domingo, 6 de enero de 2013

Voy a ser tu chica



Nada más arrancar el coche sonaban los primeros acordes de Are you gonna be my girl (Vas a ser mi chica) de Jet. Subidón de energía y buen rollo, ideal para salir de Madrid rumbo a Murcia esa mañana tan fría de casi enero. Volvía a casa después de pasar la Navidad con la familia, tras mucha tranquilidad, mucho ocio y descanso, cosa que, todo sea dicho, ya empezaba a ponerme un poco de los nervios. El cuerpo me pedía pasar a la acción sin esperarme al 8 de enero, empezar el año con fuerza y, como siempre, con esa santa manía que tengo en fijarme en las letras de las canciones, esta vez sentía que el 2013, que estaba a punto de comenzar, me preguntaba, casi retándome, si voy a ser esa chica estupenda de la canción.

Para cuando atravesaba la Mancha entre molinos de viento, iba planificando el año, ordenando mis pensamientos, revisando mis propósitos y preparándome mentalmente para cumplirlos. A estas alturas de enero ya habréis oído o leído, como yo, más de una estadística sobre las promesas de año nuevo. En particular, lo sorprendentemente popular que es esto de hacerse propósitos, y el no tan sorprendente número de gente que no es capaz de mantenerlos más de un par de semanas o meses. Según todos los estudios, este dato tan descorazonador es cierto sea cual sea el tipo de auto-mejoras que nos hemos propuesto, ya sean relacionadas con la salud o con el dinero. Sin embargo, hace unos meses encontré la motivación para no claudicar en mi deseo de convertirme en el “Cuerpazo 2013” (cada una se propone lo que quiere, ¿vale?) con otro estudio sobre dietas, que ofrecía algunas pistas sobre cómo podemos alterar nuestro comportamiento alimenticio de forma permanente y, ya de paso, pensé, cumplir el resto de nuestros propósitos. Mucho se ha escrito sobre los trucos para no abandonar, como ponerlo por escrito o buscarte un compi con el mismo propósito. Todo esto está muy guay, pero lo que implica, básicamente, es tirar de fuerza de voluntad, algo que nos flaquea de una manera escandalosa a algunas. De este modo, este estudio de las dietas decía que, para cambiar hábitos, lo mejor era algo tan sencillo como practicar antes. Así, corriendo el tupido velo del vergonzoso e inservible (o no) día 1 de enero tirada en el sofá, para cuando empecé a escribir las páginas del año el día 2, mi prólogo ya estaba escrito.

Que levante la mano quien se propuso ir al gimnasio y todavía no se ha personado por ahí. Dentro de mi operación “Cuerpazo 2013”, yo el gym lo pagué hasta junio antes de las navidades. Así, dispuesta a quemar los polvorones y el cava, la vuelta no me supuso un gran esfuerzo. Además, no me esperé a los Reyes ni a las rebajas y le pedí a Papá Noel unas zapatillas nuevas para salir a correr que, por supuesto, ya he estrenado.

En cuanto al resto de propósitos, la cosa se centra, así en general, en no dar puntada sin hilo, ni tirarme a la piscina sin agua. Ser radical en cuanto a los tontos del pijo, basándome en el consejo del padre de mi amiga V, que dice algo así como: “¿Ahora sí, ahora no? Ahora que te vayan dando”. Ella misma lo formula muy bien: “No nos conformaremos con migajas de afecto”, y yo creo que, tras haber estado todo el otoño practicando, este 2013 me va a ir mucho mejor. Descartarlos directamente si no me contestan a un mensaje, o eliminarlos del facebook si sus lisonjas se reducen a darle a “me gusta” a todo lo que publique. Este año el que quiera mejillones que se moje el culo, que yo paso.

Por último, he decidido que en el 2013 sólo voy a salir por los bares que realmente me molan. Ya he descubierto un par en los que, además de poner la música que me gusta, no me hacen gritar por dentro al mirar a mi alrededor. La oveja negra es uno de ellos donde, además, para mi desdicha, hacen unos mojitos de escándalo. Estando allí la otra noche sonó la canción de Jet. Una semana después, a la pregunta que me hacía cuando salía de Madrid, pude contestar alto y claro: “Sí, este año, definitivamente, voy a ser tu chica”.

4 comentarios:

dayer dijo...

Hola! ¿oiga y si no te da el tlf también se le da puerta?

cuarentona dijo...

¡Todo propósitos, espero que al final de año sean hechos palpables!!. Hablo por mí, y suerte con los tuyos.Si, la voluntad es indispensable...

Conch dijo...

Dayer, corazón, no es lo mismo! Algunas no le damos el móvil al primero que nos lo pide. Sobre todo porque muchas veces es PA NA. Sigue insistiendo, la constancia nos mola. Yo tardé una vez 9 meses en darle el móvil a un tío...

Cuaren, mucho ánimo! Yo la parte del gym la llevo bien, pero estoy pasando un hambreee...!!!

Anónimo dijo...

¡Ajá! Que insistamos nosotros mientras vosotras pasáis, jajaja. Pido números cuando otras vías de comunicación son escasas o ni las hay. De hecho hasta tengo alguna buena amistad sin número. Pero gracias a las tácticas de acoso y derribo de muchos luego los que nos gusta conocer gente sin haber trazado planes ni objetivos pagamos las consecuencias. C'est la vie! :-) Un saludo.