Paula Echevarría |
Partimos otra vez del hecho de
que yo de moda no tengo ni idea, pero últimamente parece que los elementos se están empeñando en que me fashionice y que yo, que siempre he escrito sobre fiestas, conciertos, especímenes de la noche y en definitiva, sobre lo que me ha dado la gana, ahora sólo hable de las bondades de los diseñadores murcianos y de todos esos eventos súper cool a los que me
invitan. Que no me quejo, oiga, pero empiezo a dudar sobre quién soy, de dónde
vengo y a dónde voy.
Pues eso, de nuevo un eventillo
relacionado con la moda cayó esta semana. La presentación de los cursos del
Instituto Internacional de Imagen y Moda, dirigido por mi amiga Carmen Martínez
Morales. Y allí que me presenté, recién aterrizada de Lorca, con lo que quedaba
del maquillaje de la mañana y mi atuendo que gritaba “profesora de secundaria”,
a sentarme entre monísimas de uñas de porcelana, ondas de peluquería,
accesorios chulérrimos y gafapastismos imposibles, mientras yo, ahí guiñá, todo
miope, maldecía haberme dejado las mías en la cartera del curro. Qué narices
hacía ahí alguien como yo, nos preguntábamos más de una seguro.
Tras una fantástica charla por
parte del Prof. Manuel Pérez Sánchez sobre la historia del traje, llegó una
mesa redonda sobre moda e internet. Junto a Paula del Vas, una community
manager y una blogger, se sentaba mi amiga Miriam Alegría, que al día siguiente
triunfaría con sus #tiosquemolan. Tendencias y coolhunting, street style
y shop online, blogs y redes sociales
y de repente, la palabra egoblogger, que me dejó tan loca que la tuve que mirar
en google en ese mismo momento. ¿No se suponía que un blog es un diario y por
lo tanto son todos “ego”? Pues sí, pero no, pues el concepto de egoblogger es
lo más ego en la escala de los blogs, hasta límites absurdos, tontunos,
ingenuos e infantiles. Un blog especializado en moda las ponía un poco a parir,
y confieso que respiré aliviada porque, a pesar de escribir sobre mi caótica
vida, nunca seré una de ellas.
Entonces habló la egoblogger de
la tertulia y no pude evitar prestarle atención. Se le notó la juventud, pues
hablaba de ilusión y de empezar un blog con entusiasmo. También le noté el
olfato de negocio cuando instaba a las asistentes a especializarse y encontrar
un nicho. Y claro, tuve que hablar, porque yo de moda no sabré, pero cuándo se
me ha visto a mí callarme una. A mí mi blog me da mucha vida, pero también me
la da mi trabajo (más de la que quisiera), mi familia y mis amigos. Sin embargo,
hace años entendí que si no te lo tomas como una obligación, ni ilusión, ni
blog, ni na de na, por mucho ego que tengas. Y por supuesto escribir de lo que
os salga, que lo del nicho y las oportunidades vienen después, o no, pero
siempre habría que escribir sobre una misma, pues los blogs son parte de
nosotros y si dejáramos de escribir dejaríamos de ser quien somos. Y así, con mi
discurso a lo Jerry Maguire y su “you complete me” causé furor, y algún que
otro sarpullido, entre los asistentes.
Un par de días después volvió a
salir el tema en una cena con expertos de la industria de la música, la noche
antes del Big Up. “Yo te conocí por tu blog”, le dijo T a uno de ellos. Y con
su respuesta no pude sentir más sintonía, aunque también mucha pena: “Ya no
tengo tiempo, el trabajo no me deja. Ahora mi tiempo libre lo prefiero pasar en
la playa, donde voy sin móvil. Cualquier tipo de pantalla es para mí trabajo”.
Cuando llegué a casa (a las mil,
después de tres conciertos en la 12yMedio) encendí el ordenador para buscar el
blog de este tipo. Efectivamente, abandonado desde hace 6 meses, pero empezado
hace más de 10 años, cuando las egobloggers jugaban a las Barbies, descubrí un
blog sencillo y casi prehistórico, de divagaciones egocéntricas sobre lo que venía
en gana. Sin plantilla de diseño, sin contador de visitas ni, por supuesto, el
más mínimo Google Ad, se trataba de una auténtica joya de blog vintage cuya
primera entrada ya establecía que “escribir sobre música puede ser un acto
inútil y egocéntrico”, al mismo tiempo que erróneamente vaticinaba que
probablemente se cansaría de escribir a la semana.
2 comentarios:
Me gusta esta entrada, por evocadora con el universo blogger -con sus pros y contras- y porque confirma que no bajas el pistón a pesar de tanto compromiso y trabajo... siempre al pie del cañón, que no es fácil...
Me gusta tu comentario porque me evoca tiempos mejores para los blogs... o por lo menos para el tipo de blogs que conocimos. Con mayor o menor frecuencia... Aquí seguimos :)
Muax!
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