Poco o nada...
Posiblemente, casi un cuarto de siglo no dé para mucho en determinados aspectos de la vida social y no se aprecien cambios notables que nos permitan asombrarnos del paso del tiempo y de los progresos o regresos que la sociedad ha experimentado en determinados campos. Pienso, por ejemplo, en la agricultura, en la política hidráulica, en la política de carreteras, en los ferrocarriles (que tanto preocupaban a Azorín a principios de siglo pasado), en el transporte aéreo. Aquí, en esta región, estamos casi igual, y resulta desesperante advertir que, en veinte años, seguimos con el mismo transporte aéreo o ferroviario, casi con las mismas autovías, seguimos reclamando agua para todos… Lamentable desde el punto de vista de un ciudadano que tan sólo es un modesto usuario y que ve pasar los años, y desplazarse las fechas de finalización de proyectos hacia un futuro que posiblemente no alcanzará a ver…
Tan pesimista, como realista visión, puede hacerse extensiva también al campo de la cultura y al de la educación. Poco se ha progresado en estos terrenos. Las políticas culturales y educativas, incluidas las universitarias, poco progreso han permitido advertir. Nos hemos deleitado en la autocomtemplación y hemos dejado pasar muchos trenes, como esos ferrocarriles que no llegan o esos trasvases que se han perdido. En el campo de la investigación universitaria, estamos en un espacio tercermundista, y dicen que vamos a peor. El gobierno central nunca se ha decidido por apostar por la investigación científica de excelencia y subvencionarla y protegerla como uno de sus más esperanzadores tesoros. En los restantes niveles educativos se ha cedido ante la presión de los menos preparados y se ha descendido a niveles sobrecogedores, que, en el campo que mejor conozco, se reducen a una incultura general.
Nadie lee ya nada en ciertos niveles estudiantiles. La cultura se ha convertido en un consumo para una élite autocomplaciente que no lucha por hacerla llegar a todas partes. No se protege nuestro patrimonio inmaterial, no se fomenta un conocimiento más serio de nuestra historia. Y de nuestra lengua no digamos. Mientras en Tokio hay 2.500 estudiantes de español, en estos veinte años se ha hecho muy poco por dar a nuestro mayor tesoro internacional, la lengua española, el prestigio que le corresponde. En EE.UU., cuarenta millones de ciudadanos hablan español. Y nosotros, a nuestros estudiantes, de toda España y de la Región de Murcia, les escamoteamos las horas que deberían de tener destinadas para mejor aprender un vehículo universal de comunicación indiscutible, la lengua común, el español, con el que leer a tantos magníficos escritores que nos precedieron, poetas, novelistas, dramaturgos… Pero no se hace nada. Nadie siente ya la pasión por la cultura, por el idioma, por la literatura, por la historia…
Veinte años de cultura en la Región de Murcia hubieran dado para mucho más, no tengo la menor duda. Lamento que mi balance sea tan pesimista, pero, como Quevedo, miré los muros de la patria mía, y ahora los veo, si un tiempo fuertes, ya desmoronados, de la carrera de la edad cansados. Pero yo, con el mismo orgullo institucionista de Antonio Machado, digo aquello de que al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito. A mi trabajo acudo, con mi dinero pago el traje que me cubre y la mansión que habito… Pero no me resigno a pensar que en los siguientes veinte años va a seguir ocurriendo lo mismo. Esa es mi esperanza final…
Tan pesimista, como realista visión, puede hacerse extensiva también al campo de la cultura y al de la educación. Poco se ha progresado en estos terrenos. Las políticas culturales y educativas, incluidas las universitarias, poco progreso han permitido advertir. Nos hemos deleitado en la autocomtemplación y hemos dejado pasar muchos trenes, como esos ferrocarriles que no llegan o esos trasvases que se han perdido. En el campo de la investigación universitaria, estamos en un espacio tercermundista, y dicen que vamos a peor. El gobierno central nunca se ha decidido por apostar por la investigación científica de excelencia y subvencionarla y protegerla como uno de sus más esperanzadores tesoros. En los restantes niveles educativos se ha cedido ante la presión de los menos preparados y se ha descendido a niveles sobrecogedores, que, en el campo que mejor conozco, se reducen a una incultura general.
Nadie lee ya nada en ciertos niveles estudiantiles. La cultura se ha convertido en un consumo para una élite autocomplaciente que no lucha por hacerla llegar a todas partes. No se protege nuestro patrimonio inmaterial, no se fomenta un conocimiento más serio de nuestra historia. Y de nuestra lengua no digamos. Mientras en Tokio hay 2.500 estudiantes de español, en estos veinte años se ha hecho muy poco por dar a nuestro mayor tesoro internacional, la lengua española, el prestigio que le corresponde. En EE.UU., cuarenta millones de ciudadanos hablan español. Y nosotros, a nuestros estudiantes, de toda España y de la Región de Murcia, les escamoteamos las horas que deberían de tener destinadas para mejor aprender un vehículo universal de comunicación indiscutible, la lengua común, el español, con el que leer a tantos magníficos escritores que nos precedieron, poetas, novelistas, dramaturgos… Pero no se hace nada. Nadie siente ya la pasión por la cultura, por el idioma, por la literatura, por la historia…
Veinte años de cultura en la Región de Murcia hubieran dado para mucho más, no tengo la menor duda. Lamento que mi balance sea tan pesimista, pero, como Quevedo, miré los muros de la patria mía, y ahora los veo, si un tiempo fuertes, ya desmoronados, de la carrera de la edad cansados. Pero yo, con el mismo orgullo institucionista de Antonio Machado, digo aquello de que al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito. A mi trabajo acudo, con mi dinero pago el traje que me cubre y la mansión que habito… Pero no me resigno a pensar que en los siguientes veinte años va a seguir ocurriendo lo mismo. Esa es mi esperanza final…
9 comentarios:
Marco Tulio es genial!
Pelota.
Marco Tulio es un poco agonías, no?
A mi me parece pelín pesimista. No se si el progreso de una ciudad o de una región se ve mejor desde dentro o desde fuera. En el caso de Murcia yo lo he visto de las dos formas, y no me parece que la situación sea la que comenta aquí el amigo.
Vale que siempre se pueda mejorar, pero de ahí a pensar que se handesaprovechado ocasiones históricas....no se. Si hay mucho que sigue igual es porque siempre ha habido mucho y bueno.
Muy de acuerdo. Demasiado ombliguismo y, ay, sustitución de Cultura por kultur.
No sé si lo primero es un defecto nuestro, genético, digo; lo segundo es esnobismo puro y duro (y encima caro, carísimo).
Del mundo de la cultura no estoy bien enterado de lo que sucede, pero creo que es cierto lo que dice. Ahora bien, no puedo estar de acuerdo con la parálisis total y global de la Región de Murcia en 20 años!! En lo de las autovías... pero si somos la envidia de muchos!! No hay pueblo de más de 15.000 hab. que no este conectado. Ya les gustaría a la mayoría de provincias españolas. El aeropuerto se ha aprobado, pese a la infinidad de zancadillas, y las obras van a muy buen ritmo. El otro día, Achopijo nos hablaba en su post de la revolución de Murcia en estos 20 años y de las pocas cosas que quedaban auténticas. En qué quedamos???
Yo creo que M.T. ha intentado crear un marco de parálisis global, para hablar también de la parálisis de la cultura, que es la que él conoce. Se ha columpiado un poco.
Should I know M.T.??
Un saludo a Posito (Nos vemos pronto!!)
Las autovias que han construido en murcia son" mocopavo"
Que pases una feliz noche y una feliz navidad con los tuyos...
A ver...
Reiter, que en qué quedamos? Pues ni en una cosa ni en la otra. Yo con achopijo estoy muy de acuerdo pero creo que él hablaba de unas cosas, las auténticas y Marco Tulio de otras, las novedades, los supuestos progresos. El acho se centra más en la ciudad, en la manera en la que hemos aprendido a disfrutarla y a sacarle el jugo. Es algo generacional tal vez.
Marco Tulio se explaya y habla de cosas serias que yo tampoco le discuto, que 20 años no son nada, tú.
Y sobre las autovías... ejem! Qué me dices de Yecla?! Y la de Vera está pero se esperó durante años como agüica de Mayo... y el puerto de la cadena?! Pero vamos, que yo no tengo ni idea.
.....Ays, ....muero otra vez en el intento.....
Conch: Feliz Navidad, gracias por enseñarme tu blog, el de tus amigos, y esa cara de MURCIA que tanto quiero. Un beso, y Feliz Navidad, pijo!!
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