Me acordé del mito del taxista
rollero. Ése que en un trayecto de diez minutos te pone al día de lo que acontece en el mundo, añadiéndole sus opiniones, indignaciones, grandes dosis
de mala leche y algún que otro taco, y ahí estás tú, atrapada en el sillón de
atrás, escurrida en la piel negra, deseando llegar a tu destino o que se calle ya
de una vez. Pero ésta no era taxista y me tenía más atrapada aún si cabe. La escapatoria
es imposible cuando estás en una camilla, medio en cueros y te están depilando.
Ella tenía el poder. Y también ganas de hablar. Que si tenía algún plan para el
fin de semana, me preguntó. “Pues… no”, le contesté ocultándole la verdad, que
a ella qué le importaba. “Pues yo me voy de despedida de soltera” y me puse a
buscar la cámara oculta y el detector de mentiras pues ése era mi mismo plan. O
casi.
Durante el día, la novia
disfrazada de colegiala, aderezada con todo tipo de accesorios fálicos, cuernos
de diablesa, tutú y banda a lo Miss que rezara “Novia a la Fuga”, se pasearía
por el centro de Murcia mientras sus amigas cabritas la jalearían, conjuntadas
con camisetas que pondrían “la Mari se nos casa” y, al ritmo unísono de “Esa
novia cómo mola, se merece una ola”, se recorrerían la ciudad. Para luego ir a
una cena fina, de carne a la brasa y espectáculo de sexy boys, finiquitado con
tarta fálica y cubatas sorbidos con fajitas con la forma adecuada. Se le notaba
a la legua la juventud, pensé, y que era su primera despedida. De mi grupo de
amigas, R es la séptima en casarse, y de despedidas diré que en los últimos
ocho años he hecho algo parecido a un máster y que la madurez, y quizá tanto
falo, nos ha hecho darle un giro a la cosa, y que una ya tiene una edad.
Para la despedida de R barajamos
varias opciones. Varios menús, tipos de tarta, tappersex, copazos premium, un
palco en el Teatre y hasta unos cócteles afrodisíacos. Sin embargo, lo que
tiene la madurez y las amigas con hijos, por mayoría decidimos celebrarlo
durante el día, con una comilona y hasta que el cuerpo aguantara, que en mi
caso noto que ya es poco.
Lo que pasa en una despedida se
queda en la despedida y, tras el aperitivo con patatas de la Torre en casa de
la novia, nos fuimos al One Living Bar. Nos prepararon un salón separado con
biombos para mayor privacidad, la mesa decorada con rosas de papel y, en una de
las paredes, un póster con fotos nuestras a modo de photocall. El menú riquísimo, con pijadicas de esas que a todas nos
gustan, y alguna que otra cosa raruna japonesa que tuvimos que consultar en
google. Regalicos personales, risas con cosas que no contaré jamás y alguna que
otra confesión inesperada. Que lo que importa es juntarnos, puesto que cada vez
es más difícil con tanto trabajo y tanto crío. Tras la gran sobremesa y charleta
con gintonics, bajamos al centro en tranvía. Yo ya las dejé, que la edad y los
tacones no me permitían seguir más tiempo de farra. Lo que es la vida, pensé
por el camino, que lo que más me alegraba era que no tendría resaca al día siguiente.
Con lo que yo he sido, también pensé, ¿será que ya no me lo sé pasar bien?
Dos días después volví al One
para una cerve tranquila after work con M, I y A. Lo que se suponía una anodina
tarde de martes fue alterada por la historia de A, que decía que se había
echado novio, pero que él no lo sabía. Un tío con el que coincide todas las
mañanas para tomar café, pero del cual no sabe ni su nombre ni a qué se dedica.
Claramente el amor de su vida, sólo había ahora que pasar a la acción. A, ¿a
qué esperas para darle tu teléfono? Pídele fuego, dale tu número en una
servilleta, que el “no” ya lo tienes. Y es que qué bonita historia podrías
contarle a tus nietos, o simplemente qué guasa tendríamos para rato.
Esta semana iré a desayunar con
A, que quiero presentarle a su novio. Puede que ya no dure tanto de farra, pero
definitivamente durante el día, todavía sé cómo pasármelo bien.
5 comentarios:
Ya te digo que me ha gustado especialmente, porque como siempre, sabes como nadie poner palabras a pequeñas situaciones que nos llevan a grandes reflexiones;) y sacar más de una sonrisa en días normalicos como hoy. Esta vez, me siento totalmente identificada jeje: quién iba a decir, con lo nocturna que yo he sido también ( desde Meneíto, A los Toros, pasando por Fauna, B12, Bacanal, Mundaka, Night/Dance Club...todos recorridos! jaja) , que mi mejor plan a día de hoy es...cualquiera que no conlleve trasnochar jajaja
Bueno a ver si prontico nos conocemos por Murcia, y por el día, no? ;) Muak ! Sol
A mi me paso lo del taxi!! y cuentanos el final de la historia de A y el tio misterioso! lo has dejado en lo mas interesante!
Pero la que se casa es R M? Que fuerte....
Muchas gracias a los tres por los comments!! o debería decir lAs tres?
Sol, qué bonica eres y cómo haces honor a tu nombre. Será un placer ponerte cara un DÍA de éstos ;)
En cuanto al desayuno con A, de momento está siendo un total #fail. Justo el día que fui a desayunar con ella el tío no apareció!
Tengo por costumbre no contestar a Anónimos así que... ;)
Jajajajaja ok eso está hecho ! Ganicas de conocer a Bitter Conch ( no sé cómo te llamará tu gente...pero para mí tu nombre es ese;)
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