Que me deje de fantasías absurdas con discjockeys, me dicen. Que me gire unos 90-270 grados con respecto a la barra del bar y abra los ojos. Eso hice anoche y ¿qué veo? Una fauna de mataos, pavipollos y animalicos de acequia. Sueno cruel, soy consciente, pero es que sábado tras sábado vuelvo a casa cabizbaja, con las manos en los bolsillos (también porque hace frío) y cantando la canción esa de ¿Qué me queda?
Estoy considerando mi retirada de los ruedos nocturnos, que no hay ni blas que cumpla un mínimo de ocho requisitos de mis dieciséis. ¡Qué digo ocho! Es que ni pa objetivo de oportunidad me sirven. (En jerga militar, el objetivo de oportunidad es aquel que no era prioritario pero se convierte en objetivo al cruzarse en tu camino). O como dicen mis amigas, que la cosa ya se reduce a dos condiciones: “O que sea guapo, o de nuestra edad”. Pues yo me niego. Ni que estuviéramos de oferta. Hoy, anonadada, acongojada y frustrada, os contaré qué tal me fue anoche.
El primer especimen no tardó en aparecer. Estaba yo enzarzada en una discusión con dos amigas sobre cómo nos gustaría que la gente dejara de preguntarnos por qué estamos solteras, cuando de repente llega un energúmeno que, cual chino de las rosas, ¡nos acerca una nube a la boca a cada una de nosotras! Y lo que pasa, que se me va el caire: “Perdona, ¿por qué no te metes la nube por donde te quepa?”. El tío pánfilo se queda petrificado, pero es que inmediatamente viene el amigo listillo. “Disculpa a mi colega. Él sólo quería ser amable”. “Sí - le contesto- pero es que yo no lo soy, y me suele molestar que un desconocido me meta una nube en la boca cuando estoy hablando con mis amigas”. Entonces llegan los mil perdones, qué pesados, por Dios. Sin embargo, si aguantas, con un poquito de suerte hasta puede que te lleves una copa de premio. “Una coca cola light, gracias”.
En el siguiente bar un amigo común me presenta por enésima vez a un periodista de la competencia que va de guaperas por la vida.
- “¿En serio nos han presentado?”.
- “Sip”. (Varias veces, pero no sabes lo mucho que me alegro de que no te acuerdes de mí)
- “¿Y a qué te dedicas?”
- “Soy profe” (A punto estuve de decirle que fontanera, pero pensé que mejor no darle opción a más preguntas)
- “Qué bien, ¿no?”
- “Sip”
- “Eres muy seria, ¿no?”
- “Sip” (Aunque más bien soy rabúa y antipática, pero no sé por qué contigo me estoy controlando). “Oye, mira, te dejo, me piro a otro bar”.
- “La próxima vez prometo acordarme de ti, no hará falta que nos presenten”.
- “Sip” (Mira tú qué suerte).
- “Sip”. (Varias veces, pero no sabes lo mucho que me alegro de que no te acuerdes de mí)
- “¿Y a qué te dedicas?”
- “Soy profe” (A punto estuve de decirle que fontanera, pero pensé que mejor no darle opción a más preguntas)
- “Qué bien, ¿no?”
- “Sip”
- “Eres muy seria, ¿no?”
- “Sip” (Aunque más bien soy rabúa y antipática, pero no sé por qué contigo me estoy controlando). “Oye, mira, te dejo, me piro a otro bar”.
- “La próxima vez prometo acordarme de ti, no hará falta que nos presenten”.
- “Sip” (Mira tú qué suerte).
El tercer bar fue definitivo. Estaban tardando pero aparecieron: el Clan de la Chaqueta de Terciopelo. Seguro que los habéis visto alguna vez. Los miembros de este clan cumplieron los 35 hace ya tiempo y llevan todos melena, por lo general engominada, intentando ocultar la calvicie propia de su edad. (Y yo, llegados a este punto, no puedo evitar preguntarme: ¿Nadie les dijo jamás que lo sexy es raparse como Sting? ¿No está eso en el manual de los calvos dignos?). Juraría también que alguno de ellos lleva dentadura postiza y no nos olvidemos de… ¡esa barriga! Suelen además entrar bailando a los garitos, y también mirarte de una manera por la que deseas teletransportarte directamente a una vida mejor. Un amigo mío dice que gracias a ellos se ha dado cuenta de que realmente existe una edad para retirarse del pendoneo de las discotecas. Y de hecho él se ha marcado los 36 como su edad de “jubilación”. Yo estoy que me retiro ya, a los 31, y me concentro en esa idea que me ronda de apuntarme a senderismo. No puedo con esta fauna y me niego a acabar como ellos en discotecas todo viejuna, rabúa, vistiendo una chaqueta de terciopelo.
16 comentarios:
Conch, te invito a una cocacola lai cuando tú quiera (no, no te via meter una nube en la boca previamente. Por favor. Eso se hace con un bocadillo de calamares.)
Y te animo a lo de los senderismos, es una de las grandes ideas de la vida. Entre pinos uno se siente feliz.
Va ganando con fuerza la propuesta de que de día a lo mejor hay más oportunidades... Al menos de día los gatos son de diferentes colores.
Jan, esa cocacola que sea de día. A ver si el finde que viene hace el solazo que ha hecho este.
Bocata de calamares? Dónde? Yam, qué rico! Otra cosa que hace siglos que no me como.
Pretoriano, el finde próximo promete actividades diurnas de variada índole así que ya os contaré... que tengo puente! Carnaval, Carnaval...
Piénsalo por el lado positivo, todavía tienes amigas solteras con las que salir de fiesta ....
En mi caso, cada vez está más difícil hacer que la gente aguante, y no desaparezcan a las dos la noche.
Sí, la verdad es que tengo suerte, aunque cada vez somos menos. Además, me río mucho con ellas y son mi fuente de inspiración sobre todo pasadas las dos de la madrugada... si es que llego ;)
Ni la noche, ni la mañana ni la tarde...o al menos en el 609.
Despues de leerte tantas veces, el viernes por la tarde se me ocurrió ir a tomar un café....!!!
Madre mia, si eso era las 4 a.m. de una nochevieja....!!!
Como te apuntan por ahí, empieza a cambiar de hábitos si no quieres ver tanto sosías, muchos de los que pululan por la barra tienen esos años pavos o se han quedado en ellos
Cuando uno brinca la treintena el cuerpo va pidiendo tierra y dejarse el aceite, el tabaco y trasnochar.
Hay que empezar a cuidarse y la clave está en el DEPORTE ,he dicho
Joer, Anónimo, cómo sentencias. Aunque estamos de acuerdo.
Me he dado cuenta de que no os he contado lo de mi hora diaria de deporte por prescripción médica. (Voy herniá).
Armando, siempre he dicho que el 609 era un antro...
Sí, Cocacolas de día está bien... yo tampoco me estiro mucho por las noches, salvo para ir al bar de un amigo (y porque es de un amigo, si no tampoco iría). Realmente, creo que ya por 2007 dejé de hacer como que me interesaba ligar en bares... y con lo joven que soy.
Después de leerte (qué jartá a reír junto a la Vecina de Ayer) he decidido desterrar a mi ropero todas mis chaquetas de terciopelo... más de una se cortará las venas de la pena, jajajaja...
Me he reído mucho con el post, refleja muy bien la realidad del noctámbulo pasados los 30. O por lo menos de ese noctámbulo que no va pedo, porque te aseguro que los de la chaqueta de "ciertopelo" están convencidos de que son los putos amos de la noche. Y los de la nube ni hablamos.
A partir de las 4a.m. está todo el pescado vendido. Y el que queda, está podrido.
Estoy pensando que... mucho quejarme de las noches pero el próximo fin de semana promete traca nonstop, tanto de día como de noche. Entre San Valentín y Carnavales...
Si el caso es que me gustan las chaquetas esas... pero, como todo, en pequeñas cantidades.
Pablo, me quedo con tu última frase. A ver si me aplico el cuento.
Yo creo que la frase del pescao es un poco exagerá.........en que situación nos deja a los demás que estamos a esas horas por ahí?jjajajajjjajajjaj
La verdad es que ahora que llega Carnaval será difícil ir a hacer senderismo.........
Tania.
Trata de aguantarlo Conch!! que yo estuve 3 findes en dique seco y luego era pasar la puerta del Mentidero y un zumbarme los oídos y unos sudores fríos ;0B
Yo soy de los que optó por el rapado a lo Bruce Willis o Sting para llevar el poco pelo que me va quedando con algo de dignidad... Y bueno... en la vida me verás con una chqueta de terciopelo.
Podría decirse que estoy casi retirado de la fiesta...
Tania ¿y el frío que hace?!! Ni senderismo ni malecón! Que venga la primavera ya!
Habitante, 3 semanas en dique seco... pocas son :(
Javi, tú eres lo más guapo que existe, te pongas lo que te pongas ;) Muax!
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