Tengo una ilusión

Últimamente me encontraba, como sabéis, tan cansada, agotada, decepcionada, aburrida, asqueada, desmotivada, frustrada, triste, melancólica, desilusionada, hasta el moño! con el spleen y la puta primavera… que he decidido acabar con esto YA antes de que esto acabe conmigo. Tengo que dejarme ya las agonías, que os tengo fritos, lo sé. Menuda época más mala, pijo. He de concentrarme en lo que tengo que concentrarme, dejarme ya el alpiste y la morralla y focalizar (focus!) en lo que verdaderamente importa…

Así pues, he decidido buscarme una ilusión y la he encontrado, o ella me ha encontrado a mí, jaja.

Es algo que me ayuda a seguir adelante, a esforzarme, algo que esperar, algo con lo que soñar por las noches, algo por lo que cuento los días, algo por lo que sonrío por los pasillos de la escuela, algo que me hace feliz…

Y… puede parecer una tontería, pero desde que tengo esta ilusión, he dejado de pensar en aquello que me amarga (más todavía si cabe), ha dejado de importarme la gente rara, cortante y estúpida.

Mi ilusión lo tiene todo y es perfecta para mí. Tan perfecta que a veces da miedo… Está hecha a medida. Incluye sol, calor, amor, revolución sexual y dolce farniente… En mi ilusión veo un descapotable, unas birritas, mi piel morena, un minipiso, Madrid, León, el Bierzo, los Picos de Europa, la Torre de la Horadada, Viena, Praga y Budapest… entre otros.

Esa ilusión se llama… Julio …y agosto 2008 ;-)

Esta entrada se la dedico, precisamente, a Julio, que, con la tontería, las casualidades y el destino (¿?) me ha devuelto la sonrisa… y es el autor de la foto que hoy veis.

Tenéis vosotros una ilusión?