¿Por qué nadie me avisó de que había un Congreso de Feos en Alicante? ¿Por qué? ¿eh? ¿Por qué? Me engañaron, macho, de principio a fin, y lo digo como lo siento.
De lo que sí me avisaron es de las siguientes cosas:
- Que el hotel que elegimos estaba lejísimos del centro y en el barrio de los gitanos.
- Que en Alicante hay bares tipo 609 para copas after-lunch, que tonta y muermo será la que se quede en el hotel durmiendo o en la sauna al mediodía.
- Que por mucho solarium que dicen que hay en el hotel... amigas, que estamos en Octubre y Alicante no es Murcia. Que no seremos tan colgás de llevarnos el biquini.
- Que hay una marcha loca en Alicante, con unos bares chulísimos a reventar de tíos buenos.
Y ahí que nos fuimos ilusionadísimas, sobre todo aquellas de nosotras solteronas que, tras el verano, sólo llevamos un mes saliendo por Murcia pero ya nos da la impresión de que se ha acabao el ganao, todas aquellas que buscábamos carne fresca, aunque sólo fuera para recrearnos la vista, acho, que es gratis y que yo no me caso.
Pues vale, a todas las resabidillas y sus consejos les digo: Amigas... NO HABÉIS DADO NI UNA!
Pa empezar el hotel estaba TAN en el centro que todavía me da vergüenza recordar ese momento en el que salía del taxi en el que me acababa de sentar... y que el taxista me cobrara la tarifa mínima, que era UN EURO (y pico) por encima de lo que marcaba el taxímetro.
También recuerdo cuando, desde la maravillosa azotea y ataviada tan sólo con mi biquini y mis gafas de sol, contemplé el atardecer del so-called barrio de los gitanos de Alicante e invoqué al Richal con una coplilla que dice así: Más chutes, no... y no me contestó. Ni vi a su familia, ni su casa, ni su mercao.
Y tumbada en mi hamaca dorándome al sol me reía por tonterías con la novia y la mitad de la expedición, sin saber que, un par de pisos más abajo dormían la siesta aquellas que estaban convencidas de que había un 609 alicantino...
Y luego la marcha nocturna. Ya en la cena, en la Sidrería Escondida, empezamos a sospechar. Y es que no podía ser posible. Había otra despedida de soltero en la Sidrería, de tíos. Creo. Pero es que no puede ser. Jamás en la vida os podré explicar lo que vi. Jamás en la vida os podréis imaginar lo que intentaría describir. Jamás en la vida hubo tal concentración de tíos feos. Es que no se salvaban ni un poco. Es que no había si quiera uno que fuera "del montón". Y qué camisas.
Y en los bares igual, o peor. Los bares en Alicante son todos garrulos, pequeños y feos. Y se empeñan en invitarme a chupitos... ¿qué edad te crees que tengo? 15? Son apersonales y en todos se escucha la misma música. Da igual que el bar se llame Ay Carmela y tenga una cabeza de toro colgada de la pared, y tú esperes flamenquito y cashondeíto, que la música será chunda chunda siempre. Será para que esté más acorde con el precio de las copas, que te las cobraban con precios de la Pachá.
De ligar mejor no hablamos. Quitando a los 3 millones de gays, no llegamos a ver a ningún guapo, ni a ninguno de nuestra edad, y para colmo, los únicos que se nos acercaron a hablar resultaron ser de Murcia y estar de despedida de soltero... sape!
La única que medio pilló cacho fui yo y juro que fue sin querer. El sábado comimos en el Lizarrán de la Rambla (doy datos porque os puede interesar). Nos sirvió un camarero rubiales con acento argentino. Al terminar, me quedé la última porque fui al servicio. Cuando salí, me situé junto a mi amiga Ana Belén mientras le pagaba la cuenta a otro camarero feíto y sin importancia. De repente descubrí un cartel: "El maravilloso mundo de la propina", que clasificaba las propinas de menor a mayor. Algo así: 1 céntimo = eres un rácano, no mereces vivir. 2 cent= eres un miserable... así hasta 5 euros que no llegué a leer, sólo leí algo del camarero y de un... BESO! BESO! BESO! -empezó a gritar el camarero feíto. Yo miraba a Ana Belén expectante. De repente frente a mí reaparece el argentino rubiales, me coge de los mofletes y... MUAKA!
Una vez recuperada del shock... supe que ese beso iba a ser todo mi triunfo en Alicante, que me podía dar por servida. Supe incluso que era una especie de maldición, que sería el único que recibiría en mucho tiempo. Pero a día de hoy podemos afirmar que no sólo yo fui maldecida.
6 comentarios:
Eres grandiosa, pequeña... ¿existe mejor guión que la vida misma?... nada que ver con lo que garabatean a cuatro manos otras....
Gracias, Sushi, eres un sol, un sol naciente.
Muax!
Debo confesarte que me río mucho con tus crónicas y espero ansioso que escribas. Este verano te he echado en falta. La verdad pensaba que ya no se llevaba lo de ir de despedida de soltera o soltero a otra ciudad y pensaba que tales cosas eran sintomas de cutrez,eso lo dejaba para los garrulos, porque el otro día espernado en el aeropuerto de Alicante vi un ganado femenino con la misma camiseta que ponía:"69 the magic number" y debajo "lick me" o algo así. Así que os lo tenéis merecido por probar cosas que no debéis.
Saludos
Anónimo, gracias :) Gracias por haberme echado de menos, qué bonito! Pero identifícate, amigo.
En cuanto a lo de ir de despedida fuera de tu ciudad, claro que se lleva! Incluso a otro país! Sé de unos que se fueron de despedida a Letonia! Lo innovador fue lo nuestro, haciendo despedida en Murcia el primer día. De hecho, a mí, como no me saquen de Murcia si algún día me caso, me mosqueo!
Y el ganado del que hablas que sepas que no se corresponde nada con nosotras.. un poquito de respeto... esas que viste qué eran además de ordinarias? inglesas? Lo nuestro no fue en ese plan, ni mucho menos. Lo único que hacemos es pasar un fin de semana todo chicas sin vestirnos de nada ni hacer el canelo putón por la calle.
Y qué es lo que no debimos probar? Alicante? Jolín.
Un día te voy a invitar a que te vengas a Corusalacant con mis Vikingos y verás lo que es pasártelo bien, especialmente con el Güey, que si te portas bien igual hasta saca a la "masacuata" a pasear para tu deleite ;-)
De todas formas llevas razón en todo, yo en Alicante me lo paso pipa pq voy con mis amigos y simplemente con descojonarnos de las pintas que se ven por allí ya disfrutamos como enanos, pero no iría a pillar cacho ni muerto.
La última vez que estuve de marcha por el barrio fue este verano en la despedida de soltero de Ramón y solo te digo que terminamos de madrugada en un bingo decidiendo si nos liábamos con una setentorra que se levantó en nuestra misma mesa un bingo de más de 500 mortadelos.
Y al camarero del Lizarrán lo conozco de vista, buen gusto, señorita... la camarera argentina que hay algunas mañanas tb está para darle unos besicos...
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