- Nena, ¿sabes a quién vimos ayer en el 609? A tu amor ése del Feisbuk, qué guapo. ¿Qué fue de él? Dejaste de perseguirlo...
No, no dejé de perseguirlo. Sólo que no os lo conté, porque tanto esfuerzo frustrado, tanto atrevimiento patético y tanta tontuna adolescente no era para ser contada. Porque os habría contado la de veces que me lo crucé de camino a la estación del tren y luego a lo mejor intentaba decírselo por el chat y él no me contestaba, y de repente se desconectaba en mis narices...
O cuando le dió por escribir frases en japonés, que yo descifraba gracias a google, y a las que yo respondía en perfecto nipón, también sacado de google... Días más tarde descubrí que es que se había ido a Japón de viaje, lo cual me hizo quererlo mucho más (chico que viaja bien lejos y bien exótico y además come sushi... bonus!). Entonces, no sé cuántos días estuvo fuera -claramente una eternidad- pero durante ése tiempo se conectó más que nunca y además sin parar de poner fotos y hasta vídeos, los cuales yo devoraba y a veces incluso me atrevía a poner un tímido "me gusta". Sin obtener respuesta ni comentario, claro.
Y ahí se quedó la cosa. Hace siglos que no se conecta, pero no le he olvidado, de hecho a veces tecleo su nombre para cerciorarme de que no me ha eliminado de su lista de amigos.
- Pues ayer, al rato de estar allí, llega María y me dice "Me he enamorado". ¿De quién? - le pregunté, ¿del de la barra con la camiseta de rayas? Venga, hombre, ahora quieres. Ponte a la cola que ése es de Conch y mío.
4 comentarios:
....no trates como una prioridad a quien te trata como una opción....
Buen dicho ése, y cómo nos cuesta aplicarlo a veces.
jajajaja, me encanta cómo lo cuentas.
Besicos
Gracias, amiga.
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