domingo, 28 de febrero de 2010

Borrar contacto


A ver, colega, ¿por qué no me das señales de vida?, ¿por qué no contestas a mi mensaje? ¿No querías salir conmigo? No puedo evitar fliparlo, me quedo loca, no lo entiendo. Y es que tenía que haber borrado tu móvil. Te quité del facebook, dejé de ir a los mismos bares que tú… pero no sé qué pasó que me ablandé. Y es que me tocas la moral. Pero pijo, ¿estar conmigo no era un sueño? Entonces, si, tragándome el orgullo, mes y medio después de nuestro último y absurdo encuentro, te mando un mensaje para decirte que voy a ir a tu pueblo esta semana por el curro y que si te apetece nos vemos para un triste café... ¿por qué narices no me contestas siquiera? Obviamente no te apetece verme. Que no te digo que me contestes al minuto, ni siquiera a la hora, pero ¿no contestarme jamás? Tronco, que no te he pedido matrimonio. Que no se puede ser tan cobarde, colega, invéntate cualquier excusa como hacemos todos: que estás ocupado ese día, que ya me llamarás, que estás con una, que se te cayó el móvil al váter... que yo lo pillo, en serio. Que es que ya prefiero que me mientas vilmente a que me ignores, jolín. Tronco, que es que eres un maleducao, que es que encima yo lo flipo y me creo que te estoy dando la oportunidad de tu vida. Que con eso de que conozco a todos tus amigos, a los que me encuentro a todas horas, y me dicen que eres una bellísima persona, pues voy yo y me compadezco, porque así de tontas somos las mujeres ¡cuando el tonto mayor del reino eres tú! Y lo peor de todo es la indignación y el hervor de sangre que llevo, que es que no sé por qué me molesto contigo, que deberías estar besando por donde piso. Que eres un matao y un bocas, jolín, que parece que se me olvida.

Y como no me lo explico y no te tengo enfrente pa hincharte a collejas y sacarte los ojos, ¿a quién acudo? A mis amigos.

Para empezar mi amiga I me echó la bronca del siglo por haberte mandado un sms. Mi amigo J sólo me dijo con tono de resignación: “Lo sé, las noticias vuelan. Estarás orgullosa”. Luego S, conocida por sus frases geniales, pero que dan en el clavo siempre las puñeteras, dice que los tíos estáis “arranaos” mientras se encoge de hombros. Y mi amiga N le da la razón diciendo que precisamente eso es lo que debemos hacer nosotras: estar arranás, quedándonos a veros venir. ¡Pero es que no venís! Os quedáis en vuestro pantano de arranaos. Dice N, y yo estoy con ella, que está hasta el moño de currárselo, de ir a por vosotros, porque luego además esa disponibilidad es lo que más os asusta. Al pavo indeciso con el que estaba de tonteo ("Sólo somos amigos, me pillas en un mal momento”) le dijo que estaba con uno y desde entonces no deja de llamarla para desayunar, comer, cenar, cine y demás fiestas de guardar.

Entonces hablé con mi grandísima amiga A, que después de estar con un chico en principio estupendo, le pregunté si habían quedado en algo, si se verían más: “Pues es que, aunque me lo ha pedido, no le he dado mi móvil”. ¿Qué me estás contando? – “Es que yo soy muy romántica, Conch, y sé que no me va a llamar. Entonces así me ahorro sufrimientos de quién da el primer paso - que acabaré siendo yo- de si me contesta o no me contesta, no sé, la agonía esa, no sé si me entiendes”. Agonía, sí, algo de eso, sí.

No podía quedarme así, con tantas ganas de hacerme el harakiri por ser yo la equivocada de esta historia, así que le consulté a mi amigo D, a ver si él me proporcionaba un rayico de esperanza, y no pudo ser más claro: “Conch, es muy sencillo: para empezar hay más tías que tíos y por otra parte, a nosotros… nos gustan todas”.

Borrar contacto. Aceptar. ¿Está seguro? Sí. Aceptar.

domingo, 21 de febrero de 2010

Conejillo de Indias


Versión remasterizada 2010

Queridos, estoy metida en un experimento científico. De conejillo de indias, sí señor. Es para un estudio que se va a realizar en los USA sobre genética, obesidad, hábitos alimenticios y no sé qué, no lo sé reproducir, que pa eso soy de letras. Sin embargo, en su momento, cuando me lo explicaron y me hablaron de genes, de ADN y de polimorfismos y palabros irreproducibles, más o menos capté el rollo y me quedé fascinada con los posibles descubrimientos que podría hacer un grupo de científicos gracias a cuerpos como el mío. O en otras palabras, que me vendieron la moto y ahí estoy, en el experimento metida hasta las cejas. Y que pensé que me vendría bien para la Operación Campanile (perder 5 kilos en 5 meses).

Desde hace 10 días que empecé con esta historia, llevo en el bolso y donde quiera que voy una libreta enorme donde rindo cuentas de mi dieta, apuntando todo lo que como, dónde lo como y a qué hora lo como, incluyendo además todos los antojillos: el colacao, las galletas nocturnas, las gominolas, las oncicas de chocolate, las punticas de pan, las lonchicas de queso… lo cual pensaba que iba a darme vergüenza, propósito de auto-control, y me iba a hacer jalar menos… pero no, vergüenza ninguna y apuntando como loca que estoy.

Otra cosa que he tenido que hacer es responder a varios tests. Uno curiosamente denominado de “Barreras”, otro llamado “Comedor emocional” y otro de “Ejercicio”, a cual más preocupante y removedor de conciencia.

El de las “Barreras” es uno que te pide que identifiques los obstáculos encuentras en tu camino hacia la escualidez, qué cosas hacen que te cueste perder peso. Te hace preguntas de si cuando te aburres comes, de si controlas cantidades, de si haces trampas cuando estás a régimen, de si zampas como una cerda porque sí, de si le robas la nocilla a tus primos pequeños, de si empinas el codo con el bote de leche condensada, de si te importa que los dulces de navidad se hayan caducado… No creo que sea necesario ahondar en mis respuestas a ese test pero vamos, estoy segura de que he sacado matrícula de honor.
En cuanto al test de “Comedor emocional”, no sé, no me ha convencido. Yo como mucho en general, esté happy o esté depre. Y por último, el del “Ejercicio”… ¡Madre mía! ¡Ahora me explico muchas cosas! Mañana, si no llueve, me haré tres malecones corriendo sin parar. (Y si llueve me iré a casa de los Sres de Hood a montarme media horica en su máquina vibreitor con su permiso.)

Finalmente, la mejor parte del experimento tuvo lugar este viernes: la parte científica propiamente dicha. En ayunas, a las 10:30 de la mañana, rugiendo el tigre que hay en mí, me tomaron la tensión y me sacaron na más y na menos que 5 tubos de sangre (!!!). Pasado un rato largo, y sin recibir el merecido bocata ni una cocacola, me subieron a una especie de peso con dos agarraderas parecidas a las alcachofas de ducha. Eso se supone que me medía la grasa en cada parte de mi cuerpo. Luego una señora muy simpática y dicharachera me midió los contornos con un trasto metálico ¡más frío! (no lo podía haber hecho con una cintica métrica de las de toda la vida). La mujer sonreía mucho, lo cual hubo un momento que me llegó a mosquear, hasta que al parecer le debieron gustar los resultados: “Nena, ¡estás estupenda!”. Y eso ya lo sabía yo, que en ese momento en vez de de Indias me vi de Conejita Playboy, pero mi ensoñación duró poco… De repente la tía puta, sin avisar, ¡empezó sin piedad a pellizcarme las mollas con unas pinzas! ¿Qué le he hecho yo a usted para que me haga esto, señora? No sólo dolía sino que fue degradante hasta decir basta.

Una vez finalizado el martirio, triste y humillada, haciendo balance de mi vida y de mis kilos, me dirigí al Temporáneo a tomarme el desayuno de los campeones.

jueves, 18 de febrero de 2010

Buchheim y yo

Lo prometido es deuda y aquí van las fotos de cuando visité el museo Buchheim en el verano de 2007. Me he dado cuenta de que tenía muy poquitas fotos del museo... Por eso os pongo alguna más para que veais lo preciosa que es esa parte de Alemania (bueno, y todo el país, pa que nos vamos a engañar) y también, ya de paso, yo me motivo, que ese verano pesaba yo lo que quiero pesar para este. (Motivación, ¡vuelve!)

Este primer poster es uno con el me quedé con las ganas de comprar. Es de la exposición temporal que había en ese momento, que trataba de posters y carteles de la época de la psicodelia. El caso es que... lo venden por internet... y quedaría genial en mi salón... mmm.


Esto es antes de zarpar hacia el museo, a las orillas del lago Starnberger (super natural, eh?). Porque es que a Bernried, donde está el museo, se accede en barco. Al muelle del barco se puede ir en metro desde Munich.
Hacía una mañana preciosísima.

Esto es fuera del museo, una prueba de la colección tan estrambótica que poseía nuestro amigo Lothar-Günther.


Y esta soy yo con el museo de fondo. Me acuerdo de lo bien que se estaba en la cafetería esa bajo las sombrillicas.

Buff, me encantaría volver.

miércoles, 17 de febrero de 2010

OC: Por el buen camino

Tras la vuelta al gimnasio y la visita al endocrino...

Tras empezar una rutina de hora diaria de ejercicio, los mil malecones que me habré hecho, y las correspondientes agujetas (en las caderas!)...

Tras una comida fantástica en el Enso sushi, una cenorra por San Valentín y algún que otro bombón...

Tras cinco días de setismo con la excusa del mal tiempo...

La cosa está así:

5 meses 6.5 kilos

martes, 16 de febrero de 2010

La parte por el todo (I)

En mi primera participación en "La parte por el todo" os invito a adivinar no sólo la obra a la que pertence este fragmento sino sobre todo, os animo a que conozcáis a su autor.

Un artista con una personalidad algo estrambótica y una vida fascinante que descubrí hace unos años en un viaje. Un tipo que coleccionaba aficiones, experiencias y hasta profesiones de toda índole (¡incluida la de pirata!)... todas ellas albergadas en un museo fantástico ideado por él mismo... Ah! también hay peli de por medio.
Enigma resuelto:



Gwen in grüner Bluse, 1947, Pastell, © Buchheim Museum

Autor: Lothar-Günther Buchheim

domingo, 14 de febrero de 2010

Valentinas 2010

He aquí la mesa preparada para el evento...


Los ENTRANTES fueron:

- Surtido de ibéricos y queso manchego

- Nachos con guacamole y salsa mexicana

- Almendricas, pataticas y encurtidos varios

PRINCIPALES:

- Crema amorosa de tomate

- Maki sushi de salmón y surimi

- Verduras de la huerta murciana a la plancha

(Por 2º año consecutivo nos dejamos la carne para otro día)

POSTRE

- Fresas y piña acompañadas de chocolate de fondue, nata montada y/o yogur (desnatado)

Y como GUINDA...

Botelleo variado

Besitos de gominola y bombones


Al finalizar la cena hubo regalos y después nos lanzamos a la calle a pesar de las inclemencias del tiempo... Mirad qué guapas, jolín. Esto quizá fue lo único que se desperdició en toda la noche ;)

San Valentín


Hoy, día mundial del pasteleo descontrolado, me enorgullezco de anunciaros que me he despertado sola y más feliz que un piojo. Muchos pensaréis que para mí, más que del amor, éste será el día del odio y la depresión. Pues no, de todos los días del año, creo que el 14 de febrero es el día en que más me chifla estar soltera.

El pasado viernes, emocionada por el pedazo fin de semana (de cuatro días, que tengo puente) que estaba a punto de comenzar, les pregunté a mis compañeras de trabajo casadas o ennoviadas por sus planes: "Pues na, nena, ¿no lo dirás por San Valentín? Si es que... qué vas a hacer... pasando de chorradas... Nosotros esas cosas...". Y es que claro, ¿qué se hace? ¿Qué se hace si no eres un poco pereta? Que si tienes pareja en los tiempos que corren te las das de modernete y pasota y dices que no haces na, que “se lo inventó el Corte Inglés”, que “yo paso”, que “qué cursilada”... o te tiras a la piscina de las flores, los regalos, la cena e incluso el fin de semana fuera spa incluido, cosa que por tu dignidad y reputación mantienes oculto. Digo yo. Porque si no, que alguien me explique lo siguiente: si las parejas no hacen nada especial ¿quién demonios ha reservado todos los restaurantes, los hoteles, los vuelos y las pistas de esquí? ¿No estábamos en crisis? Vale que también hay grupos de solteros, pero la mayoría son parejas de enamorados que se juntan en grupos para que no se note tanto que están celebrando San Valentín los muy cursis, que a mí no me engañan.

Mis amigas y yo celebramos San Valentín, pero no nos estresamos en reservar en un restaurante donde además seríamos la comidilla del local (que es que somos unas cuantas) y llevamos ya dos años organizando en mi casa la cena perfecta del Día de los Enamorados. El Gran Aquelarre del año, con su mantel rojo, su champán, sus fresicas y hasta su regalo. Ocho fuimos las comensales de anoche, una menos que el año pasado, y no admitimos emparejadas, que se ponen envidiosas e intentan por todos los medios flexibilizar los requisitos de acceso. El menú está estudiadísimo y es, además de variado, delicatessen. Este año se pudo degustar desde los más exquisitos ibéricos hasta unas piezas de un sushi divino. Sin embargo, lo mejor de la cena sin duda son las conversaciones. Creamos verdaderos foros de debate en torno al amor en el siglo XXI. He aquí algunos ejemplos de anoche:

- ¿Se acabaron los besos en el portal?
- ¿Para qué quieres mi móvil si no me vas a llamar nunca?
- Maletas rojas, bolas chinas y otros amores alternativos.
- Las mejores frases del año (“Entre tú y yo no hay nada”, “No me creo que esté contigo, es un sueño”, “Estarás de acuerdo conmigo en que necesitábamos distancia”, “Ya no me mandas mensajes”…).
- Ranking de los pavipollos del año.
- Y el eterno: Respuestas a la pregunta “¿Cómo es que no tienes novio?”

Tras eso, salimos de marcha a juntarnos con los otros solteros desparramados por Murcia celebrando San Ballantines, San Solterín, San Calabacín... cada grupo con su denominación. Mucha risa, mucho tonteo, que si el facebook, que qué guapa estás, ji ji, ja ja, dirty dancings en el Faceclub, pero na, que no cuaja, que seguimos sin besos.

Aún así, hoy me alegro de haber disfrutado del amor de mis amigas, de mi cama para mí sola donde he dormido en forma de aspa, y de haber descansado, jolín, que entre la dieta y el curro llevo un estrés que estoy yo pa amores, regalos y chorradas. Déjate déjate. Es más, creo que, de haber tenido novio, habría cortado con él esta semana para evitar tensiones, rollos y gastos innecesarios. Bah, menudo alivio estar soltera.

sábado, 13 de febrero de 2010

Cocinando con amor


Estoy cocinando (yo!) a ritmo de Dave Matthews Band. Menudo ritmazo, ¡me encanta!, Definitivamente, creo que, mientras no te dejes llevar demasiado y vigiles que no se te quema el experimento, es ideal cocinar con música, pero bueno, yo es que todo lo hago con música... O casi todo.

Estoy preparando, de momento, una, espero-deliciosa crema de tomate para la cena de esta noche. La aprendí a hacer en uno de los tropecientos cursos de cocina de los que me ha dao por ir este año, sin embargo, dado que la receta incluye algunos alimentos prohibidos en mi dieta, he hecho algunas modificaciones... A ver qué tal. Si no es para la cena de esta noche, me la guardaré para sucesivas cenas mías, que yo seguro que me la tomo salga como salga. Amor propio lo llaman.

Y esta noche... Esta noche vienen a casa mis siete amigas solteras para celebrar... como todos los años, "La Cena de las Enamoradas".

Y mientras cocino y compruebo que la cremica huele a gloria y tiene una pinta tan estupenda que no me la merezco, me doy cuenta de que con lo estupenda que soy... no sé cómo un año más... no tengo novio! Jajaja.

¿Qué vais a hacer vosotros esta noche?

lunes, 8 de febrero de 2010

We get on

Esta mañana os pongo una JOYA de videoclip de una JOYA de canción. A mí por lo menos me hace mucha gracia... y es real como la vida misma!

domingo, 7 de febrero de 2010

La jubilación


Que me deje de fantasías absurdas con discjockeys, me dicen. Que me gire unos 90-270 grados con respecto a la barra del bar y abra los ojos. Eso hice anoche y ¿qué veo? Una fauna de mataos, pavipollos y animalicos de acequia. Sueno cruel, soy consciente, pero es que sábado tras sábado vuelvo a casa cabizbaja, con las manos en los bolsillos (también porque hace frío) y cantando la canción esa de ¿Qué me queda?

Estoy considerando mi retirada de los ruedos nocturnos, que no hay ni blas que cumpla un mínimo de ocho requisitos de mis dieciséis. ¡Qué digo ocho! Es que ni pa objetivo de oportunidad me sirven. (En jerga militar, el objetivo de oportunidad es aquel que no era prioritario pero se convierte en objetivo al cruzarse en tu camino). O como dicen mis amigas, que la cosa ya se reduce a dos condiciones: “O que sea guapo, o de nuestra edad”. Pues yo me niego. Ni que estuviéramos de oferta. Hoy, anonadada, acongojada y frustrada, os contaré qué tal me fue anoche.

El primer especimen no tardó en aparecer. Estaba yo enzarzada en una discusión con dos amigas sobre cómo nos gustaría que la gente dejara de preguntarnos por qué estamos solteras, cuando de repente llega un energúmeno que, cual chino de las rosas, ¡nos acerca una nube a la boca a cada una de nosotras! Y lo que pasa, que se me va el caire: “Perdona, ¿por qué no te metes la nube por donde te quepa?”. El tío pánfilo se queda petrificado, pero es que inmediatamente viene el amigo listillo. “Disculpa a mi colega. Él sólo quería ser amable”. “Sí - le contesto- pero es que yo no lo soy, y me suele molestar que un desconocido me meta una nube en la boca cuando estoy hablando con mis amigas”. Entonces llegan los mil perdones, qué pesados, por Dios. Sin embargo, si aguantas, con un poquito de suerte hasta puede que te lleves una copa de premio. “Una coca cola light, gracias”.

En el siguiente bar un amigo común me presenta por enésima vez a un periodista de la competencia que va de guaperas por la vida.

- “¿En serio nos han presentado?”.
- “Sip”. (Varias veces, pero no sabes lo mucho que me alegro de que no te acuerdes de mí)
- “¿Y a qué te dedicas?”
- “Soy profe” (A punto estuve de decirle que fontanera, pero pensé que mejor no darle opción a más preguntas)
- “Qué bien, ¿no?”
- “Sip”
- “Eres muy seria, ¿no?”
- “Sip” (Aunque más bien soy rabúa y antipática, pero no sé por qué contigo me estoy controlando). “Oye, mira, te dejo, me piro a otro bar”.
- “La próxima vez prometo acordarme de ti, no hará falta que nos presenten”.
- “Sip” (Mira tú qué suerte).

El tercer bar fue definitivo. Estaban tardando pero aparecieron: el Clan de la Chaqueta de Terciopelo. Seguro que los habéis visto alguna vez. Los miembros de este clan cumplieron los 35 hace ya tiempo y llevan todos melena, por lo general engominada, intentando ocultar la calvicie propia de su edad. (Y yo, llegados a este punto, no puedo evitar preguntarme: ¿Nadie les dijo jamás que lo sexy es raparse como Sting? ¿No está eso en el manual de los calvos dignos?). Juraría también que alguno de ellos lleva dentadura postiza y no nos olvidemos de… ¡esa barriga! Suelen además entrar bailando a los garitos, y también mirarte de una manera por la que deseas teletransportarte directamente a una vida mejor. Un amigo mío dice que gracias a ellos se ha dado cuenta de que realmente existe una edad para retirarse del pendoneo de las discotecas. Y de hecho él se ha marcado los 36 como su edad de “jubilación”. Yo estoy que me retiro ya, a los 31, y me concentro en esa idea que me ronda de apuntarme a senderismo. No puedo con esta fauna y me niego a acabar como ellos en discotecas todo viejuna, rabúa, vistiendo una chaqueta de terciopelo.

jueves, 4 de febrero de 2010

Queen of sorrow


I'm crying everyone's tears
And there inside our private war
I died the night before
And all of these remnants of joy and disaster
What am I suppose to do

I want to cook you a soup that warms your soul
But nothing would change, nothing would change at all
It's just a day that brings it all about
Just another day and nothing's any good

The DJ's playing the same song
I have so much to do
I have to carry on
I wonder if this grief will ever let me go
I feel like I am the king of sorrow, yeah
The king of sorrow

I suppose I could just walk away
But I'll disappoint my future if I stay
It's just a day that brings it all about
Just another day and nothing's any good

The DJ's playing the same song
I have so much to do
I have to carry on
I wonder will this grief ever be gone
Will it ever go
I'm the king of sorrow, yeah
The king of sorrow

I'm crying everyone's tears
I have already paid for all my future sins
There's nothing anyone
Can say to take this away
It's just another day and nothing's any good

I'm the king of sorrow, yeah
King of sorrow
I'm the king of sorrow, yeah
King of sorrow


Intento animarme pero hay veces que creo que no puedo más. Mientras espero a que las cosas cambien canto King of Sorrow, de Sade.

lunes, 1 de febrero de 2010

Celebrity Best Friend


Según este test la lánguida y mensa Gwyneth Paltrow sería mi mejor amiga famosa. Mencanta. Me parto. Yo es que nos veo almas gemelas. El resultado del test dice así:

"Your celebrity best friend is none other than Gwyneth Paltrow—movie-star, spokesperson, and mother. Despite her success in numerous movies, including “Shakespeare in Love,” Paltrow has recently been known for her role as wife to rocker Chris Martin of “Coldplay,” and mother to children Apple and Moses. She comes across as spunky, yet traditional, as well as spontaneous, yet classic, and we think that her BFF, Stella McCartney, would definitely agree".

Si Gwyneth Paltrow fuera mi mejor amiga, iría a verla a su casaza de Notting Hill de camino a Portobello Road Market, o a la vuelta, tras dejar a mis churumbeles en el instituto español Cañada Blanch. En las fiestas en su casa coincidiría con Rosario Nadal, la igualmente pavisosa y friki Stella McCartney o incluso, quién sabe... ¡con la grandísima Madonna! Me pregunto qué serviría la Paltrow en los guateques de su casa. Que vete tú a saber si yo fuera su mejor amiga a lo mejor hasta me gustaría comer alpiste como ella y... ¡a lo mejor estaría tan flaquísima! Si tuviera hijos a lo mejor les habría puesto de nombre Noé y Lechuga... o algo del estilo... e iría gratis a sitios chulísimos donde me regalaran cosas... oye, y que yo creo que la Gwyneth tiene que ser una cría simpática, a mí, dentro de lo que cabe y de que no la conozco, me cae bien.
Y sí, todo eso estaría muy bien, pero sabéis que para mí lo mejor de ser amiga de la Gwyneth sería... ¡poder ver, hablar y hasta tocar a ESE PEDAZO DE MARIDO QUE TIENE!

De hecho, creo que más que ser su mejor amiga, lo que a mí me gustaría ser es SU PEOR ENEMIGA. Lo que daría yo por poder quitarle el marío. Ains.