De ahí pasamos a los We are standard, que también me gustaron pero que los tuve más bien de fondo, que nos encontramos a un montón de amiguetes por los alrededores. Es lo que tiene el SOS, especialmente el de este año, que hay tantas cosas, tanta gente, tanta distracción y los escenarios están tan lejos y tampoco se oyen fortísimo, que al final, más que ir a ver conciertos, allí se va por el ambiente y en definitiva, a socializar. Porque amigos nuevos siempre haces. Gente que simplemente pasa por tu lado y admira tus gafas, tu sonrisa, tu diadema. Chicos que te dicen que eres la más guapa del SOS o que les gustas demasiado… Otros hay que te cogen de la mano y bailan contigo, que te preguntan cómo estás sin conocerte, otros que intentan secuestrarte un poquito…
Paseando, paseando, llegamos al SOS Club y decidimos instalarnos allí un rato. El DJ estaba pinchando una música chulísima, mezclando temazos de esos discotequeros playeros de cuando éramos unas crías (Ultra Naté, Modjo…) con ritmicos más actuales como los Ting Tings (que vienen al B-side!), o cosas más rollito house y chunda chunda. Y hubo bailoteos. Y copitas. Más de una.
Lo siguiente fue cenar, y esta vez sí que no me pude resistir a los pinchos de medio metro. En la foto podéis ver uno de queso y otro de pavo. Muy ricos, menudo invento.
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En el escenario grande llevaban retraso. Los Madness aparecieron ya rondando la media noche. Los más expertos dicen que se han vuelto muy pop, que ya no hacen ska o que están muy viejunos, pero a mí me encantaron y me bailé tanto los nuevos temas (¿cantaron Sorry? No me acuerdo) como los clasicazos One Step Beyond, House of Fun, Our House que me la sé de memoria de haberla hecho tantas veces en clase. De postre, la preciosísima It must be love, que hizo que los amigos se abrazaran y las parejas se besaran. Definitivamente, los Madness fueron los reyes del sábado y casi que me atrevo a decir del SOS entero.
Vi un poquito de los Love of Lesbian (una pena) y a los Orbital los tuve de paisaje. No me parecieron nada especial, chunda chunda, bailecicos y tal. Estuve más concentrada en mis amigos y en el crepe de chocolate que me jalé por esa hora. Necesitaba energía para llegar a Fatboy Slim. Me había zampado el “We’ve come a long way” unas treinta veces esa mañana y flipado con todos sus videos en el youtube. Estaba emocionadísima. Tanto que me fueron a presentar a los Nada surf y salí corriendo porque justo empezaba en ese momento. Por fin, a las casi 5 de la mañana, Fatboy slim aparecía… ¿o eran los Orbital otra vez? Menudo bajón me iba dando según avanzaban los minutos… Yo que ansiaba bailar Rockafeller Skank o Praise you y el tío no arrancaba ni salía de ese chunda chunda en el que parecía haberse atascado. Qué rollaco de concierto, qué… decepción.
Resistí hasta las 6 de la mañana y me daba rabia irme con tan mal sabor de boca. Encima, con los retrasos y el lío de horarios, me perdí a los Addictive TV, que creo que estuvieron geniales. Los vi al pasar hacia la salida, pero ya no tuve fuerzas para SOStenerme en pie.
A pesar de todo, sigo pensando que me encanta el SOS y le deseo que continue durante muchos años. Yo mientras tanto iré contando los días para el próximo.
11 comentarios:
En lo gastronómico, mi SOS-Revelación fue la estupenda hamburguesa casera (sin papas); en lo musical, coincido plenamente contigo en Madness, Nada Surf, Orbital, Fat Peñazo Slim... etc.... a mí también me tocó hacer de cicerone de dos debutantes, mis grandes amigos Ri & Ra... creo que repetirán. Un año más, SOS y triufo futbolero espectacular del Barça fueron la misma cosa... un año más, para mí, sin el Bitter condimento Conch, ese panaché extraño y genial que es el SOS me resultaría más soso que una piruleta de piedra pómez... por muchos años de disfrute conjunto...
Y tampoco puedo obviar el espléndido ágape preevio con Alboroque y Mr. C, Óscar, Maite y David, Ginger y Goliadkin...convocados todos por esa magnífica maestra de ceremonias que es Pepa... ni Richi Castellanos y Olivia Valere juntos....
Ah, apenas pisé la zona VIP...pero disfruté allí con amigos tan estupendos como mi querida Pepica Plaza, Fer Cuñado o la Pony...
Madre mía, sushito, te leo y me doy cuenta de todo lo que me he dejado en el tintero.
Se me olvida por ejemplo hablar de la nueva adquisición sosera, mi amiga Soni, que fue la gran estrella del SOS (2) y promete repetir en el 2011.
Gastronómicamente, se me olvida hablar de la tartaca de zanahoria que hice y nos zampamos (a las 6 de la mañana no te imaginas cómo sentó el último trozo) como despedida de los hidratos de carbono.
No he hablado tampoco de si vi o no a mi facebook love (que lo vi) o al guapo del SOS (que no lo vi) ...pero eso no es que se me haya olvidado, si no... PA QUÉ?
Madre mía, sushito, si el que el SOS... es mucho SOS.
Es cierto que todos los raros fuisteis al SOS, así me lo ha confirmado una amiga que fue y me habló, entre otras maravillas, de los hombres con (literalmente) gafas de pasta.
Raro, en todo caso, quien se lo pierde... yo veo más gafapastas en cualquier bienvenida universitaria....
Me encantan los gafapastas. Me ponen un montón.
A mí me ponen las mujeres que llevan una azada al hombro y sueltan más improperios que el parroquiano de un bar cucarachero.
Yo azada no, pero improperios todos los que quieras, más de los que a mi madre le gustarían ;)
Pues te invito a ver un partido de liga en el bar que hay enfrente de mi casa.
¿No es mañana el último partido de la liga?
¿qué bar es ése? ;)
No jodas, ¿hoy es el último partido? Pues me parece que los ilustres parroquianos del bar me van a dar la tarde. Uhm... este bar está a unos 70 km. de Murcia Town.
bufff... me pilla fatal.
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