domingo, 12 de junio de 2011

Punto de encuentro

Hacía siglos que no salía con mis antiguos compañeros de trabajo. En la recta final del curso y en época de exámenes tenía muchísimas ganas de verlos fuera de las aulas. Y es que aunque suene raro tratándose de gente del trabajo, parece que lo necesitaba, pero tenía que ser en otro ambiente más distendido, y qué mejor lugar para ello que la fiesta que se organizó en la cafetería Puntodencuentro. Se trataba de la segunda edición de la Wild Vinyl Party, donde un grupo de amigos pincharía vinilos con música funky, soul, pop, rock y garaje. Ya antes de salir de casa me prometí a mí misma que no hablaría del curro, pero era inevitable. Aunque intentáramos charlar sobre el tiempo, al final, sin querer, acabábamos hablando de los exámenes o de lo que será de nosotros el curso que viene. Era divertido entonces cómo intentábamos cambiar de tema de la manera más tonta. “Ay, estoy seca, voy por otra caña” o “Anda, una de los Bee Gees, qué temazo”. 

No conocía yo la cafetería Puntodencuentro, pero desde que la vi me hice fan. Situada en la avenida Juan Carlos I, se trata, a primera vista, de un chiringuito en medio de un parque. Localización ideal, pues con la avenida a un lado y todo oficinas vacías al otro es el sitio perfecto para liarla con buena música, y más en las noches como las que está haciendo ya. El local promete, que allí se juntó un montón de gente y aunque muchos tenían pinta de habituales, otros, como yo misma, llegaban con gesto de descubrimiento. Así, nada más pisar la fiesta y avistar el percal, a mi amiga C se le transformó la cara: “¿Habéis visto quién está aquí?”. Se trataba, según nos explicó, de su amor platónico. Un tío con el que nunca había sido capaz de articular más de tres palabras seguidas porque simplemente el hecho de verlo la convierte en ameba, le tiemblan las piernas, la voz y se pone roja como un tomate. Ese chico que ni se dará cuenta de que ella está en el mismo bar que él o que si se percata de su presencia es porque la habrá pillado cometiendo cualquier tipo de torpeza. Ése que seguramente piensa que somos unas chalás, o unas gorditas simpáticas. Ése. Y es que todas, las cosas como son, aunque hayamos cumplido los treinta hace ya tiempo, tenemos uno. Por eso, tras el shock inicial, y una vez habiendo realizado varias respiraciones profundas, C se dispuso a disculparse avergonzada por su regresión a la más tontuna adolescencia. “No te preocupes, amiga, te entendemos perfectamente” le dijimos para consolarla. Gracias a eso tuvimos tema de conversación distinto y entretenido para rato. “¿Y cómo es el tuyo?”. Al mío lo conocía una del corrillo y madre mía, nos puso a caer de un burro a los dos. A mí por tonta y a él por fresco. “Es un yeserías”, me dijo. “El típico guapo moderno greñas que suele ir a la Yesería y que, como sabe que las tiene en el bote, se aprovecha y se lía con la primera que le ríe las gracias.” No será conmigo, pensé, que ni para aprovecharse se me acerca. Aun así, a pesar de lo patéticas que estábamos reconociendo ser, pasamos un rato de mucha risa, y es que es lo que pasa con estos energúmenos, que tan sólo el hecho de verlos pasar o hablar de ellos nos alegra la noche.

Al día siguiente fui al gimnasio tras el curro a castigarme con triple sesión de piscina para quemar mis excesos. Natación libre, jacuzzi y aquagym. Y entonces pasó lo que peor que podía pasar. Justo cuando acabé la clase, justo cuando tenía que salir de la piscina, lo vi. Era él, el mío, con bañador ajustado y gorro, y estaba metiéndose al jacuzzi. ¡Oh no, viene a mi mismo gimnasio! Y lo peor, ¡ahora tengo que pasear mis lorzas delante de él! Afortunadamente, justo ese día había dejado mi toalla más cerca, por lo que pude atármela a la cintura para pasar delante de él. Pero claro, ahora viene la torpeza. Justo cuando ya le daba la espalda, peleándome con el dichoso gorro anti-lujuria… ¡zas! Adiós, toalla. Ahí lo tienes, guapo, para ti, dedicado, todo lo que es culo.

8 comentarios:

sushi de anguila dijo...

Las hadas, que son traviesas, jajajaja... Qué post tan divertido... Nada como tomarse a sí mismo con humor para hacer reír a los demás... A ver si nos vemos pronto, Sweetie...

Conch dijo...

Gracias, sushi, ya me conoces :)

Estáis convocados para el domingo, quedé a la espera de que tu señora lo consensuara contigo...

La Vecina de Ayer dijo...

jajaja, qué grande, vecina, me parto con el momento toalla!!!

Yo también tuve un amor platónico en mi más tierna juventud. Era un chico de mi pueblo guapisísimo, con el que no fui capaz de mantener una conversación de más de tres palabras. Sus dientes eran blanquísimos,ay que guapo me parecía. Jamás se fijó en mi.

Ahora vive en Murcia, es profesor en la Universidad, lo que es la vida...

besicos

sushi de anguila dijo...

Vecina, estoy escribiéndole una oda, tres romances, un cantar de gesta, seis musicales, cinco óperas, ocho zarzuelas, ciento veinte epigramas, noventa y siete sonetos, trescientas doce jaculatorias, cuarenta y nueve cuentos, treinta y dos fábulas, seis novelas y trece sagas en su honor como agradecimento a tanta miopía. Gracias, majo....

(Palabra de verificación: acqua)

Conch dijo...

Jajajaja, ahí es na. Seis musicales, dice.

Estaría muy preocupao por sus dientes.

Al mío podrías escribirle un burofax o un par de amenazas anónimas, de esas con letras de revista recortadas ;)

sushi de anguila dijo...

jajaja... le mando un conjuro algo venenosillo:

"Quien ni con lo de la toalla abre bien el ojo, de lo que más gusta a las mujeres acabará pronto cojo"...

el Habitante dijo...

Sorry por colar esto aquí :b
pero encontré estas fotos

http://www.notodo.com/musica/pop/2495_julieta_venegas_sosteniendo_el_escudo.html

y recordé una entrada de hace un tiempo sobre algún parecido razonable
;)) nice!!

Conch dijo...

¡Qué mona! Me encantan sus ojos! pero... ¿creéis que me parezco?
(¿Me has visto en persona, Habitante?)

La entrada es ésta:
http://bitterconch.blogspot.com/2011/03/reese-julieta-y-yo.html

Voy a ponerlo allí, a ver qué opina la gente.