Fue en Madrid cuando, meses
antes, P le contó a un colega suyo que en agosto tenía pensado viajar a Japón.
El colega entonces, inmediatamente, le proporcionó los datos de contacto con su
amigo Yoji, que vivía en Kioto, y estaría encantado de enseñarle la ciudad.
Tras mil horas de aviones y
trenes, P y yo llegamos a Kioto, poco antes de las 15h. Con puntualidad
japonesa, lo cual significa llegar antes de tiempo, Yoji ya nos esperaba en el
hall del hotel, tal y como habíamos acordado con él en varios emails previos.
Se trataba de un señor de unos setenta años, con sombrero, de cuerpo menudo y
fibroso, y, aunque no mostró especial entusiasmo al vernos ni hablaba
demasiado, a mí me pareció muy simpático. Y sobre todo organizado, que antes de
empezar nuestra visita por la ciudad nos proporcionó una guía de Kioto
confeccionada por él mismo, nos explicó cuál iba a ser nuestra ruta para los
próximos días y hasta había hecho reserva a la mañana siguiente para ver el
Palacio Imperial. Nunca nos explicó nada más a no ser que le preguntáramos, él simplemente
se limitó a llevarnos a sitios y a gestionarnos los billetes de metro y
autobús.
A Yuki la conocí por la página
del couchsurfing. Por fin le daba utilidad a esa web de la que mis amigas son
tan fan. Se me ocurrió echar un vistazo a los residentes en Nara y así la
encontré. Yuki, de unos cuarenta años, era tejedora de obis (los lazos de los
kimonos) y accedió a enseñarnos su ciudad a cambio de paseo y conversación. Hablaba
español porque había trabajado de voluntaria en Sudamérica y, para ser
japonesa, era bastante dicharachera y hasta se partía de risa estilo nipón –
cubriéndose la boca con la mano- cuando le contábamos nuestras primeras
experiencias en su país.
Chiharu fue nuestra primera guía
en Tokio, y nosotros sus primeros guiados. A ella la encontré en un sitio web llamado Tokyo Free Guide donde, una vez rellenas un formulario con tus fechas y tus
planes, te asignan un guía gratuito. De manera totalmente voluntaria, Chiharu nos
explicó cómo funcionaba el metro, nos llevo al mercado de Tsukiji, a un parque,
a tomar el té, en paseo en barco por la bahía y finalmente al templo de
Senso-ji, en pleno centro de Tokio. Y será la mentalidad esta española de
querer sacarle beneficio a todo lo que hagamos, y más en los tiempos que corren,
pero no pude evitar preguntarle qué mueve a una informática de treinta y tantos
a hacer de guía gratis. Entonces me contó que llevaba años viendo a extranjeros
perdidos por la ciudad y nunca se atrevió a acercarse a ayudarlos. Además, era
una manera de practicar idiomas, conocer gente distinta y de, por qué no,
disfrutar de Tokio acompañada, que al parecer la chica se sentía un poquillo
sola (en una ciudad de 36 millones de habitantes).
Yoshiko apareció a la mañana siguiente
ataviada con una sonrisa y tres bolsos. De ellos, cual bolsón de Mary Poppins,
salieron los planes del día, varios folletos de información turística, unos
planos de metro, un termo con agua fresca para P y para mí y hasta un par de
paipays para soportar mejor la que estaba cayendo. Yoshiko era nuestra madre en
Tokio, que hasta nos hizo fotos con su cámara que, dos días después, cuando
volvimos a quedar con ella, nos trajo reveladas.
“Estoy muy contenta”, decía
Yoshiko al despedirnos en la estación de Yokohama, pero más contentos estábamos
nosotros, pues ella le añadió una gracia especial a nuestro viaje a Japón. Y es que el beneficio de esta experiencia es claramente
otro y es mutuo, y eso se veía en los ojos de los guías y en los nuestros
cuando les explicábamos, por ejemplo, que en el Levante hay varios tipos de
arroz.
¿Crees que algo así funcionaría
en Murcia? ¿Te ofrecerías a acompañar a un guiri por tu ciudad gratis et amore?
Aunque sólo sea por practicar idiomas, por conocer gente interesante o por ver
probar a un japonés nuestro caldero del Mar Menor… Yo sí lo haría.
8 comentarios:
Buen articulo, espero que des mas raciones del viaje, apetece.
Yo mas de una vez me he acercado, a algún güiri con cara de perdío y la verdad es que lo agradecen...
No se si en Murcia funcionaria una web de ese tipo, pero si lo pusieran habría gente interesada. Seguro.
Gracias, Dresico.
Otro artículo de Japón... ya veré :)
Yo lo haría! (si me pudiera llevar a mis peques en la silleta...)
P.R.
El japonés es un pueblo ADMIRABLE... Si fuera con turistas nipones (respeto y atención garantizados) probablemente lo haría... Me alegro mucho de que lo pasarais tan bien...
Vale, cuento con vosotros! Seríais unos guías estupendérrimos.
Gracias a ambos por vuestros comments y por supuesto, por vuestros consejos y recomendaciones antes de mi viaje.
Muax!
Si,¡sin dudar!
Yo creo que también,... Igual que lo de las modas esas de ofrecer mi sofá ni de coña lo haría, esto yo creo que sí. ;-)
Me ha encantado el post, a ver si escribes otro que tendrás mil cosas más que contar.
Me habéis convencido... ;)
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