que cuenta y al final lo consigo. Me lanzo a la calle más bonica que na.
Volver a cruzarme con muchas chicas vestidas de huertano, en ocasiones de lo más moderno, que a algunas las veo muy duchas en el arte del maxi-tunning del traje regional. Una pena, de verdad, que vais horrorosas. Si es que hasta me pareció ver a Lady Gaga y a Amy Winehouse bailando el chipirrín ¿puede ser?
Volver a ver ambulancias y criajos borrachos, algunos en estado comatoso, tirados por los parques desde bien temprano. Más pena todavía.
Volver a las Trincheras y ver a la gente de toda la vida, porque es que, año tras año, sin fallar desde yo que sé cuándo, estamos los mismos de siempre ahí. Una diferencia de este Bando que me mola especialmente, en el sentido más irónico de la palabra, es la chapa ésa que dice “El huertano no ensucia, lo deja to apañao”, proveniente de la campaña ésa idílica de “Este Bando lo recogemos entre todos”. Me pregunto si los de la chapa recogieron su botelleo al terminar, o si ese día no hicieron pis en la calle.
Volver a casa temprano, con las medias por los tobillos y los claveles chuchurríos, que es que hay un momento en el que una dice que hasta aquí hemos llegado y que mañana hay que madrugar.
Volver a subirme a la báscula, con un par, y volver a poner a Dios por testigo (zanahoria en mano) que voy a hacer tres días de desintoxicación, ni barracas, ni na de na. Serán tres días (durísimos) de líquidos, ensalada, frutica, queso fresco y barritas de sustitución, que es que menudo saque, amiga, que no tengo hartura.
Volver a salir a correr por la vereda del río. Me pesa el culo un disparate y me van a salir agujetas hasta en el carné de identidad, pero mis seis kilómetros no me los quita nadie.
Volver a tener prisa y mucho que hacer. Volver a perder el tren. Mierda.
Volver al trabajo y que mis compañeros envidien mi bronceado bahameño. Entrar a clase y que mis alumnos me hagan un poco la pelota: “Teacher, qué guapa estás”. Y empezar la clase con algo así como… “Venga, en parejas hablad de lo que habéis hecho estas vacaciones”, a ver quién de todos nosotros está más espesico y con menos ganas.
Volver a tomarme el aperitivo la mañana del Entierro de la Sardina con el ruidaco de las charangas. Volver a dejar que un sardinero me toque una teta con la excusa de ponerme una pegatina, al mismo tiempo que me suelta alguna procacidad, qué remedio.
Volver a celebrar mi cumple, que fue el lunes pasado. Será esta tarde, en mi casa, con una merienda salvaje. Lo sé, no tengo arreglo, no paro de crear ocasiones para jalar.
Volver a verte y comerte a besos y abrazos, que te he echado muchísimo de menos.
9 comentarios:
¡Muy bien ese volver!
Di que sí, Rafica. Muchas gracias.
Bienvenida, Conch.
Gracias, yo también te echaba de menos a ti y a tus mismos y tal y cual.
Lo que no echaba de menos era el Bando o el Entierro. Llamadme rancio, murciano de pacotilla, soso; y hacedlo con razón pues eso soy. ¿Perdiste el tren?
Genial la estampa de la Plaza San Pedro, me ha encantado!!!
Un besico
Qué dura la vuelta, amiga... pero qué bien lo hemos pasao en nuestras estupendas vacaciones!!
Habremos cogío más kilos de los que nuestra piel es capaz de ceder en una sola semana, pero ¡que nos quiten lo viajao! ¡y lo jalao, jajajajajaja!
Eso, eso, que me quiten lo jalao! especialmente de la zona de las caderas, jajaja.
Hoy he vuelto a perder el tren. Mu fuerte lo mío ya.
Mientras no pierdas el tren de tu vida... los demás, siempre tienen otro horario...
La vuelta siempre es dura ;)
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