domingo, 27 de enero de 2008

I just wanna make love to you

Aquí me encuentro, mañana de domingo, al borde de la treintena y sufriendo una regresión.

Como una niña de 16 años, he descubierto que no disfruto cuando salgo de marcha si no es para bailar. Y como tal, que los bares que más me gustan son aquellos en los que no solamente me gusta la música, sino que también tengo espacio y libertad para expresar mi arte y meneo de caderas. Vale, en La General no se baila, pero ponen helado! (de mojito, cava o gintonic). Es como cuando estaba en 7º u 8º, que las salidas empezaban con merienda en la Croissant House, el Burger King o el Pannekuker.

Lo más grave de mi regresión, sin embargo, lo más gordísimo, es lo de ir a determinado bar porque esté determinado disc jockey. Ya iba yo a este bar y ya tenía yo fichao al DJ desde hacía más de un año y me encantaba tanto la música que ponía como su meneo de culillo al bailar. Pues de repente miro hacia atrás y veo que, desde Navidad, no he faltado un fin de semana a este bar para ver al DJ y tener mi momento “Coca cola Light” (Os acordáis de ese anuncio?).

I don’t want you to be no slave;
I don’t want you to work all day;
But I want you to be true,
And I just wanna make love to you.

Siento que estoy en una edad muy mala (la del pavo?) y que debo encontrar el placer en las pequeñas cosas, y que “the best things in life are free”… y en ello estoy, en que me conformo con mirar a un pavo con cascos mientras fantaseo con cosas no aptas para menores y sofoco mi calentón con sorbos de mi Brugal con limón… o mi coca cola light... y todo esto gratis y sin efectos secundarios.

Aunque eso era antes. La cosa se complica. Resulta que de un tiempo a esta parte el payo me habla. Y no sólo eso, sino que tontea conmigo. Hasta ahí bien, pues eso entra dentro de su perfil profesional, es decir, está establecido en las funciones de su puesto: “El DJ deberá ligar con todas las payuflas que se le acerquen a babearle la barra”. Yo todo eso lo llevaba bien, era divertido. Hasta este finde, en el que el hombre Cocacola Light me ha dicho o hecho cosas que han hecho que mi barrera de bitterness se tambaleara. Está traspasando el límite que hay entre mis fantasías y mi vida real y no es justo, y me doy coscorrones contra la pared, porque además de que no me conviene, al parecer se zampa a su compañera de barra cuando yo no le veo. (Punto número 2 de las funciones de un DJ: tener contentas a las compis camareras).

Anoche no se debió haber despedido de mí como lo hizo, no es justo. Tengo hasta el sábado que viene pa pensarme la estrategia que debo seguir… que haría una chica de 17 años? Le pediré consejo a alguna alumna mía.

2 comentarios:

Mary the Kiwi dijo...

Ay!!! despues de la cara q se te quedó anoche cuando te solto la perla de despedida el susodicho, te doy el mismo consejo q con Angelo.... ya sabes! hasta... ;-D

Conch dijo...

Cual era el consejo? Meterle la lengua hasta el galillo? jajaja