En espera de escayolista, electricista y pintor. Pero eso ayer, en ese momento, era ya casi casi lo de menos. El gran avance del jueves fue ése, la vuelta a la amplitud, al vacío. Vacío espléndido para llenar cuanto antes. Para traer muebles, trastos, para empezar a irse, para empezar a vivir.
Al volver de clase, mis padres me esperaban para ir a verla. Y yo dudosa: "Es que... no sé si ir, no quiero que se me estropee este sabor de boca. Si veo que no ha cambiado nada esta tarde... y mañana siendo ya viernes..." (La de días que he pasado por allí sin ver progreso alguno). Aún así fuimos los tres, era un riesgo que debía correr pero para el que sin embargo estaba sobradamente preparada.
Al abrir la puerta... un perigallo en medio de la entrada.
Electricista? Sí, han cambiado la luz del futuro vestidor.
En el lavadero hay trastos, ¿qué es esto? ¿y esto? Mi sillón Poäng, que dejé en el estudio!
Y en el baño hay material...
¡Han venido los pintores!
Como si de la mañana de reyes se tratara corrí hacia el estudio...
para encontrarme con...
AZUL!
6 comentarios:
Qué original, un azul mu chulo (aunque yo no soy muy de azules). Esto ya va pareciendo un castillo de verdad.
El castillo del rey loco.
El estudio tenía que ser azul (es el rollo feng-shui) pero no podía ser azul bebé, que es un azul horrendo y de cobardes. Tenía que ser azul azul, azul pitufo.
Ya tengo una habitasión asul y otra a-su-lado. Jiji. Es la coña del finde.
Awful. You'll regret it.
Jajajajajajajaja!
Vaya casa más chula te está quedando amiga...
Ay, Pale, se me está quedando más chula de lo que jamás hubiese imaginado.
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