A bordo del Mary Rose

Hoy os cuento una historia verdadera, la historia de un barco en el que trabajé.

El Mary Rose era el barco preferido de Enrique VIII. Fue construido en 1511 y nombrado así por ser Mary la hermana favorita del rey y Rose por el emblema familar, la rosa Tudor (también símbolo de Hampshire y un colgante de plata que tengo yo más bonico que na que me regaló mi ex-suegra y lo llevé la tira de años… ay… aborrecío!). Participó el Mary Rose en muchas guerras contra los franceses y los escoceses y era así, pa entendernos, una joyica de barco durante más de treinta años. Hasta 1545, cuando los franceses tenían invadida la costa inglesa, que el Mary Rose zarpó hacia lo que acabó siendo su batalla final. Bajo el mando de Sir George Carew, el 19 de julio de 1545, el Mary Rose se hundió en las aguas de Portsmouth, ante la atónita mirada de su rey, Enrique VIII, que divisaba la batalla desde el castillo de Southsea.

Las causas exactas del desastre nunca fueron aclaradas: que si no habían cerrado las compuertas de los cañones de la parte más baja, que si se pasaron con el peso, que si eran demasiados tripulantes y todos además unos novatos zopencos e indisciplinados ("a sort of knaves whom he could not rule"), que si el viento le dio a las velas con tanta fuerza que lo volcó (esta me daba vergüenza mencionarla)…Lo que solíamos decir al final es que, como en muchas tragedias marítimas, probablemente se trató de una combinación de factores, inocuos y tal vez absurdos por sí solos pero letales en conjunto.

Tras esta batalla, se intentó rescatar el barco del fondo marino. Inclusó se solicitó la ayuda de expertos venecianos pero, tras muchos y agotadores esfuerzos, se desistió pues el Mary Rose yacía atascado en una cama de limo marino. Se pudieron rescatar algunos cañones en los cuatro años siguientes pero, inevitablemente el Mary Rose desapareció, abandonado, gradualmente en la oscuridad... Tuvieron que pasar más de 400 años para que finalmente retornara a Portsmouth.

El mundo fue testigo de la reaparición del Mary Rose el 11 de octubre de 1982. A día de hoy continúan los trabajos de conservación del barco y sus tesoros, exponiéndolos para el deleite y la educación del público en el Historic Dockyard de Portsmouth... que es donde yo trabajaba.

Y por qué os cuento esto? Pues por Arturo Pérez Reverte, que la semana pasada escribió un artículo en el Semanal con el que me tuve que reir... y mira que yo a este tío pocas veces le encuentro la gracia. Por favor, leedlo. No os lo perdáis.

Cómo me gustaría saber qué opina Terry, mi jefe de entonces, de todo esto. Poco nos habríamos reído.