“Ese día tengo otra boda”, le
dije a L con cierta tristeza cuando me invitó a la de su hermana. “¿A qué
hora?”. “A las 8”, le contesté demasiado rápido. “Genial, Bitter, te da tiempo a
ir a las dos, la de mi hermana es a las 12”.
Y así fue como me liaron. Dos
bodas en un mismo día. En primer lugar la de T, hermana de mi amigo L, y más
tarde la de Q y M, un ex compañero de carrera con una prima mía. Con ocho horas
de diferencia y ambas casualmente celebradas cerca de casa, la cosa no parecía
suponer mucho problema mientras controlara el calzado y el alcohol. No le di mayor
importancia pues, pero al final, como siempre, hubo gente que me acojonó con
historias de miedo de “yo una vez lo hice y nunca
mais” y amenazas del tipo “vas a morir”.
Lo consulté entonces con N, que una
vez vi llegar a la que era su segunda boda más fresca que una rosa y como si
nada. La clave, según ella, aparte de elegir cuidadosamente el calzado, fue
desmaquillarse, ducharse, cambiarse de vestido, volverse a maquillar y
¡ale-hop! Así pues, llevé dos vestidos a la tintorería y preparé tres pares de
zapatos (boda 1, boda 2 y plan B).
A la primera boda llegué ya para
la salida de la iglesia. Con el día que me esperaba y el calorapio que hacía,
preferí no llegar antes y pegarme la plantoná. En la puerta, tanto chicos como
chicas se abanicaban con unos paipáis que astutamente repartieron las hermanas
de la novia. Pronto localicé a mi grupete y, pronto también, me compadecí de
los chicos que, enchaquetados sudaban la gota gorda. “Por favor, bodas a partir
de mayo en Murcia, no”, se lamentaban. “No más bodas en general” soltó otro,
“son la peor epidemia del siglo XXI”. Tú y los payos como tú sí que sois una
epidemia, le dije.
Enseguida salieron los novios
bajo un manto de arroz y llegó el momento de marchar al lugar de celebración.
“Está sólo a 20 minutos andando, es un paseíco” ¿Perdona? Pero claro, no era
plan de irme yo sola en taxi, así que hice de tripas corazón y le di al tacón
con garbo pero con miedo, por el centro de Murcia.
Tras una paradica técnica para
una birra fría en la Posada de Correos, llegamos al lugar de celebración donde
los invitados se cocían bajo el sol. Cuál fue mi sorpresa y alegría, cuando
encontramos, en una esquina del jardín, a aquel camarero tan simpático haciendo
mojitos…
La comida fue estupenda, y el
momento del baile y la barra libre aún mejor. DJ Keaton animaba el cotarro con
una variedad de temazos increíbles mientras yo apuraba mis minutos y mi segunda
copa. Llegó la hora de marchar y esta vez sí que me pedí un taxi que me llevara
a casa. No sólo por mis pies, que milagrosamente seguían ahí, sino también
porque no me veía yo cruzando la manifestación del 12M15M al grito de “Vamos de
boda”. Entonces, siguiendo los consejos de N, me duché, me cambié de vestido y
me puse los plan B, y enseguida, más fresca que una rosa, llegué a la segunda
boda.
“No beberé ni comeré más… al
menos en un rato”, les dije a B y F camino al banquete. Y el “rato” me duró
hasta la entrada del salón, cuando me ofrecieron una copa de champán rosa y
divisé la barra de quesos, torta de casar incluida, y la de sushi… Nos
inflamos. Y luego en la cena no pude ni con la ensalada y no os contaré lo que
sentí cuando llegó el ossobuco.
Mi segunda barra libre fue sin
alcohol, e hidratándome a base de Coca-Cola, bailé como una posesa hasta que a
las tres de la mañana mi cuerpo dijo basta. Podía sentirme orgullosa aunque,
presintiendo los dolores de la mañana siguiente, me prometí no volver a hacerlo
nunca mais.
Por fin, a eso de las cuatro de
la mañana, y tras quince horas de boda, cautiva y desarmada como el ejército
rojo, me lancé en plancha a la cama, cerré los ojos y pensé: La guerra ha
terminado.
8 comentarios:
Reitero lo del "payo" que mencionas, y es que las bodas son un poco coñazo. El momento más divertido es el de arreglarme...y ya luego la barra libre por lo que conlleva.
Me agobia tu día de dos bodas solo de leerlo, así que te aplaudo, nena.
PD: de un día con dos bodas me esperaba, como poco, algún comentario del estilo "guapo 4.8" ;-)
Vasico.
2 bodas con sus respectivos 2 regalos y de la amiga del amigo de mi amigo, eso es de nota
¡con un par!
Vasico, las bodas molan, sobre todo comparado con los bautizos... o las comuniones.
Gracias por los aplausos y... el comentario que me pides.. mucho me pides. Ya te dije que #soyunatumba y que rara vez continuo mis historias.
Anónimo... ¿Yo soy amiga del amigo de tu amigo? ¿Quién eres y qué quieres de mí?
Gracias, cuaren, efectivamente... ¡Un par de bodas me metí entre pecho y espalda! ;)
Maemíademiarma! Me suena tantísimo la descripción de tu primera boda y me cuadran tanto las iniciales de la novia y de tu amigo, que me huelo que estuvimos en la misma boda y no te vi!!!!!!!! Con las ganicas que te tengo, Conch!!!!! Sea como fuere, dos bodas el mismo día y dándolo todo en ambas es para darte un premio!
Cómo no me visteeee???!!!
Acho! pues porque supongo que estuve muy entretenida entre los vinos blancos y las cañas en una medida errónea para aplacar el calor en el jardinico, las fotos chorras con bigotes, gorros y morrazos, la comida, las copas y los bailes... me dediqué poco a fijarme en alguien que no fuera el DJ que con su look, me traía loca!!!! Eso contando con que realmente estuviéramos en el mismo bodorrio... ¡Cagüenlosmorosmareaos!
Me temo que yo aplaqué el calor justo en el otro extremo del jardincico, junto al jamón y los mojitos.
Y sí, es la misma boda. El DJ fue cosa del hermano de la novia. Yo porque estoy acostumbrada a verlo que si no...
Pues fíjate que yo estuve ahí en la pista de baile dándolo todo...
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