San Suplicio

Puede que lo niegues, pero seguro que, como todos los años desde hace ni se sabe, entre tus propósitos de año nuevo estaba el de dejar de juntarte con tontucios, con alérgicos al compromiso o con cualquier otro indeseable. Encontrar a uno emocionalmente disponible, un amor correspondido para variar, alguien que te traiga el desayuno a la cama o que simplemente se lleve la basura cuando se largue. Así de sencillo. Pero ¿qué ha pasado? Que entre la cuesta de enero, el frío, unas cosas y otras, estamos ya a mitad de febrero. Se nos ha olvidado ser proactivas en la búsqueda del chorbo, la ola siberiana nos ha empujado más al sofá y la mantica en vez de a los bares, y sin querer se nos ha echado el tiempo encima. Que es que de repente es San Valentín y estamos más solas que la una.

Y otra vez, como todos los años, ese bombardeo absurdo a emails con ofertas en perfumes, masajes, hoteles con spa y jugueticos para adultos. Otro año de corazones por doquier y mensajes por megafonía en los centros comerciales, que es que hasta en mi gimnasio han organizado actividades para ir a hacer en pareja. Y es que da igual que este año caiga en martes, que parece que es San Valentín desde hace un mes. 

Nos quedan entonces tan solo tres días de suplicio valentinero y hoy puede ser un domingo peligroso. Tres días para que los pilares de nuestra integridad se nos tambaleen intentando encontrar a alguien que nos dé un poquito de amor de aquí al martes así, como la que no quiere la cosa. Y no, eso no es. Por mucho que la idea de pasar “el día más romántico del año” (buaj) solas y patéticas nos aterre, intentemos darle la vuelta a la tortilla. Yo, a pasar este día conmigo misma, sólo le veo ventajas. Te libras de los peluches, la cena y los bombones (te recuerdo que estabas a dieta), así como del mal-rollismo de tener que hacer algo especial por obligación, y sobre todo del qué-le-regalo si es que le regalo, para que luego él no te haya regalado nada a ti o al contrario. Vamos, calla. Mucho mejor estar soltera.

Propongo entonces varias ideas para sobrevivir a este San Suplicio:

- No salgas de casa en la medida de lo posible. Corres el riesgo de ver demasiados corazones o alguna pareja feliz paseando de la mano. O peor: un chico con un ramo de rosas.

- No veas ninguna película romántica. En estos días sólo se podrán ver películas de acción o comedias tontunas de mucha risa. Especialmente recomendable es Con faldas y a lo loco, por aquello de que está ambientada en la masacre de San Valentín de 1929.

- Disfruta del placer de la cocina y de no tener que prepararle una cenica afrodisiaca a un maromo que no lo valga. Hazte un bizcocho, unas trufas o un brownie para ti sola. Imprescindible el chocolate. O el helado.

- Dedica tu tiempo a la persona que más quieres: tú misma. Descubre los tesoros de tu cuarto de baño. Seguro que tienes todo tipo de cremas y mascarillas que hace tiempo que no usas.

- Léete un best-seller en el sofá bajo la mantica, dándole sorbitos a un colacao.

- Ábrete una botella de vino para ti sola, o mejor, invita a tu casa a unas amigas solteras con botellas y os montáis una cata. Yipi.

Y ante todo, último consejo: prohibido tocar el móvil si no es para contestar a una llamada.

Celebremos San Valentín solteras, conservando dignamente nuestro estado civil y nuestros principios. No dejemos que nada ni nadie nos turbe, por mucho que parezca que este día el mundo conspira contra nosotras. Querámonos mucho en definitiva. Total, el miércoles ya habrá acabado este suplicio.