lunes, 31 de octubre de 2011

Desparejados

Esta semana comí con mi abuela, de 89 años. Ella no posee ya la noción de la edad de las personas, ha perdido la cuenta de los que somos y confunde las generaciones. En una misma tarde lo mismo soy su nieta que su prima, y aunque nos preocupa, a mí en parte me mola, porque a mis 33 años, mi estado civil podría parecerle cuanto menos… llamativo. Aun así, cada vez que estoy un ratico con ella, tarde o temprano acaba preguntándome si me he echado novio. “Qué guapa estás, nena”. “Sí ¿verdad? Y sola, abuela, y muy feliz”. Por un momento pensé que con eso sería ya suficiente. “¿No tienes ningún pretendiente, nena?”. “No, abuela, ¡son todos unos petardos!”- le medio-grité a la pobre para que me oyera bien. Entonces reaccionó con un pequeño ataque de risa con el que creí por un momento que no llegaba a los noventa. Asunto zanjado, pensé, aunque aquello a mí sí se me quedó en la cabeza un rato. Y es que a veces me da por pensar que a lo mejor es verdad que no queda nadie para mí, o tendré el listón demasiado alto, que los que hay no me gustan. O no me convienen y es verdad que son unos petardos. Así me consuelo y no me agobio, y paso a llenar mi cabeza con otros asuntos. Hasta la cena semanal con las Chicas de la Rueda (esta vez en María Sarmiento, un modesto y baratísimo restaurante en el lateral de la Plaza de Europa), donde salió el mismo tema. Si es que quedan, ¿dónde están los hombres que merecen la pena? ¿Debemos mantener la esperanza? Y es que a nuestra edad, de entre los posibles pretendientes, como diría mi abuela, lo mejor y lo que más frecuentemente encontramos es a desparejados, que aun pudiendo parecer lo ideal a priori, deberíamos tener mucha cautela y hasta intentar hacerles un tercer grado en cuanto podamos. ¿Cuánto tiempo hace de su ruptura? ¿En qué estadio de su soltería post-traumática está? Y como dirían Los Amaya: ¿qué es lo que quieres de mí?

Para más reflexión, el viernes en el tren me encontraba a una amiga que hace unos meses lo dejó con su novio con el que estuvo catorce años. Al preguntarle por novedades amorosas en su vida me contestaba sincera:”Para mí todavía es muy pronto”. Tras una relación larga, lo primero que intentamos todos es volver a ser nosotros mismos, preguntarnos quiénes somos, qué queremos, qué nos gusta hacer. Pero ¿cuánto se tarda en volver a ser uno mismo? Recuerdo hace mil años, en la fiesta de Navidad de la empresa en la que trabajaba, totalmente borracha y empuñando la copa de cava, me propuse pasar a la acción, pues consideraba, tan sólo cinco meses después de mi gran ruptura, que estaba preparada para volver al mercado. Me paró los pies mi amiga P, que con una especie de fórmula matemática me calculó que no lo estaba. En aquel momento no me hizo ni pizca de gracia pero años después le doy la razón, que la experiencia me dice que a veces ni siquiera doce meses son suficientes.

¿Y qué hacer mientras tanto? ¿Necesitamos un primer año de despiporre y otro de encontrarnos a nosotros mismos? ¿Cuándo se está preparado para dar y recibir? ¿Conocéis a alguien cuya primera relación post-divorcio, la del despecho, haya funcionado? Porque en ella se suelen buscar sólo mimos, ni dar, ni conquistar. Lo fácil, la primera persona que te diga ojos negros tienes. Y claro, al poco llegan las rupturas con el motivo de “tengo que volver a ser yo” y “quiero estar solo”. Y el primer impulso de la otra parte contratante será el de ofrecer ayuda y apoyo incondicional sin pararse a pensar si la relación realmente merece la pena, si convenía o si tenía aquello mucha pinta de tener futuro. Y es que, al cruzarnos con un desparejado ¿buscamos futuro o pasárnoslo bien? ¿Vamos al día o debemos mirar más allá? Qué complicado es todo. Comprenderéis ahora quizá que le suelte a mi abuela lo de los petardos para no confundirla más. Me imagino que en su época, donde había menos desparejados, todo sería mucho más fácil.

martes, 25 de octubre de 2011

Dos años en papel

Hoy hace dos años de mi primer artículo en el diario La Opinión de Murcia. Un salto al papel que dediqué a mi gatico Michifú y a mi casa, mi verdadero gran amor de estos últimos dos años :) Aquí os lo dejo, por si os apeteciera (re-) leerlo.

Carta a mi gato

Este mini-post se lo dedico a todos aquellos que me descubrieron gracias al periódico y a todos los que ya me leían mucho antes de aquel salto.

domingo, 23 de octubre de 2011

Singles Party


Uno de mis sitios favoritos de los últimos tiempos, la Casa Verde, decidió hace unos días organizar “una serie de eventos golfos y diferentes, para gente viajada y con sentido del humor”. Con esas palabras nos reclutó mi amiga I para que la acompañáramos a un evento, poco antes de anunciarnos de que se trataba ni más ni menos que de una Fiesta de Singles. Una fiesta más, decía I, sin la idea de ir a pillar cacho (necesariamente), sino para ampliar horizontes, salir de los círculos de siempre. Sí, claro. Ya. Círculos. Aun así, me gustó la idea y animé a todos mis amigos solteros a unirse, juntando al final a un grupo muy apañado compuesto mayoritariamente por chicas. Muchos, por dudar, se quedaron sin entrada, y otros amigos casados tuvieron el morro de reprocharme que no les hubiera avisado. No entendían que fueran excluidos y me salían con eso de que íbamos con “otra intención”. Pues claro que sí, con toda la otra intención del mundo, que aunque todo se quedara en una amigable charla, no me gustaría descubrir después que mi interlocutor estuviera pillado ya. ¿Y si me enamorara? No tenéis caridad cristiana, amigos casados, dejad a los singles lo que es de los singles. Tan sólo fuimos permisivas con B, que estaba empezado a salir con un chico y no era plan de impedirle la entrada por un amorzucho de cuatro días. Ella, a cambio, haría de celestina.

Me tranquilizaba el hecho de que se garantizara la asistencia de un número equilibrado de chicos y de chicas. Por eso, nada más entrar, cuál fue nuestro bajón cuando vimos que claramente había más mujeres. Así, con una pegatina con un número en el pecho, nos adentramos en la muchedumbre buscando, más que al posible hombre de nuestros sueños, víveres para comer y beber, que algunas estábamos hambrientas. Enseguida nos repartieron a todos la mitad de un corazón de cartulina para buscar la otra mitad, o una llave, como fue mi caso, para encontrar un candado que abrir. Sin embargo, nos quedábamos en nuestro corrillo, como acojonadas, evitando el contacto visual con todo bicho viviente que se acercara. B, la del novio, sin embargo, se movía como pez en el agua, y de cada viaje que hacía por quintos nos traía un maromo para que le enseñáramos la llave de nuestro corazón. Encontramos así al poseedor de la mitad del corazón de mi amiga A, pero ella lo ignoró cruelmente. “Animalico, parece simpático”, le dije. “¿No has visto su camisa?” – me contestó tajante. Entonces, cuando me disponía a explicarle que esa no era la actitud, de repente, un señor bajito guiri que podía ser nuestro abuelo (¿de dónde pijo había salido?) se acercó a nosotras preguntándonos, con el corazón en la mano, si hablábamos inglés. Qué sorpresa cuando las simpáticas de mis amigas me delataron apuntándome con el dedo. “No tengo corazón, amigo, I have no heart”. Pobre hombre, otro que se fue desolado.

Había que salir del grupo ya, que ahí sólo se respiraba energía negativa y seguro que ya nos habían puesto algún mote. Así, nada más girarme y sacar el periscopio, localicé a uno monísimo con barbica que giraba un candado entre sus dedos. Una vez más, mi llave no correspondía a ese candado, pero mi gozo no se quedó en un pozo pues entablamos una conversación bastante divertida, y hasta fui tan generosa de compartirlo con mis amigas, que lo recibieron encantadas. Pronto pasó por allí una chica con un buzón donde podíamos depositar mensajes anónimos de amor. Le dejé uno al monísimo con una romántica frase de Raffaella Carrá y cuando me descubrió, me lo agradeció emocionado, pero sobre todo, admiró que el papelico tuviera todas las tildes en su sitio. (Requisito 5. Que sea fan de mi prosa). Llegó la hora de irnos y no vi que me diera la entrada para pedirle el teléfono o volvernos a ver. Puede que, como su candado, no tuviera la cosa razón de ser. Lo dejaré pues al destino, que últimamente me sorprende. Sigo teniendo la llave de mi corazón en el bolso y todos los días la miro esperando que pronto llegue alguien que posea el candado adecuado.

I'm single

All you single people out there
This is for you

I'm not waitin' around for a man to save me
(Cos I'm happy where I am)
Don't depend on a guy to validate me
I don't need to be anyone's baby
(Is that so hard to understand?)
No I don't need another half to make me whole

Make your move if you want doesn't mean I will or won't
I'm free to make my mind up you either got it or you don't

This is my current single status
My declaration of independence
There's no way I'm tradin' places
Right now a star's in the ascendant

I'm single (Right now)
That's how I wanna be
I'm single (Right now)
That's how I wanna be

Don't need to be on somebody's arm to look good
(I like who I am)
I'm not saying I don't wanna fall in love 'cos I would
I'm not gonna get hooked up just 'cos you say I should
(Can't romance on demand)
I'm gonna wait so I'm sorry if you misunderstood

Everything in it's right time everything in it's right place
I know I'll settle down one day
But 'til then I like it this way it's my way
Eh I like it this way

Make your move if you want, doesn't mean I will or won't
I'm free to make my mind up, you either got it or you don't
'Til then I'm single

This is my current single status
My declaration of independence
There's no way I'm tradin' places
Right now a star's in the ascendant


viernes, 21 de octubre de 2011

Loco por mí

Quiero que se me pinte bonita la vida.
Que no me pierda otra vez buscando esas flores de papel
que alguien pintó del color que quería pa mi vida.

Yo sólo soy un payaso con gafas azules.
Me las dieron hace tiempo a cambio de fama
y una historia pegada a la espalda:
“Esta niña no ha roto nada”,
y en mi vida, mi amor, esto no es lo que quiero
Que no me rompan las ilusiones.
Quiero quedarme tranquila durmiendo en tu almohada
y no ver después que no sirvió de nada.

Yo que te he prometido toda la vida.
Yo que he esperado tanto a que llegaras
y ahora, siempre te miro de afuera,
como si yo no estuviera.

PARA HACERME FELIZ HAY QUE ESTAR

MUY LOCO POR MÍ.

martes, 18 de octubre de 2011

Subidón songs

Aquí una selección de canciones SUBIDÓN:

Se acabaron los días perros!


Algo típica ya, pero no podéis negar que...



No podían faltar, que los tengo muy recientes ;)


Y ésta, que me lleva loca esta mañana. Ideal pa limpiar.


¿Qué canciones te dan subidón-subidón?

domingo, 16 de octubre de 2011

¡Tú pa mí!


Fue idea de H. Ella fue la que me avisó de que venían Manel a tocar al Auditorio. Ella iba seguro y yo... Me costaría encontrar acompañante. Es la manía esta que tengo de comprar siempre dos entradas para los conciertos en cuanto los anuncian. Me arriesgo y siempre gano, que hasta ahora nunca me he quedado tirada. Pero un grupo “de estos raros que me gustan a mí” y encima que cantan en catalán iba a ser difícil de encasquetar. Pero es que yo de verdad quería ir a ver a Manel, que me quedé con las ganas el pasado SOS 4.8, pues recuerdo que tocaron muy temprano la primera tarde del festival y no llegué a tiempo. Mi fiel amiga N, mi compi M, mi amigo A, y hasta D, que se ofreció tan sólo el día antes, fueron las opciones que tuve como acompañantes, pero poco a poco se me iban cayendo. Hice incluso un amago de venderlas por twitter, y la cosa tuvo su gracia, pues hubo gente que pensó que había encontrado un plan mejor. Mis ganas marranas. Fue por fin A la que me salvó del marrón de ver un concierto solica en el Auditorio, apuntándose tras proponérselo tan sólo un par de horas antes. 

La sala Narciso Yepes estaba a reventar, rebosante de conocidos míos, filólogos y gafapastas. Profesores de Secundaria y de Escuela de Idiomas. Parecía como si la fiesta la hubiera organizado yo, que ahí estaba yo con mis gafotas negras y mi minifalda. Toda esa gente que luego cantaría las letras en perfecto catalán. Qué flipe y qué envidia, que parece que inventarte las letras en inglés vale, pero en otros idiomas no. En cuanto a los Manel, me sorprendió lo bien que sonaban y lo divertidísimos que eran. El cantante principal, cuyo nombre desconocía, introducía las canciones con una historia tremebunda en un español con acento catalán del cerrao. ¿Os acordáis de aquel humorista Eugenio? Pues yo no podía evitar pensar en él. También hacían pequeñas coreografías y consiguieron conectar y ganarse a un público que yo había creído difícil.

Manel y yo, por Alberto Frutos 
De repente, con la tontería, me di cuenta de que me estaba enamorando del cantante. Esa voz tan sexy, ese acentazo que salía por debajo de su espesa barba, y ese humor ácido y cabrito con sus compis que le seguían el rollo sin inmutarse. Él de vez en cuando se reía y ay, qué risica, pronto me di cuenta de que me temblaban las piernas. Y sería eso, su pelico rubiales, o un cierto aire a Piqué que hacía que me pareciera irresistible. Pero no sabía su nombre. Hasta que alguien entre el público pareció leerme la mente: “Qué bueno está Guillem”, escuché. Y entonces: “¡Guillem! ¡tú pa mí!”-le grité desde la cuarta fila en un arranque de sinceridad. Definitivamente me lo pido para los Reyes, que el chico es ideal y yo estaba empezando a desbocarme. Y lo que tienen los conciertos en el Auditorio, que te apetece desmelenarte pero no sabes si levantarte o quedarte sentada por si molestas. Has de esperar a que se levante el de enfrente mientras con paciencia notas que se te van los pies.

Qué buen sabor de boca me dejó ese concierto. Podría decir que fue de los mejores del año, así que fuimos a celebrarlo a la Yesería. Una vez allí, al ratico, casualmente entraron los componentes de Manel uno a uno, ¡pero no Guillem! Aun así me acerqué a felicitarlos en plan groupie pesada, y aprecié que Martí, el bajista, era molt bonic. Sin embargo, también me percaté de otra cosa: más que su fan parecía su madre. Y es que son muy jovencicos estos Manel. Lo flipé especialmente con Arnau, que en el escenario yo habría jurado que era el padre de todos ellos. No pude evitar preguntarles por mi Guillem, y me dijeron que se había quedado en el hotel, que estaba algo malico. (Pa mí que se quedó con una groupie con suerte). Y ahí, en la barra, los tres críos celebraban su concierto con unos quinticos de Estrella mientras yo sigo albergando la esperanza de que Guillem sea un hombretón que algún día me conozca, se enamore locamente de mí y me toque el ukelele no sin antes decirme: “Saben aquel que diu...”

viernes, 14 de octubre de 2011

Algún día

Adiós debería estar diciéndote, ¿verdad? Sentando las normas por las que me rijo. Puede que lo haga otro día. Me muerdo la lengua, rebosante con palabras que nunca serán dichas pero que hierven y se queman por alguien, por alguien equivocado.
Y me digo a mí misma que debo dejar que la historia termine. Mi corazón se quedará en manos de otro. Mi filosofía de “¿Por qué no yo?” empieza otra vez y me digo: ¿Cómo voy a olvidarme de ti? Estaré bien, aunque no esta noche. Algún día. Ojalá quisieras que me quedara.
Estaré bien, pero no esta noche. Algún día.
“Quizás” es una palabra maligna que puede matarme, hacerme seguir ahí cuando estoy sufriendo, colgando de tus manos.
Pues bien, ya no más. No te suplicaré para que me des otra oportunidad por la puerta de atrás. Si ya pensar en ti me duele entonces ¿para qué? Ya no soy yo.
Ya no soy la chica que pretendo ser, y ya verás, cariño, tú espera y verás. Pero esta vez no será por ti sino sólo por mí.
Viene ya pronto. Un día sin ti. Todo lo que puedo hacer es dejar que pase tu fantasma y que me diga adiós, que yo no diré que lo siento.  Estaré bien en el momento en que encuentre el otro lado… Algún día.

Spinning sí o no

Yo no hago spinning... pero me lo voy a pensar ;)


Un besico a E, que me lo ha enviado y hace mucho que no la veo.

domingo, 9 de octubre de 2011

El porqué

Más de una vez habrás tenido una gran conversación con un tipo interesante y aseado. Parecía mostrar interés y hasta te pidió el móvil, pero nunca te llamó. Mínimo te preguntarás por qué se molestó entonces. Amiga, no estás sola. Pero claro, que te diga eso no lo hace menos frustrante y todavía querrás saber el por qué. Yo te lo voy a explicar, no sin antes agradecer a mis amigos varones por servirme de ejemplo y enseñarme tanto. Allá vamos: Razones por las que no llaman. El porqué de las cosas. 

Para empezar, la gran mayoría de los tíos son demasiado inmaduros para ser sinceros y directos con una mujer. Les gusta mucho escurrir el bulto y hacerse los suecos y, con lo que nos gusta a nosotras ver e interpretar señales que no hay, el malentendido está garantizado. Decía Albert Camús que “todas las desgracias de los hombres provienen de no hablar claro” y no puedo estar más de acuerdo con él, pues a veces no hay mayor desgracia que estar hecha una loca dando la murga pidiendo tan sólo un poquito de amor correspondido.

Muchas veces nos piden el teléfono simplemente para darse palmaditas a su ego mientras están ligando con nosotras, aunque desde un principio no piensen llamar. Cogen tu número de todas formas para sentirse bien y para tenerlo “por si acaso”, por si les da una urgencia o se les ocurre cualquier motivo peregrino para llamarte en el futuro. Además, a veces, conseguir el teléfono de una tía es una especie de trofeo que enseñar a otros inmaduros como él.

La razón más común es que buscaban un rollo de una noche y, tras pedirte el teléfono, vieron que no estabais en sintonía. Con lo cual, es bueno que no te llamara, siempre que no fuera lo que estabas buscando. Y hay muchos de estos, muchos. En los bares y discotecas de Murcia éste será el tipo de tío con el que más a menudo te encuentres, los que sólo buscan ejercicio físico. También somos muchas las que no lo vemos, que pensamos que su madre estaría encantada de conocernos y nuestros hijos se llamarán… ¡Echa el freno, insensata! Has de saber que verán esos pensamientos en tus ojos y les repelerá para siempre. Y escucha, para siempre. Y a no ser que seas la prota de una peli de domingo, no habrá posibilidad de cambio en ellos. A pesar de esto, como te vio receptiva, te pide el número, por si acaso le cae una teja en la cabeza alguna vez y quiere buscar una tía estupenda para tener una relación de personas humanas. Y adivina qué. Esto de la teja no le pasa en un tiempo, puede que nunca, así que nunca te llama. Puede que pienses que no tiene mucho sentido lo que digo, pero es así como funcionan algunos. Piensa, sin embargo, que de alguna manera, el tío que haga esto te está haciendo un favor.

Luego están los que pensaron que estaban siendo educados pidiéndote el número aunque en realidad nunca tuvieron la intención de llamarte. Y éste será el caso más deseable. Pues nos pasa a todos. ¿Alguna vez le has dado el número a uno que te lo pidió mientras mentalmente cruzabas los dedos para que no te llamara? ¿Alguna vez no has pensado que tenías que haberle dado un número falso? Es la mierda ésa de “te hago una perdida”, de la que no hay manera de escaparse. Pues piensa al revés, dale la vuelta a la tortilla, que alguno hay con educación y sentimientos. Pensemos entonces que si te pidieron el teléfono era una forma de acabar la conversación con una nota positiva, de buenrollismo. Y eso que te llevas pa casa, dure lo que dure. Que luego nos dolerá, claro, pues pocos hay que vayan de frente con el sexo opuesto. Volvemos entonces a lo de ser sinceros y a lo de que nosotras no leemos mentes. 

Por último, a modo de conclusión, sea lo que sea lo que pretenden o lo que se les pase por la cabeza, se agradecería, siempre, que fueran un poquito más valientes. O algo.

viernes, 7 de octubre de 2011

De mariposas

En episodios anteriores... "Si ellos no me dicen “ven”, yo zarparé en dirección contraria, echando a volar cual mariposa, como dice mi amiga P, dejando al capullo que se pudra."



Me compré esa mariposa a principios de verano en Misako. Un par de meses después, en un episodio de SENY, vi que Carrie llevaba una gigantesca (de ahí que eligiera esta foto) y luego llegó Piluca con su frase de las mariposas y los capullos.

De ahí la tontería de post. Feliz finde a todos :)

domingo, 2 de octubre de 2011

La atracción

No hace mucho leí por algún lado que, para atraer aquello que te hace feliz, debes primero estar feliz contigo misma. Y puede sonar egoísta, hedonista y mil cosas más pero, tras analizar mis últimos fracasos amorosos, he llegado a la conclusión de que es verdad, que estando tristona o cabreada (o pareciéndolo) no le gustas a nadie. Así, con el fin de atraer hacia mí a alguien que me haga feliz, he decidido tomar las riendas, y voy a concentrarme en intentar hacer sólo aquellas cosas que verdaderamente me hagan feliz y demostrarlo al mundo entero con una gran sonrisa en la cara. Dedicar mi vida a mí misma para variar y a pasármelo bien, y no perder el tiempo encerrada en casa esperando o lamentándome por tontosdelpijo que no me llaman, no quieren venirse a un concierto, ni invitarme a las fiestas de su pueblo. Si ellos no me dicen “ven”, yo zarparé en dirección contraria, echando a volar cual mariposa, como dice mi amiga P, dejando al capullo que se pudra.

Así, de un tiempo a esta parte no paro quieta. En las últimas dos semanas no hay festejo que se me resista, ni oportunidad de unas risas que me pierda. Un acto benéfico por Lorca, el desfile de Cartagineses y Romanos, un cumpleaños en Calasparra, un caldero en Cabo Palos, una cena de primas, o la quedada semanal con las Chicas de la Rueda en la Casa Verde, son algunos ejemplos de los que me dedico a fardar por la calle y en la red, mostrándole mi felicidad al mundo. En ocasiones incluso pongo la guinda inspirándome en Scarlett Johansson y su fotico. Que es que tiene bemoles la tía. Resulta que nos tenemos que creer que es una foto robada. Ya. Menuda lista. Se ve que como últimamente no se hablaba de ella, decidió fotografiarse el culo, con el truco del espejico. Totalmente casual, pero rápidamente se convirtió en tema de moda en las redes sociales. Entonces voy yo y me copio de su método, sólo que yo salgo con ropa, que no soy tan golfa. Si estreno modelito, lo enseño, y si salgo de la pelu, me hago una foto de mi melena al viento. No sé si será felicidad lo que atraeré a la larga, pero espero que sí, porque de momento sólo me aparecen moscones a capazos.

Va a ser que la maniobra Scarlett, sea como sea, cuela, que nada más la otra noche, apagando el ordenador, a puntico de irme a la cama, de repente me llegó un mensaje de uno que yo no había deseado atraer. El retorno del ex. “¿Estás todavía despierta?”. Más de un año sin hablarme y reaparece, como si nada, un miércoles de madrugada. No vuelvas ahora, pienso, ya no te necesito ni te quiero a mi lado. “Vete a dormir”, es lo único que se me ocurrió contestarle y me fui a la cama dudando si apagar el móvil para evitar tentaciones y conversaciones nocturnas innecesarias. Porque querría hablar, o incluso verme, imagino, pero ni entra en los planes de mi nueva vida, ni me apetece lo más mínimo. Será lo de siempre entonces, que se habrá picado porque me ve autosuficiente y feliz, o porque directamente se ha cocido con las foticos, que no son nada, pero para algunos son un mundo.

Definitivamente no era éste el tipo de atracción que pretendía proyectar, pero seguiré con mi plan aun así. Que a lo mejor a Scarlett le valen los babosos y los rastreros, pero a mí no, o al menos no para siempre. No desisto, pues aunque sea el destino el que decida quién entra en mi vida, soy yo quien decide quién se queda.
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Ya es octubre, y con el vientecico y las hojas caídas en el suelo apetece un poco de compañía y cariño sincero, pues contemplar parejas que gozan de amor correspondido por la calle da de repente mucha envidia. El otoño mola más con churri al lao y esto es así, pero aun estando soltera, no me veréis desaprovecharlo, que comienza la temporada de las cerves al sol, los aperitivos, los gintonics y los “uy, qué mono es este chico”.

sábado, 1 de octubre de 2011

Monazo de comida hindú

Por fin un día no hace mucho se me ocurrió ir a buscar el significado de turmeric en el diccionario. "¡Cúrcuma!", exclamé. Y es que no sé si se encontrará fácilmente en las tiendas, pero yo por si acaso me traje un paquetico de la India, que si algo es habitual en los platos hindús es el turmeric de las narices, la cúrcuma.

Y lo que pasa, que cual perro de Pavlov, con la tontería de la cúrcuma, empecé a salivar pensando en cuándo será la próxima vez que vaya a un restaurante indio pero antes ¿a cuál ir? Y es que el único que había en Murcia city cerró... Así pues, puse un anuncio en mi ventana al mundo que es twitter, a ver qué me contestaban.

"Se busca restaurante indio chachi en la zona de Murcia, Alicante, Costa Cálida, Costa Blanca..."

Así, poco a poco fui recibiendo estas respuestas:

- Uno "cojonudo" en Los Narejos, Golden gate, junto al aeropuerto.

- Dharma, en La Manga Club, con una pintaza...

- Uno adentrándote hacia el interior por la rotonda de La Zenia. Como yendo al antiguo Varadero orcelitano...

- Había uno por Playa Flamenca llamado Diva que molaba... pero no tengo claro que lo supiera encontrar otra vez. (Ése ví yo como lo construían y abrían en la tele inglesa...)

- En el polígono de Balsicas hay dos donde van los ingleses de Polaris y eso debe ser buena señal: Alhambra Palace y Jaipur.

- Estrella de Mar (Los Urrutias). El local cutre y sin encanto, pero la comida está genial y es muy barato.

- Mamma Mia en la zona peatonal entre los Alcázares y los Narejos, junto al 525.


¿Te gusta la comida india? ¿Conoces algún otro restaurante?