A cuatro meses de la boda del año, echo la vista atrás y me da por pensar que no hay fin de semana, ni prácticamente día entre semana tampoco, que no me haya saltado el régimen.
Entre la cena de San Valentín 2, los bombones por el cumple de Ana, la velada romántica en la Parranda, el curso "Que-si-quieres arroz-Catalina" (17 variedades), los cumples de Esther y Ali con sus brownies, sus kakor, y su tarta, las Jornadas Culturales en la escuela con sus bizcochos y chocolatinas, el viernes con las brioches y los croissants, el lunes con los fromages, el periflús (gracias, Paco) y los saladitos en la fiesta de disfraces, el bautizo de mi ahijada, la merienda en Pan de Oro (o lo que es lo mismo, el infierno), la copica de vino y el desayuno de las campeonas, la comilona del domingo pasado, la tarta de queso de Bonache y la cena en El Capitán...
¡Sólo puedo dar gracias a mi endocrino por crear los días de Queso y Fruta!
Con to y con eso, la cosa anda así:
4 meses 5 kilos
Y estoy muy muy muy contenta.
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