Tras una semana de lo más ful, mi
plan era irme, desde el mismo viernes, a la casa de la playa. A no pensar,
desconectar, huir del calor de la ciudad y a tomar el sol de una vez por todas,
a ver si ya por fin inauguraba el verano (que no lo será oficialmente, pero
aquí en Murcia lo es ya). También quería olvidarme de la Operación Charlize,
comerme mil helados y tumbarme a la bartola. Y todo esto básicamente porque no
me veía capaz de sacar fuerzas para hacer cualquier otra cosa.
Para el jueves, tras el resfriado
aquel que se hizo eterno, el calorazo acumulado de la semana y el montón de
malas noticias recibidas me pesaban cual losa sobre la cabeza. Sin embargo,
debía hacer un último esfuerzo esa noche, pues tenía una cita con las chicas en
Del Gallo Blues, que me recriminaban el estar hecha un muermo de tía y que ya
iba siendo hora de inaugurar la temporada de terrazas.
Y lo que pasa, que lo que iban a
ser unos inocentes quintos y picoteo, acabó siendo una cena muy apañá, con sus
croquetas, su sushi y su foie macerado. Se nos fue de las manos, pero es que
también la conversación, que empezó a desvariar con historias de energías
negativas, de mal de ojo y de señoras que lo quitan. Y hubo que pedirse una
copa, sobre todo tras descubrir en V a una auténtica experta en ginebra, que
tanto conocimiento debía ponerse en práctica.
Se nos hicieron las dos de la
mañana entre anécdotas y confesiones. Que si antes hablaba de losas en la
cabeza, me es imposible describir lo que sentí cuando sonó el despertador a la
mañana siguiente. No obstante, a pesar de la ojera, el dolor de cabeza y el
sueño, me encontraba anímicamente mucho mejor. ¿Habría espantado mis males la
noche anterior? ¿Tenían mis amigas, con sus cosas, tal capacidad de exorcizar
demonios y yo sin saberlo?
Así surgió la duda para el
viernes noche. Irme a la playa o quedarme en Murcia. Salir o no salir, me
preguntaba buscando planes en el facebook. De repente, mi amiga K, sin querer,
me hizo sucumbir a la tentación. Posteó en su muro una foto del Piraña,
protagonista de la grandísima serie Verano
azul, jalándose un bocata de atún. “Bienvenido, verano 2012”, ponía como
encabezado. Y es que esa misma noche, el Café Ficciones celebraba la llegada
del estío con una fiesta veraniega con aires vintage, donde proyectarían
episodios de una de mis series favoritas.
Me lancé a la calle pues. Recogí
primero a M y L que, recién llegados del Primavera Sound, me esperaban en un
abarrotado Café del Sol. Después fuimos a Vasundhara, donde las copas tienen un
precio lógico y ponen la música que me gusta. Lo cual nos recordó que lo más
lejos que nos vamos a poder ir este verano va a ser de festivales por España,
que está la cosa muy mal.
Al llegar al Café Ficciones, tal
y como nos habían prometido, Verano azul
se proyectaba en la pared. Un capítulo de cuando Javi se queda atrapado en unas
rocas, junto a un acantilado, que me hizo preguntarme si toda esa zona estará
urbanizadísima hoy en día, treinta años después. Tantos años y nos seguíamos
acordando de los nombres de los protagonistas. Quinto en mano rememorábamos
episodios y escenas, el barco de Chanquete y el no nos moverán, y comentábamos
los modelazos de las madres de los protas. Ese pareo atado al cuello, la trenza
y el pañuelo de la cabeza. La otra, con un pelo mocho a lo Frida de Abba.
Entre risas salimos de allí y yo
además llegué a una conclusión de lo más profunda: Definitivamente tengo que
pillarme la serie para verla este verano con mis amigas, pues a la vista está
que tal combinación es el remedio para todos mis males.
Queda oficialmente inaugurado el
Verano Azul 2012. Que ustedes lo disfruten.
13 comentarios:
Todo llega. Fuera del mal de ojo, la brujería y demás delirios está el positivismo y eso sí que se contagia.
Dice por ahí un tipo que me encanta que resignarse y soportar pasivamente no es una solución. Hay que buscar los buenos momentos. Con una cena con sushi y gintonics, una fiesta con amigos, buena música y Verano azul de fondo, o un día en la playa con cucurucho de chocolate te llenas de positivismo.
El verano esta plagado de momentos así. ¡Que lo disfrutes! ;-)
Y si alguno de esos momentos puede ser junto a ti, mejor que mejor! ;)
Gracias, vasico!
Pues yo hasta 1/7/2012 no es verano, hasta que mí unico pensamiento sea ociosear.Pero ya he ido a la playica!!
Cae en domingo, así que si me apuras... el viernes 29 ya es verano pa ti, cuaren!
Que bonico Verano Azul, que yo lo vi en estreno hace treinta años, ahí es nà. Pienso que esta serie nos marcó un poco a todos
No todos trabajamos de L-V!!!!!
Ooops! Sorry!
Seguro qué sí, bonica eres!
De momento ya tenemos uno y bien gordo! AS2012 ;-)
Srta BitterConch: El Sábado la vi, paseando por La Torre a media tarde.. y sí, se daba cierto aire meláncolico a Verano Azul... :-)
Le leo con atención.
Un saludo
octalop
Ya lo dice la canción:
La felicidad, son momentos de descuido
tres segundos conquistados al olvido
la felicidad, son momentos de descuido
ese instante que saluda y ya se ha ido,
se ha ido.
Una suave melodía de Jobím
el recuerdo de un viaje a Valparaíso
un poema de Machado, una caricia
cuatro amigos y una copa de buen vino.
Sólo hay que cambiar la última frase por una GIN PREMIUM!!
Qué bien lo “pasemos” jajajaja.
Un beso, Tazón.
Pero si es mi Octalop!! Que sigue vivoooo!!! Guapo, por qué no me dijiste na?!
Un beso gordo, sabes que te echamos de menos, no?
Tazoncico... o por un Martini! Ale, a ser felices!
Octalop holaaaa!!! Sí que te echamos de menos...mucho.
No sé si ya leerás esto pero que sepas que estamos cuidando mucho del hada y te gustará saber que últimamente está mejor, al menos anímicamente está como el hierro! :)
Vasico: ¡¡ Me alegra enormemente leer lo de Alba !!
Ojalá su pesadilla se acabe ya de una vez por todas. Cuidenla mucho, no es mas que una niña.
Por cierto, a usted también la vi, hace poco. En la entrega de los premios Rendibú..
Saludos :-)
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