domingo, 26 de septiembre de 2010

Romántico-japo-pop!

Callosa de Segura parecía Ascot aquella calurosísima mañana de septiembre. Las viejas se paraban con sus bolsas y carritos de la compra, buscando una sombra en un portal para contemplar semejante espectáculo. Nos preguntaban quién se casaba, pensando que sería algún habitual del papel cuché con alguna chiquilla afortunada del pueblo. Casi. También, entre otras, nos preguntaban que de dónde veníamos, para ya completar el decálogo de preguntas típicas. De Murcia, les contestábamos moviendo la melena a lo Carmina, mientras los chicos se estiraban el chaqué. “Aquí estamos, hermanando tierras” dijo un pavo. “Ay, yo tengo parientes en Alcantarilla, no se crean”.

De acompañante me llevé un resfriado de caballo y una voz de manolo de las que asustan… y tenía que leer. Gracias a un cóctel molotov de analgésicos y antiinflamatorios, y el morro que una le echa a la vida, ésa sería la última de mis preocupaciones, ya que anteriormente había eliminado de la lista la de “Caber en el vestido”. Confieso que tan sólo la noche antes, mientras me zampaba a cucharadas soperas el helado de chocolate blanco, seguía dudando de que pudiera entrar en él tras los excesos del verano y los huertos.

No lloré, fiel a mi estilo, pero fue una boda tan emocionantísima que hubo un momento en que pensé que aplaudiríamos. Tengo guardada en la mente la imagen de los novios saliendo de la iglesia entre pétalos, arroz de colores y pompas de jabón. Muy romántico, muy japonés y muy pop, como no podía ser menos.

Así le siguió en estilo el menú, ya de vuelta en Murcia, en la Finca Buenavista. El premio al entrante más romántico se lo daría a la ensalada fría en cono, por lo monísimo del display, como si fueran heladicos. Pop diría que fue la mini-hamburguesa, y japo, la mayor sorpresa (de las mil que hubo) y a la vez algo que no podía faltar en esa boda: Sushi y sashimi, que causó tal revolución y provocó tal ansia entre los invitados que parecía aquello la venganza de Pearl Harbor. Qué delicia y qué infleta, y cómo me lo recordaban las costuras de mi vestido por momentos. Y eso sólo fue el aperitivo.

Al estilo japonés también se cortó la tarta nupcial, pues lo hicieron con una katana, y temazos de traca como “Xanadú” o “Love Boat”, o los amorosísimos “Moonriver” y “No puedo vivir sin ti” completaron la banda sonora de una boda divertidísima. Una vez finalizado el almuerzo, llegado el momento de pasar a las copas, divisé a lo lejos a la novia colocando espetones así que intenté salir por patas y evitar al personal que, guiñándome un ojo, me recordaba el topicazo entre los topicazos : “De bodas salen bodas”. A ver: ¿A cuántas bodas creéis que habré ido en mi vida? ¿Cuántas veces se me habrá caído el “arpetón” y aquí estoy? Yo que creía que en una boda de amigos me libraría del acoso del “y-tú-cuando” y resulta que no. Como tampoco me libré al final del alfiler en el escote, que por supuesto desapareció al tercer movimiento de caderas. Y sí, hubo bailoteos y copazos, pero también socialicé lo que no está escrito. Nenes, como en mi vida, qué conjunción de invitados salaos. (Un beso enorme a todos ellos).

Ahora habrá que esperar a las fotos, algunas de las cuales ya me imagino que querré quemar. Espero más de una con poses y bailes extraños y puede que algún robado tontorrón que parezca lo que no es. A ver con cuántos me casan. A ese cotilleo le uniremos, como es habitual tras un bodorrio, el repaso de las mejores jugadas y anécdotas varias durante quizá meses, que una boda así no se olvida. Tarea fácil será seguir hablando de ella, por lo menos, hasta que vuelvan los novios de su viaje. ¿Y dónde se han ido de luna de miel? Pues tú qué crees, adivina.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Me encantan las bodas de pueblo! Con arroz de colores y esas cosas que en el centro de ciudades como la mia, madrid, estan tan mal vistas. Pero luego son las mas divertidas! Un saludo bitterconch, no sé se saldre en tus estadisticas madrileñas, pero te leo muy amenudo y me encantas! Me llamo Elena.

Conch dijo...

¿Está mal visto echar arroz (y otras cosas) en las bodas en el centro de Madrid? Habráse visto! Si no hay nada más castizo que eso! Y con lo chulas que salen esas fotos!

Una cosa que faltó en esta boda, (gracias a Dios, he de decir) y que es muy típica en los pueblos de esa zona, es un puñao de petardos y tracas. A veces se cuelan en las bodas de aquí y... por favor, qué horror!

Un saludo, Elena, encantada de tenerte por aquí. Madrid me sale dentro de España, que si no, vete a saber si mis lectores madrileños sois mayoría después de Murcia.

Anónimo dijo...

No, no, echar arroz si se hace, pero no de colores, ni pompas de jabón, ni confetti, ni tracas, ni brindar en la puerta de la iglesia... Las bodas pijis es lo q tienen, que son más finas, pero muy protocolarias.

A mi tampoco me gustan los petardos y a veces se agradecen las bodas sin mucha parafernalia. Pero soy de la teoria de que te tienes que adaptar al gusto de los novios y no criticar nada cuando ellos han puesto tanta ilusión en todo.

Besotes.

Elena.

Conch dijo...

Ahí le has dao, Elena. Totalmente de acuerdo.

Esta boda tuvo el punto justo, y yo diría que hasta se adaptó al gusto de los invitados, que yo creo que estuvimos todos muy a gusto.

Lorquina dijo...

Tengo ganas d ir yo de boda,que hace ya de la ultima.como siempre,Conch,post espectacular :)

Conch dijo...

Muchas gracias, como siempre, Lorquina.

Mi próxima boda... en junio ya, creo.

sushi de anguila dijo...

PLAS, PLAS, PLAS, PLAS!!!!
Desde Singapur (hello again), tierra de proezas alonsisticas, te felicito emocionado porque, de todos tus post, este es el que mas me ha gustado de largo, y mira que tu pluma genera siempre en mi una incurable bitteradiction...

Por mucho que te lo curres, y detalles que se te pasen por la imaginacion, lo que define a las bodas son sus invitados y como se impliquen en todo aquello que sucede tras el sacramento... y en eso, contamos con cuatro centenares largos de colaboradores de lujo....

(Me ha rechiflado tu apunte sobre la ensalada:)))

besazos balineses y mil millones de gracias, sweetie

Conch dijo...

Me alegro TANTO de que os haya gustado!! Muchas gracias a vosotros por... TODO.

Pasadlo muy bien en la 2ª etapa del viaje y no vengáis muy morenos, marranacos.

Mil muax!

Athena dijo...

Me ha encantado la crónica, qué estilazo :) Está bien esto de que unos cuantos blogueros hayamos asistido al evento, porque cada relato complementa a los demás.

Besicos.

Armando dijo...

Conch, qué pena no coincidir contigo en una boda , aunque sea para salir luego en las crónicas....."murcianas";)

....Para cuándo un librico?

Conch dijo...

Gracias, Athena. Fue guay ponerte cara.

Armando... libro? Bufff... Dame un año... o la vida entera.

Wunderkammer dijo...

Estuvo todo perfecto, me encantó. Guapísimos novios en una iglesia preciosa, sin tracas (menos mal, que yo también las odio) y en la celebración grandes vistas, gente estupenda, sushi rico rico, música fenomenal y buen y cordialísimo ambiente. En fin... Una boda de matrícula.