miércoles, 20 de junio de 2012

My apologies - Scuse

Sólo un quick post para excusarme por no actualizar. Me encuentro sumida en plena corrección de exámenes y mil historias más y no encuentro el hueco para contarlas.

La semana que viene será otro cantar aunque ... no prometo nada :)

Os pongo una cancioncilla, a modo de entretenimiento entre posts, de la grandísima Nina Zilli. Para quien no la conozca, os diré que estuvo aquí el verano pasado, en la Mar de Músicas, y además, representó a Italia en Eurovisión. Llevo su primer album en el coche toda la semana, cortesía de mi compi Maribel, a la que, pasan los días y se me olvida agradecérselo... enormemente, ¡me rechifla, nena! Grazie mille!

Ale, para que lo disfrutéis vosotros también. Un beso enorme, y ánimo, que enseguida es fine di settimana :)


Bueno, y no os perdáis su versión del "You can't hurry love". Buenrollismo italiano.

domingo, 17 de junio de 2012

Reload completed


gallecookies.blogspot.com
“No se está mal aquí. Desayunando mi cafelico, mis tostadicas, mirando al mar... No se está mal, no”.  Lo que denominé el Bitter-reload se estaba desarrollando al pelo. En la playa, mente en blanco y hecha una seta, recargando la batería. Necesitaba un fin de semana así.

Por fin llegó el día en el que estrenaba el protector solar de la temporada. Ese día en el que, a pesar de todas las precauciones, el sol me quemaba en sitios absurdos en los que yo habría jurado haberme cubierto con crema. Ese mediodía en el que inauguré la temporada del aperitivo veraniego como si no hubiera un mañana. O ése en el que, tras una siesta homérica, fui a la heladería del pueblo a merendarme un blanco y negro más grande que mi cabeza,

También inauguré los domingos esos en los que me zampo la prensa y, tras los periódicos y huyendo de malas noticias, me echo todas las revistas y los semanales a la capaza de la playa para buscar, en ocasiones desesperadamente, algo que me haga volver a tener algo de ilusión. Loading in process mientras me culturizo con algo de lectura ligera. Y llego con ganas al horóscopo, lo confieso, y que mi imaginación haga el resto. Cuál fue mi sorpresa y mi alegría cuando el de este domingo me hablaba de abundancia, de mensajes y comunicación, de cosas que me pasarían que no me pasaban desde hacía doce años. Del miércoles como grandísimo día de la buena suerte, de sorpresas, y de que si creía que todo estaba seguro iba a aparecer alguien que encendiera mi corazón y desbaratara mis planes. Tal que así. Y claro, toda ilusionada, con mi película montada y ansiosa por empezar la semana di por completada mi recarga de energía para verlas venir.

Así, el miércoles me levanté que parecía un icono del whatsapp que es una cara con corazoncitos en vez de ojos. “Hoy más que nunca, la vida puede ser maravillosa”, me decía a mí misma levantando los brazos en alto. Y además era San Antonio, el santo al que le rezábamos de adolescentes pidiéndole un novio. Madre mía, madre mía, era una señal, era claramente mi día. Y así estuve, con los ojos bien abiertos y una risilla floja vergonzosa, atenta a todo lo que el destino podía traerme ese día. 

Enseguida, el mensaje de abundancia del que me hablaba el horóscopo llegó en forma de un grupo de liantes, casualmente profesionales de la comunicación. Los componentes de la tertulia futbolera murciana Aquino Comas Cordero me pedían que acudiera a comer con ellos este mismo viernes, y para convencerme, se empeñaban en nombrarme su madrina. Vale que la mitad de los miembros de ese grupo son amigos míos, pero para alguien como yo, sin tener ni guarra de fútbol, la invitación me parecía de lo más osado y bizarro. “Prometedme que habláis de otras cosas, no sólo de fútbol”.

Fue en La Marimorena, una maravilla de sitio con una cocina sorprendente y exquisita, una decoración impecable y una atmósfera y buenrollismo de lo más acogedor. Como para ir con chuqui una noche tontorrona, o aparecer, como hice yo, con cinco de ellos a almorzar y alargar la sobremesa de un viernes.

A toro pasado no tengo claro si mi día de la suerte fue el miércoles o el viernes. Cierto es que el miércoles fue el día de la comunicación y las sorpresas, pero no fue hasta el viernes cuando los componentes de #aquinocomascordero me encendieron el corazón. Y los planes… me da que se los desbaraté yo a ellos. Se quejaba R que no les dejé hablar de fútbol. Y claro que se habló, que yo les dejé encantada, pero también discurrimos sobre vinos, música, nuestra Murcia, sobre chicos, chuquis, gintonics y hasta del amor en el Lago de Como.


domingo, 10 de junio de 2012

Verano azul


Tras una semana de lo más ful, mi plan era irme, desde el mismo viernes, a la casa de la playa. A no pensar, desconectar, huir del calor de la ciudad y a tomar el sol de una vez por todas, a ver si ya por fin inauguraba el verano (que no lo será oficialmente, pero aquí en Murcia lo es ya). También quería olvidarme de la Operación Charlize, comerme mil helados y tumbarme a la bartola. Y todo esto básicamente porque no me veía capaz de sacar fuerzas para hacer cualquier otra cosa.

Para el jueves, tras el resfriado aquel que se hizo eterno, el calorazo acumulado de la semana y el montón de malas noticias recibidas me pesaban cual losa sobre la cabeza. Sin embargo, debía hacer un último esfuerzo esa noche, pues tenía una cita con las chicas en Del Gallo Blues, que me recriminaban el estar hecha un muermo de tía y que ya iba siendo hora de inaugurar la temporada de terrazas.

Y lo que pasa, que lo que iban a ser unos inocentes quintos y picoteo, acabó siendo una cena muy apañá, con sus croquetas, su sushi y su foie macerado. Se nos fue de las manos, pero es que también la conversación, que empezó a desvariar con historias de energías negativas, de mal de ojo y de señoras que lo quitan. Y hubo que pedirse una copa, sobre todo tras descubrir en V a una auténtica experta en ginebra, que tanto conocimiento debía ponerse en práctica.

Se nos hicieron las dos de la mañana entre anécdotas y confesiones. Que si antes hablaba de losas en la cabeza, me es imposible describir lo que sentí cuando sonó el despertador a la mañana siguiente. No obstante, a pesar de la ojera, el dolor de cabeza y el sueño, me encontraba anímicamente mucho mejor. ¿Habría espantado mis males la noche anterior? ¿Tenían mis amigas, con sus cosas, tal capacidad de exorcizar demonios y yo sin saberlo?

Así surgió la duda para el viernes noche. Irme a la playa o quedarme en Murcia. Salir o no salir, me preguntaba buscando planes en el facebook. De repente, mi amiga K, sin querer, me hizo sucumbir a la tentación. Posteó en su muro una foto del Piraña, protagonista de la grandísima serie Verano azul, jalándose un bocata de atún. “Bienvenido, verano 2012”, ponía como encabezado. Y es que esa misma noche, el Café Ficciones celebraba la llegada del estío con una fiesta veraniega con aires vintage, donde proyectarían episodios de una de mis series favoritas.

Me lancé a la calle pues. Recogí primero a M y L que, recién llegados del Primavera Sound, me esperaban en un abarrotado Café del Sol. Después fuimos a Vasundhara, donde las copas tienen un precio lógico y ponen la música que me gusta. Lo cual nos recordó que lo más lejos que nos vamos a poder ir este verano va a ser de festivales por España, que está la cosa muy mal.

Al llegar al Café Ficciones, tal y como nos habían prometido, Verano azul se proyectaba en la pared. Un capítulo de cuando Javi se queda atrapado en unas rocas, junto a un acantilado, que me hizo preguntarme si toda esa zona estará urbanizadísima hoy en día, treinta años después. Tantos años y nos seguíamos acordando de los nombres de los protagonistas. Quinto en mano rememorábamos episodios y escenas, el barco de Chanquete y el no nos moverán, y comentábamos los modelazos de las madres de los protas. Ese pareo atado al cuello, la trenza y el pañuelo de la cabeza. La otra, con un pelo mocho a lo Frida de Abba.

Entre risas salimos de allí y yo además llegué a una conclusión de lo más profunda: Definitivamente tengo que pillarme la serie para verla este verano con mis amigas, pues a la vista está que tal combinación es el remedio para todos mis males. 

Queda oficialmente inaugurado el Verano Azul 2012. Que ustedes lo disfruten.

Operación Charlize

Alguien me preguntaba hace poco que qué c*** era la Operación Charlize... Pues básicamente se trata de la vulgarmente conocida Operación Biquini, sólo que este año aspiramos a más. Y la clave, la inspiración, nos la dio este vídeo. (Del cual, no sólo nos mola Charlize)


Qué buenos recuerdos del SOS 4.8 me trae la canción, por cierto.

domingo, 3 de junio de 2012

Cosas de chicas


Fue al verlo en la pantalla de su ordenador, que notó que se ahogaba un poquito. Pero ya, cuando se lo confirmaron por teléfono, a mi amiga C le faltaba la respiración. Algo nos había adelantado en un mensaje en nuestro grupo del whatsapp, por lo que estábamos pendientes de su estado de ánimo, pero no fue hasta que tecleó “llamadme” cuando nos pusimos en guardia. Fue T el más rápido en reaccionar y, al llamarla, C le cogió el teléfono sin hablar, entre sollozos. “Coge una bolsa de plástico, respira dentro de ella y túmbate. No hables, no hace falta”.

Poco después C recuperaba el habla, dejaba de llorar, y las chicas le prometimos unos quintos esa misma noche. Y por qué no, subir al Quitapesares, que para eso está. O mejor todavía, subir a lo alto del monte a gritar y desahogarse. Y respirar. “Si grito ahora, vomito”, nos dijo.

L cumplía 35 años ese mismo día, y decidió que ese año no lo celebraría como lo hacen los adultos. Ni copas en un bar, ni cena con íntimos, ni un formal café con dulces en el salón de su casa. Tampoco quería chicos en su fiesta ni amargarse por la operación biquini. Como cuando éramos crías e invitábamos a las amigas a gofres en el Pannekuker, L quiso celebrar su cumple con tartas y batidos en Peggy Sue’s. Y ahí que nos juntamos quince amigas a disfrutar de pasteles, tortitas y deliciosos milkshakes rebosantes de espuma. Y que se muera el que no nos quiera.

A las chicas del blog Rock n’ Glam las conocí poco después del SOS. Habían organizado un concurso para encontrar el Mejor Look SOS 4.8 y me pidieron que fuera la madrina en la entrega de premios que tuvo lugar esa misma noche en el restaurante San Lorenzo 5. Así, una buena muestra de la blogosfera de moda murciana se dio cita en ese coqueto cóctel luciendo palmito y look fashion. También estaban allí las chicas de CartónCartón, con las que hice muy buenas migas y con cuyas pizarras nos divertimos posando en el photo-call. Tras la entrega del premio a Lolica, del blog Las Lolicas de Siempre, salí pitando a mi último encuentro de la noche, quizá el más importante.
(Podéis ver todas las fotos del evento pinchando aquí)

A las 10 en punto pasaron J, B y la tristona de C a recogerme en la puerta de la Iglesia de San Lorenzo. “Bitter, ¿al monte con tacones?”. Y es que ellos iban en plan campestre, con deportivos, vaqueros y un pastel de carne gigante. De la cerveza se encargaron T y D a los que nos unimos a mitad de camino.

Y así, por los Teatinos, subimos a donde las antenas, al mirador más bello que existe en toda Murcia. Allí intentamos animar a C, que muy callada diseccionaba su pastel de carne y le daba sorbitos tímidos a su cerveza. En lo alto y en la oscuridad, entre las lucecicas de la ciudad, jugamos a buscar la Catedral, las Atalayas o el Cristo de Monteagudo, y nos emocionamos al ver el tren de Madrid entrando a Murcia, como una oruga fluorescente trazando una línea horizontal en medio de tantas luces y formas.

De repente, el silencio a nuestro alrededor se vio interrumpido por unos cánticos extraños con voces femeninas. “Callad, callad”. ¿Se estaban peleando? ¿Estaban cantando? ¿Eso es español? Y yo, que soy muy cobardica, me imaginé un rito del que no me apetecía formar parte. “Aleluya, aleluya” nos pareció entender, momento en el que B decidió que era mejor largarnos.

Con las luces del coche vimos que se trataba de unas niñas, que en corro y cogidas de la mano, entonaban una especie de conjuro muertas de la risa. La misma risa que de repente le dio a C, que pareció resucitar de su sueño. “Vamos al Quitapesares, a Murcia todavía no”. Y así, al bajar del coche, nos pidió que formáramos un círculo. Y con una sonrisa miró al cielo y gritó algún que otro improperio.

Dedicado a todos los que han recibido malas noticias esta semana, y a los amigos que nos ayudan a superarlas. Gracias.