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De las noches de junio me mola el
biruji. Ése que de repente te roza los hombros y se te traslada a todo el cuerpo. Ése que, a pesar del escalofrío, es agradable en realidad, pues parece
que lo necesitabas tras un día de mucho calor, sudor y pringosismo. Ése que se
mete por la ventana justo antes de dormir y parece que te salva la vida. Y ése
que, por las mañanas entra al salón de casa junto con el piar de los pajaricos.
Y es que por fin, a mitad de mes que estamos ya, “es junio”, me dije mirando al
cielo la otra noche en la terraza del Atomic. Que ya podían decir los agoreros
que no íbamos a tener verano este año y muchos empezábamos a creérnoslo pues parecía
que no llegaba este calor tan típico nuestro. Pero no, por fin, aquí está.
Así, al volver del trabajo entre
semana, el biruji invita a salir aunque al día siguiente madruguemos. Una
escapada a un concierto en la sala CAM que se corona con unos zagalicos y unas
cañas de Los Zagales, unas catalanas de Los Navarros, unas almejas en el Egea o
unos simulacros en el Jesuso. Mi escapada favorita en esta época, sin embargo,
es la del Quitapesares, donde el pasado martes, debió de ser el biruji y el
necesario desahogo de los exámenes y el fin de curso, que al final nos acabamos
dando un señor homenaje gastronómico bajo las estrellas mirando a Murcia. El
mismo que se dieron los mosquitos en nuestros pies, brazos y espalda.
Con todo y con eso, las noches de
junio en una terraza son quizá mis preferidas. Que ya podemos hablar de lo que
sea, que se te olvidan todos los males. Un algo bien frío y un grupo de amigos,
y que se mueran los feos. Los principales temas de conversación: los exámenes, la
abandonada operación biquini, las series de televisión y las anécdotas de la
semana. Sin embargo, en la recta final del curso, el tema que nunca falta son
los viajes, tanto los anteriores como los planes para este julio y agosto que
están aquí ya, que parece que la cuenta atrás hacia las vacaciones va más
rápida. Y es que lo pienso y me vuelve el biruji: por fin viajes, conciertos, festivales,
los felices días de playa, y la esperanza de que en cualquier momento todavía
pueda salir otro planazo improvisado.
En junio de toda la vida también
me ha gustado mucho escaparme a la playa, no sólo por empezar a fardar de los primeros
baños de la temporada y de bronceado, sino porque a mí me parece que la playa
hasta huele distinto. Será el biruji, seguro. Este fin de semana lo volveré a
intentar, y con un poco de suerte, cuando leáis esto, estaré mostrando mi blanca
barriga a Lorenzo, con los pies, que fotografiaré y subiré a las redes
sociales, hincados en la arena. Y es que el pasado domingo no pudo ser. Cuando
llegué, mis amigas se protegían con las toallas de la playa de un biruji que más
bien parecía un vendaval. El plan de pasar el día entero allí, estrenando
chiringuito, tuvo que ser abortado y trasladado a un restaurante del pueblo
donde los toldos, dando golpetazos por el viento, no nos dejaban ni hablar ni
escucharnos. El consuelo, sin embargo, nos lo traería la dueña del mesón, que
soltó un “os pongo unos chupitos” sin consultar con nadie y enseguida apareció
con unos mini vasicos de granizado de fresa coronados con nata montada y acompañados
de una mini ensaimada de crema. Hablando de biruji.
Junio, mes del calor y los
sudores incómodos, mes de estrenos y de cosas que nos dan biruji. Mes del
momento biquini y de las quemaduras de sol, mes de me gustan las cerezas (me
gustas tú), de sandalias nuevas y cajas de tiritas, de un nuevo número de la
revista Müsh! (pobre azafata, por cierto, que calor debió de pasar en su stand de
Santa Catalina).
Junio, mes del biruji, lo llamaré
desde ahora. Por el nocturno, el diurno, por las sorpresas, los planes y las
emociones, pero sobre todo por tu biruji, ése que me das cuando te veo, o
incluso, cuando recibo un mensaje tuyo. ¿Te vienes a una terracita conmigo este
junio?
2 comentarios:
Mil gracias de nuevo por ilustrar tu artículo con mi foto: todo un honor!
La playa, en junio, huele distinto, mejor, doy fe de ello!;)
Aunque de nuevo el finde quede a años luz..., así que por ahora...vamos con el lunes!
Muaks. Sol.
Gracias a ti, mujer!
Ánimo, guapa, queda ya nada para hincar los piececicos en la arena otra vez :)
Muax!
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