domingo, 10 de agosto de 2008

Sumérgete en el Mar (y II)

Un minuto después abre la puerta el mismo tío aireando un tanga en su mano izquierda y saludándome con la derecha. “Hola, soy Dani, su masajista, por favor póngase el tanga. La parte de arriba del bikini puede dejársela puesta si quiere”. Allí que me abandona, qué hacer? qué hacer? Me lo quito o no me lo quito. Será gay, o no, estará acostumbrado, o no, bah, paso, pasando de enseñarle las tetas al tío! que paso. A todo esto el tanga lleva volantes en la cintura, me lo subo todo lo que puedo pa que esté la cosa lo menos suelta posible. Voy… bonica.

Vuelve mi hombre, me tumbo en la camilla bajo seis chorricos de agua caliente. No estoy para nada relajada, por mucho que él me lo pida. Es muy feo. Cierro los ojos.
Dani me coge un pie, le pone barro y juega con los dedos y la planta. No hay cosa que más me ponga de mala leche que eso y además me hace cosquillas, pero por alguna razón extraña, lo llevo bien. Luego pierna, luego muslo, la mano por la ingle… pero lo llevo bien. Luego el otro pie… Ya me estoy relajando. De hecho… ¿y si me estoy perdiendo un masaje de tetas cojonudo por la mierda del pudor? Total, me está viendo todo lo demás igualmente, no? Too late, I guess.
Dani me coge la mano y juega con mis dedos, y con la palma, luego el antebrazo, el codo, el brazo. Pa cuando me coge la otra mano, estoy a punto de soltarle un “Sí, quiero”, pero me contengo.
“Dese la vuelta por favor”. “Con su permiso”, me desabrocha el bikini, y sin permiso, me baja el tanga. Hala, to lo que es culo. Dani tiene unas manos de ángel, o no, según se mire, porque lo del masaje este es endemoniadamente sexy! Que si cadera, cintura, que si espalda, que si cuello, que si agüica por aquí, agüica por allá. Toy en la gloria bendita. Y no me ahogo, como decía Alf.
“Bueno, ahora levántese y póngase allí (cara a la pared) que le voy a limpiar con agua dulce”. No veas qué mal rollo, es como un poco… humillante? Prefiero no comentar mucho esta parte, me da como…vergüenza mínimo.
Salgo contenta y como nueva y mi piel está de un suave! Dani se despide de mí con un afectuoso apretón de manos. La próxima vez le enseño las tetas.
La tercera parte de nuestro programa era el circuito marino que es, cuanto menos, entretenido. Primero duchita a dos temperaturas, luego te refrescas en otra, luego sauna, luego te refrescas, luego pediluvio. (Nota: el pediluvio son dos piscinas paralelas alargadas con escalones y suelo de piedras, una es de agua fría y otra de caliente, has de recorrértelas, cuidándote los callos, cuatro o cinco veces). Tras el pediluvio, te refrescas, luego la estufa marina (sauna de vapor), luego te refrescas, y luego vas a la piscinita caliente de relajación. Gloria bendita.
Al salir está Dani, mi Dani, que me saluda más simpático que las pesetas. “Vaya una sonrisa te ha echao” dice mi mami. Y eso que no le he enseñao las tetas.
Tras eso, todavía teníamos derecho a media horica más de chorros, volcanes y abluciones pero con tanta agua, tanta limpieza y depuración, teníamos un HAMBRE que decidimos pasar e ir directamente a algún sitio a jalar como cerdos. El restaurante elegido fue el Gente de Pasta, una pizzería en Roldán y viejo conocido para las chicas de PW, con un menú exquisito y abundante por tan sólo 9 euros. Altamente recomendable.

4 comentarios:

Antonio Rentero dijo...

Yo debo tener alguna tara, a mí esto de los masajes, si no es con "happy ending"... no debo ser nada moderno...

charmed dijo...

Pues a mí me sientan la mar de bien, eso sí, coincienciado de que hay masajes y masajes, que se diferencian, efectivamente, en el ending.

charmed dijo...

Es la hora del masaje, perdón, quería decir concienciado/a.

sushi de anguila dijo...

Gente de pasta, superior....y un oxímoron de lo más divertido, porque mira que es barato, barato... un placer compartido gracias a la puntería y el buen ojo de berjes...