Existe una mañana en la vida de alguien como yo en la que te despiertas pensando que no sólo los tíos son gilipollas sino que también nosotras somos tontas. Bueno, no una, rectifico: varias mañanas. Muchas. Demasiadas.
Esas mañanas en las que, a pesar de que deberías levantarte de la cama pegando un brinco porque anoche fue una noche estupenda, te levantas que… No te levantas. Esas mañanas en las que te preguntas, imantada a las sábanas, de dónde habrá salido la apisonadora que te ha dejado así. Y no hablo de resaca, pues no es el alcohol el causante de tus males (o no el único), sino tú misma, tu conciencia y tu mente retorcida de mujer lo que más te pesa esa mañana. ¿Hiciste lo correcto anoche? ¿Hoy qué se supone que pasa? ¿Debería empezar a lamentarme por los errores que no sé si he cometido?
Un amigo de tiempo con el que te encuentras, te tomas un par de copas y te cambia todos tus planes, como también de repente cambian todas las cosas. Acabar con él, sin saber cómo ni por qué, en un antro perdido en las afueras y disfrutar como una enana. Y a la vuelta, que te coja de la mano y el intentar descifrar qué significa la forma con que te aprieta. Un abrazo de amigos que se despiden que se convierte en beso. Y un beso en el portal que no puedes calificar de beso. Un portalaco, que dice una amiga mía. O un montón de sms de madrugada. El dilema de invitarlo a que suba a casa o no invitarlo. O vernos para hablarlo, a mitad de camino entre su casa y la mía a eso de las 6 de la mañana…
Pero esto no es lo único, que la cosa va a peor. Que si, ya desde los noventa, lo horrible de liarte con un chico era “el día después”, en la era de las nuevas tecnologías agárrate que vienen curvas. Que no hablamos sólo de si te llamará o te mandará un sms (que es muy fuerte que después de tanta intimidad no te vuelvan a hablar, para empezar). Ahora añadiremos el hecho de que se manifieste, cómo y con qué frecuencia, por email, facebook, whatsapp, twitter y Dios quiera que no tengas blog. La hemos liado y mucho. Paren el mundo que me bajo.
Que ahora… ¿Qué pasa? ¿Quién hace el primer movimiento y por dónde? Primero decidir si ser tú la primera en mover ficha y luego, elegir el modo y la red social por la que comunicarte sin acosarlo ni agobiarlo, no vaya a ser. Porque es que debemos seguir tan normales, que aquí no ha pasado nada, que todo sigue igual. Pues no, yo me niego, que aquí sí han pasado cosas. Y además, retenerte las ganas de espiarlo y estudiar sus movimientos en todos sus perfiles, que para mí es comparable a hacer huelga de hambre. Para que luego no dé señales de vida, que si ya es triste que no te quieran, lo es mucho más cuando te lo demuestran por todas las redes sociales. Precisamente no hace mucho vi un grupo en el facebook del que me hice fan que decía: "De los creadores de No te llama y No te escribe, llega en 3D: NO LE IMPORTAS". Como cuando, esta misma semana, “NO TE AMA” fue trending topic en twitter, con mayúsculas y todo. Duro eso.
Llego a la conclusión de que todo esto es agotador y no me apetece comerme el tarro, que ya soy mayor. Ya no hay nada que pueda hacer al respecto, sólo darme coscorrones contra la pared y pensar que para la próxima me quedo quietecica. Me pongo algo de música mientras desayuno, y la canción que una vez me hizo sentirme sexy y todavía veraniega me entristece y se me clava como una espina en el corazón. Y será que ya es otoño y esto es así, pero no quiero pensar más. No me va a llamar nadie, así que me quedaré en pijama todo el día, me tiraré en el sofá y me inflaré a sexo... en Nueva York, claro. Vuelve el otoño y los domingazos de sofá y no pensar. Vuelven los domingos de sofasex.
9 comentarios:
... sencillamente GENIAL ...
Gracias :)
Siempre tan estupenda y auténtica Conch :-)
Superándote a ti misma. Hoy se han atragantado más magdalenas de las que imaginas. Deberias escribir música.
Muchísimas gracias, Sublevado (te conozco?)
Armando, yo escribo y tú cantas. Gracias, guapo.
Oins, hoy me has pillado comiéndome el tarro también (aunque por otros motivos muy distintos y muy largos de contar)
Será este cambio de estación que tan melancólicas nos pone...cada día alucino más como la raza masculina es tan gili de no apreciar a una tía como tú
Mucho ánimo y un besazo
Pd. me apunto al sofasex otoñal! ;-)
Muchas gracias, Luci, mucho ánimo para ti también. Y comeduras de tarro, las justas. Como mucho tarros de helado ;)
Buenísimo, una obra de arte. Como hombre, me siento gilipollas después de leerlo.
Deberías tomarte en serio esto de escribir.
Por cierto, y antes de que preguntes, no nos conocemos...
Enhorabuena, de verdad.
Muchísimas gracias, Fernando :) Qué sol.
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